Cartas al director

A Jorge M. Reverte

Los lectores recuerdan al escritor fallecido y opinan sobre la incoherencia de algunas decisiones políticas, la regulación del precio del alquiler y el machismo en el Congreso

Jorge M. Reverte en Madrid en 2019.ULY MARTÍN

Escribo estas líneas con el ánimo encogido de tristeza. Compartí hace unos años con Jorge Reverte momentos maravillosos, como editor y como persona de a pie. Edité sus libros, de nueva planta o recuperados de otras editoriales, aprendí lo indecible de él, me sentí respetado desde el primer minuto y querido desde el segundo día, bebí con él unos cuantos de esos gin tonics que permiten tocar si no el cielo sí las nubes, creo recordar que ...

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Escribo estas líneas con el ánimo encogido de tristeza. Compartí hace unos años con Jorge Reverte momentos maravillosos, como editor y como persona de a pie. Edité sus libros, de nueva planta o recuperados de otras editoriales, aprendí lo indecible de él, me sentí respetado desde el primer minuto y querido desde el segundo día, bebí con él unos cuantos de esos gin tonics que permiten tocar si no el cielo sí las nubes, creo recordar que nos reímos o sonreímos siempre y sin excepción. Jorge era seductor y humilde, orgulloso y humilde, sabio y humilde, guasón y humilde. Era además un español de los que enamoran. Uno de los que dan sentido al conjunto de nosotros. Las circunstancias profesionales nos alejaron un poco, o un mucho, y en lo político-catalán discrepamos asimismo un poco o un mucho. No lo recuerdo. No estuve a la altura cuando sufrió un ictus, eso sí lo sé. Pero quiero, y mil veces quiero, dar testimonio a quien lea estas líneas que nos deja un hombre con el que daba gusto compartir país, y un historiador de España al que daba gusto y gran provecho leer.

Joaquim Palau. Barcelona


La incoherencia de la política española

A las puertas de la Semana Santa, nos jugamos una posible cuarta ola que complicaría mucho la situación con vistas al verano. Aunque la incidencia acumulada sigue por debajo de los 150 por cada 100.000 habitantes en España, las restricciones de movilidad siguen siendo elevadas. No obstante, la Comisión Europea ya ha pedido coherencia al Ejecutivo central por permitir los viajes transfronterizos pero no los nacionales. ¿Cómo nos explicamos que no podamos cambiar de comunidad autónoma, pero que turistas extranjeros puedan llegar de sus países —que en algunos casos tienen una mayor incidencia de covid— y hacer turismo? Es esta otra muestra más de la incoherencia de la política española, que provoca que cada vez haya más gente que no crea en ella. Motivos, sin duda, no faltan.

Álex Badía Ibáñez. Barcelona


Vivienda en alquiler.EFE

Sobre la regulación del precio del alquiler

Los que proponen un freno a estos precios y citan ejemplos del extranjero en esta práctica, ¿han estudiado los resultados de las experiencias políticas de allí? El Deutschlandfunk informó recientemente de que el freno del precio de alquiler en la ciudad de Berlín había conducido, un año después de su aplicación, a una disminución de un 50% del número de viviendas de alquiler disponibles en el mercado. La discusión debería ser tal vez menos ideológica y más pragmática. La ideología raras veces resuelve los problemas de la gente.

Marianne Braun Richter. Hoyo de Manzanares (Madrid)


Agarrarse a una coleta

En los momentos clave es cuando un partido político debe saber reaccionar. Las palabras del portavoz del Partido Popular en el Congreso de los Diputados dirigidas a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, son intolerables. Dichas por un ciudadano cualquiera en la barra de un bar es machismo; pero no tiene más trascendencia aunque sea importante. Dichas por un diputado en pleno ejercicio de sus funciones, como portavoz de un partido que lo designó para representar a millones de españoles, es gravísimo.

Julio García-Casarrubios. Valdepeñas (Ciudad Real)


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