No salgo nada
Los lectores opinan de los contagios de coronavirus, de las enseñanzas de Hannah Arendt, de los enfrentamientos entre ciudadanos por la política, de Pablo Iglesias y de la brecha digital entre jóvenes y mayores
Seguramente, uno de los motivos de la tercera ola se basa en los distintos significados de la palabra “nada”. Un matrimonio, que había pasado la enfermedad, decía que no había salido nada estas Navidades: una comida con unos amigos (casi hermanos), visitas familiares y alguna salida puntual. Nada. En la cola del pan, unos jóvenes se quejaban de su vida, sin salir nada, con un partido de fútbol a la semana y un par de cervezas con los amigos y mucho trabajo. Y un amigo me decía que tampoco salía nada, salvo una caminata semanal con un grupo senderista, aunque reconocía que, al aire libre, se qu...
Seguramente, uno de los motivos de la tercera ola se basa en los distintos significados de la palabra “nada”. Un matrimonio, que había pasado la enfermedad, decía que no había salido nada estas Navidades: una comida con unos amigos (casi hermanos), visitas familiares y alguna salida puntual. Nada. En la cola del pan, unos jóvenes se quejaban de su vida, sin salir nada, con un partido de fútbol a la semana y un par de cervezas con los amigos y mucho trabajo. Y un amigo me decía que tampoco salía nada, salvo una caminata semanal con un grupo senderista, aunque reconocía que, al aire libre, se quitaba la mascarilla. Y otro, de más de 70 años que tampoco salía nada, se jactaba de seguir tomando su cafetito diario en el bar; eso sí, en la calle y de forma rápida. En fin, nada de nada y miles de contagiados y fallecidos. Habrá que modificar el significado de esa palabra en el diccionario.
José García Sanjuán. Madrid
La banalidad del mal
Hannah Arendt escribió sobre la banalidad del mal en el caso del dirigente nazi Eichmann. Sus escritos siguen vigentes en cuanto observamos que el ser humano tiene una conducta que perjudica al prójimo sin resentirse moralmente. Existen políticos que se saltan la cola para vacunarse sin remordimientos por el perjuicio de sus actos. Aprendimos de Arendt que el mal puede no ser una finalidad en sí misma; simplemente deben coincidir diversas circunstancias, como es una pandemia e individuos enajenados por una deficiencia en la capacidad de razonar que impide a la persona tener la capacidad de mirar más allá de su propio ombligo.
Daniel García Girón. La Zubia (Granada)
Fomentar el desencuentro
Grupos pequeños de jóvenes que se denominan antifascistas arman el lío en Cataluña en cuanto saben que llega Vox. Los de este partido también van allí donde pueden encontrarse con aquellos para liarla de verdad y entre ambos se alimentan los votos, porque eso es el radicalismo del odio que los dos grupos quieren despertar al mayor número de personas. ¿No hay algún político sensato que trate de calmar con cierta empatía a esta salvajada? El odio empieza, pero nadie sabe cómo acaba. Y los muchísimos ciudadanos que no aplaudimos la sinrazón de estos grupos nos lavamos las manos como Pilatos.
César Moya Villasante. Madrid
Iglesias y la normalidad democrática
En algo sí tiene razón Pablo Iglesias. Es verdad que en España no hay una situación de plena normalidad política, pero la razón no es, ni remotamente, la que esgrime. La razón es que en España haya un vicepresidente del Gobierno que se pronuncie como lo hace. Más de un año ya aguantando sus desplantes, sus provocaciones y deslealtades desde la vicepresidencia: eso sí que es inaudito.
José Miguel Colldefors. Madrid
Formación digital
Es hora de tomar decisiones realmente innovadoras. No puede ser que un hombre o una mujer de más de 50 años ya no sirva para nada. Tienen experiencias muy importantes y sería una pena perderlas del mercado laboral por falta de conocimiento digital. Su regeneración digital debería ser una alta prioridad para el Gobierno.
Brendan Boyle. Madrid
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