Respuesta a Félix de Azúa
Escribió Julián Marías en su estupendo ensayo: La Guerra Civil ¿cómo ocurrió?, redactado en el año 1981, que la labor de los intelectuales debe ser “mantener un pensamiento alerta, capaz de descubrir las manipulaciones, los sofismas, especialmente los que no consistan en un raciocinio falaz sino en viciar todo raciocinio de antemano”. Esta es la función política que cabe esperar de los intelectuales según Marías. Es decir, que sean intelectuales y no políticos, que se ajusten a los deberes de su gremio y adviertan al país cuando no se hace.
Es de suponer que EL PAÍS ofrece una co...
Escribió Julián Marías en su estupendo ensayo: La Guerra Civil ¿cómo ocurrió?, redactado en el año 1981, que la labor de los intelectuales debe ser “mantener un pensamiento alerta, capaz de descubrir las manipulaciones, los sofismas, especialmente los que no consistan en un raciocinio falaz sino en viciar todo raciocinio de antemano”. Esta es la función política que cabe esperar de los intelectuales según Marías. Es decir, que sean intelectuales y no políticos, que se ajusten a los deberes de su gremio y adviertan al país cuando no se hace.
Es de suponer que EL PAÍS ofrece una columna a Félix de Azúa por su condición de intelectual. Su columna del 22 de diciembre, Progresamos, se aleja mucho de lo que Julián Marías reflexionó con gran acierto. En su columna expresa su opinión acerca de determinados extremos, sin aportar razonamiento alguno y expresando, eso sí, su legítima opinión con un trasfondo partidista, y lo que es peor, sin contrastar lo que afirma en un periódico que le ofrece una tribuna tan relevante. En fin, queremos en España a los intelectuales que soñaba Julián Marías.
Marta Puig de la Bellacasa, Javier Rey del Castillo, Javier Puig de la Bellacasa, Juan Puig de la Bellacasa y Julián Lobete Pastor. Madrid