Rigor en la vacunación
Los procedimientos de aprobación no deben precipitarse por una carrera con sabor nacionalista
La aprobación de las primeras vacunas contra la covid-19 no debería convertirse en una carrera mediática. El Reino Unido tiene previsto comenzar este martes a administrar la vacuna de la empresa Pfizer y el laboratorio alemán BioNTech sin esperar a que la Agencia Europea del Medicamento, el organismo regulador que ha de dar luz verde a las vacunas, la haya aprobado. Para adelantarse se ha acogido a una regulación que permite a un Estado actuar en solitario en casos excepcionales, pero a nadie se le oculta que se trata de una operación con cierto sabor propagandístico, confirman miembros del Go...
La aprobación de las primeras vacunas contra la covid-19 no debería convertirse en una carrera mediática. El Reino Unido tiene previsto comenzar este martes a administrar la vacuna de la empresa Pfizer y el laboratorio alemán BioNTech sin esperar a que la Agencia Europea del Medicamento, el organismo regulador que ha de dar luz verde a las vacunas, la haya aprobado. Para adelantarse se ha acogido a una regulación que permite a un Estado actuar en solitario en casos excepcionales, pero a nadie se le oculta que se trata de una operación con cierto sabor propagandístico, confirman miembros del Gobierno al alardear de sus reguladores. Con esta decisión solo se ha adelantado unas semanas al resto de Europa y el número de vacunaciones, amparadas en el uso compasivo, será limitado. Dispondrá de dosis procedentes de la fábrica de Puurs (Bélgica) para 400.000 personas y, dado que esta vacuna precisa conservarse a 70 grados bajo cero, solo podrá administrarse en 50 hospitales. La carrera por ser los primeros no aporta ganancias sustanciales para los británicos y, en cambio, puede erosionar la confianza en los mecanismos para una aprobación segura. La decisión corresponde a las agencias reguladoras, que harán bien en mantener los procedimientos previstos y prescindir de cualquier presión competitiva.
Tanto la Agencia Europea del Medicamento como su homóloga estadounidense, la FDA, han acelerado los procedimientos para poder acortar los tiempos, por ejemplo examinando los datos de los ensayos clínicos conforme se desarrollaban. La FDA ha convocado la reunión decisoria para el jueves y la agencia europea reunirá a su comité de expertos a finales de diciembre. Ambas examinarán con detalle los datos sobre eficacia y seguridad, algo muy importante pues hasta ahora los difundidos son los de las propias empresas.
Las primeras vacunas se han desarrollado en un tiempo récord; por eso es doblemente importante seguir escrupulosamente los pasos necesarios para una evaluación rigurosa e independiente de los resultados. Máxime teniendo en cuenta que se trata de vacunas de las que solo se dispone de evidencias de seguridad a corto plazo y en pocos meses serán administradas a millones de personas. Los ingentes esfuerzos volcados en la investigación han permitido acortar los tiempos de forma espectacular, pero esa misma circunstancia genera desconfianza en parte de la población. El trabajo riguroso de las agencias reguladoras debe contribuir a disiparla. Y del mismo modo que es importante contrarrestar las reticencias, también es preciso combatir el falso optimismo. La proximidad de las vacunas no debe llevarnos a bajar la guardia, pues por rápido que se aprueben y se distribuyan, tardaremos meses en lograr una inmunidad de grupo capaz de frenar el virus.