Algo habrá que hacer
Digo yo que, después de meses de coronavirus, algo habrá que hacer para que los pacientes que acuden a un centro de salud no tengan que esperar en la calle, friéndose en verano y helándose o mojándose en invierno. Y, aunque parezca un asunto menor, no lo es en absoluto ver esas colas que se forman en las oficinas bancarias, esperando pacientemente para realizar alguna gestión, tan importante, muchas veces, como cobrar su salario o su pensión. ¡Ah, sí!, que hay cajeros automáticos y ordenadores y teléfonos que permiten ya hacer casi todo sin ir a la oficina, pero es que hay, todavía, mucha gent...
Digo yo que, después de meses de coronavirus, algo habrá que hacer para que los pacientes que acuden a un centro de salud no tengan que esperar en la calle, friéndose en verano y helándose o mojándose en invierno. Y, aunque parezca un asunto menor, no lo es en absoluto ver esas colas que se forman en las oficinas bancarias, esperando pacientemente para realizar alguna gestión, tan importante, muchas veces, como cobrar su salario o su pensión. ¡Ah, sí!, que hay cajeros automáticos y ordenadores y teléfonos que permiten ya hacer casi todo sin ir a la oficina, pero es que hay, todavía, mucha gente que ni tiene ordenador ni teléfono, o no sabe operar con semejantes “artilugios”. Así que ahí siguen esas personas mayores con sus bastones y su cartilla en la mano y con las costumbres de siempre, soportando las colas, las esperas, el frío, el calor y la lluvia. Y parece que no le importa a nadie.
Ángel Villegas Bravo. Madrid