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Cartas al director

La invisible felicidad

Cada día estoy más convencido de que las personas verdaderamente felices pasan inadvertidas. Las personas felices son humildes y discretas, pues superaron la soberbia innata de la raza. No critican, porque son conscientes de sus propias carencias. No envidian, porque se alegran de los logros ajenos y comparten los suyos. No buscan peleas ni conflictos, porque odian la violencia y respetan a los demás. En resumen, las personas verdaderamente felices ni fastidian ni llaman la atención.

Joaquín Fernández Sánchez. Pozorrubio de Santiago (Cuenca)


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Cada día estoy más convencido de que las personas verdaderamente felices pasan inadvertidas. Las personas felices son humildes y discretas, pues superaron la soberbia innata de la raza. No critican, porque son conscientes de sus propias carencias. No envidian, porque se alegran de los logros ajenos y comparten los suyos. No buscan peleas ni conflictos, porque odian la violencia y respetan a los demás. En resumen, las personas verdaderamente felices ni fastidian ni llaman la atención.

Joaquín Fernández Sánchez. Pozorrubio de Santiago (Cuenca)


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