Los derechos de una chocolatina
En mi centro educativo abrimos las ventanas. Esa es la opción que tenemos. Esa o contagiarnos nosotros y a nuestras familias. Una falsa dicotomía que obvia las evidentes alternativas: contratar personal, habilitar espacios o mejorar infraestructuras. A veces, en los huecos, me voy a tomar un café y una idea siempre acaba reclamando mi atención: las chocolatinas. En sus envases se dice que deben estar en un lugar seco y que la temperatura debe mantenerse en cierto rango y, aunque sé que hay una obligación legal de que en un entorno de trabajo como el mío la temperatura esté entre 17° y 27°, dad...
En mi centro educativo abrimos las ventanas. Esa es la opción que tenemos. Esa o contagiarnos nosotros y a nuestras familias. Una falsa dicotomía que obvia las evidentes alternativas: contratar personal, habilitar espacios o mejorar infraestructuras. A veces, en los huecos, me voy a tomar un café y una idea siempre acaba reclamando mi atención: las chocolatinas. En sus envases se dice que deben estar en un lugar seco y que la temperatura debe mantenerse en cierto rango y, aunque sé que hay una obligación legal de que en un entorno de trabajo como el mío la temperatura esté entre 17° y 27°, dado su flagrante actual incumplimiento, creo que es normal que acabe fantaseando con tener los derechos de una chocolatina.
Javier Fernández Panadero. Getafe (Madrid)