Cartas al director

Crónica de un estado de alarma anunciado

El pasado domingo, volvimos a adentrarnos, aunque de forma diferente, en lo que más pánico nos da desde 2020: el estado de alarma. Además, parece que no solo durará unos tres meses, sino seis. ¿Acaso no lo veíamos venir? Después de un verano lleno de viajes por todas partes y de alguna que otra fiesta clandestina, sabíamos a la perfección que esto podía pasar. Hicimos lo que nos dio la gana, pensábamos que esto ya había acabado o que no iba con nosotros. Pero esto va de los que se saltan las normas, de los que están pensando en qué casa quedarán el finde que viene para seguir con la mar...

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El pasado domingo, volvimos a adentrarnos, aunque de forma diferente, en lo que más pánico nos da desde 2020: el estado de alarma. Además, parece que no solo durará unos tres meses, sino seis. ¿Acaso no lo veíamos venir? Después de un verano lleno de viajes por todas partes y de alguna que otra fiesta clandestina, sabíamos a la perfección que esto podía pasar. Hicimos lo que nos dio la gana, pensábamos que esto ya había acabado o que no iba con nosotros. Pero esto va de los que se saltan las normas, de los que están pensando en qué casa quedarán el finde que viene para seguir con la marcha, de los que se quejan por el cierre de bares o universidades y por la implantación de los toques de queda. Que sí, que todos sabemos que esto es una gran pesadilla, nos hemos enterado, pero... ¿podemos parar de quejarnos y actuar de una vez?

Marta Silva. Tudela (Navarra)

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