La vida sigue igual
Tres años han pasado desde aquel 1 de octubre cuando todo iba a cambiar. Tres años más, sí, en los que los catalanes hemos seguido huérfanos de capitanes, de propuestas, de medidas. Sin nadie que procure mejorar nuestra sanidad (ahora tan necesaria), nuestra educación o nuestra seguridad. Llevamos desde 2012 sin oír a los políticos catalanes hablar de otra cosa que no sea “el sueño de un país independiente”, y parece que ni la terrible pandemia que nos azota ha sido capaz de cambiar eso. Me pregunto si, en algún momento, dejarán aquellos de soñar para aterrizar en la realidad y tratar de mejor...
Tres años han pasado desde aquel 1 de octubre cuando todo iba a cambiar. Tres años más, sí, en los que los catalanes hemos seguido huérfanos de capitanes, de propuestas, de medidas. Sin nadie que procure mejorar nuestra sanidad (ahora tan necesaria), nuestra educación o nuestra seguridad. Llevamos desde 2012 sin oír a los políticos catalanes hablar de otra cosa que no sea “el sueño de un país independiente”, y parece que ni la terrible pandemia que nos azota ha sido capaz de cambiar eso. Me pregunto si, en algún momento, dejarán aquellos de soñar para aterrizar en la realidad y tratar de mejorarla y de hacerla más justa para todos. Me pregunto cuánto tiempo más creen que pueden seguir dormidos antes de que la ciudadanía, esta vez a una, se harte y les obligue a despertar. Tres años ya y todo sigue igual.
Rocío Coronel. Barcelona