Ir al contenido
Cartas al director

Dimitir

Las palabras no son eternas, evolucionan con la vida. Por ello auguro un pronto final al verbo dimitir; por su escaso uso, me refiero. Y me concentro especialmente en el mundo de la política. No estoy seguro de que sea un fenómeno exclusivamente español, aunque el paisaje patrio contiene grandes ejemplos de gentes que debería haber dimitido de su cargo e irse a su casa. Por muchos motivos: por corrupción, por mentir, por aprovechados y, especialmente, por incompetencia e inutilidad. Actitudes que perjudican ostensiblemente a los ciudadanos. Sería una salida honorable, otra palabra que se pierd...

Google te da acceso gratuito a esta noticia

Y a todo el contenido de EL PAÍS durante 30 días. Gratis, sin tarjeta.

Las palabras no son eternas, evolucionan con la vida. Por ello auguro un pronto final al verbo dimitir; por su escaso uso, me refiero. Y me concentro especialmente en el mundo de la política. No estoy seguro de que sea un fenómeno exclusivamente español, aunque el paisaje patrio contiene grandes ejemplos de gentes que debería haber dimitido de su cargo e irse a su casa. Por muchos motivos: por corrupción, por mentir, por aprovechados y, especialmente, por incompetencia e inutilidad. Actitudes que perjudican ostensiblemente a los ciudadanos. Sería una salida honorable, otra palabra que se pierde en los libros viejos.

José M. Fernández Ros. Carcaixent (Valencia)

Archivado En