Me alegro por él
Tramito un número de afiliación a la Seguridad Social. Miro el expediente. Falta un documento. Dudo entre enviar la respuesta tipo para esta circunstancia o llamar por teléfono al interesado. Llamo. Le explico lo que debe remitir. Intuyo sus dificultades para hacer los trámites a través de la sede electrónica. Le digo que mande el documento a mi correo para agilizar el trámite. Lo recibo al poco tiempo. Completo el trámite y asigno el número de afiliación. Le remito el correo de respuesta con el número asignado. Casi al momento recibo otro correo: “Núria, me alegro mucho. Muchas gracias. Que t...
Tramito un número de afiliación a la Seguridad Social. Miro el expediente. Falta un documento. Dudo entre enviar la respuesta tipo para esta circunstancia o llamar por teléfono al interesado. Llamo. Le explico lo que debe remitir. Intuyo sus dificultades para hacer los trámites a través de la sede electrónica. Le digo que mande el documento a mi correo para agilizar el trámite. Lo recibo al poco tiempo. Completo el trámite y asigno el número de afiliación. Le remito el correo de respuesta con el número asignado. Casi al momento recibo otro correo: “Núria, me alegro mucho. Muchas gracias. Que tenga un buen día”. Miro la foto del documento que ha enviado, es un chico africano, joven, con un halo de tristeza en los ojos. Sé la importancia que tiene para él ese número: poder trabajar, al fin, de manera legal, la esperanza de un trabajo. Casi puedo percibir a través de la foto el sufrimiento de años hasta llegar a ese ansiado número. Yo también me alegro por él.
Núria Carreras Jordi. Banyoles (Girona)