El momento de la educación
Me acabo de jubilar tras 34 años, 9 meses y 9 días como profesor de enseñanza secundaria. Las sensaciones son ambivalentes y contradictorias: satisfacción y júbilo por haber llegado hasta aquí, agradecimiento a todos mis alumnos y compañeros. Quizá por haber pasado con ellos la prueba de fuego del último trimestre, sé bien que les toca comenzar un curso lleno de incertidumbre, de nuevos retos y dificultades desconocidas. Por ello, siento alivio personal, no lo voy a negar; pero también sé que ahora necesitamos más que nunca la mejor educación pública, y que no puede descansar solo sobre las es...
Me acabo de jubilar tras 34 años, 9 meses y 9 días como profesor de enseñanza secundaria. Las sensaciones son ambivalentes y contradictorias: satisfacción y júbilo por haber llegado hasta aquí, agradecimiento a todos mis alumnos y compañeros. Quizá por haber pasado con ellos la prueba de fuego del último trimestre, sé bien que les toca comenzar un curso lleno de incertidumbre, de nuevos retos y dificultades desconocidas. Por ello, siento alivio personal, no lo voy a negar; pero también sé que ahora necesitamos más que nunca la mejor educación pública, y que no puede descansar solo sobre las espaldas de los profesores y maestros. Contáis, sin duda, con el apoyo de las familias y el resto de la sociedad. Las distintas Administraciones deberían hacer el esfuerzo extraordinario que una situación extraordinaria como la que vivimos requiere. No hay excusas. Es el momento.
Luis de Luxán Meléndez. Llanes (Asturias)