Ir al contenido
Cartas al director

Las palabras importan

Hablar de “nueva normalidad” fue un error. La situación tras la fase 3 seguía siendo excepcional, el coronavirus había desbaratado la sanidad, la economía y los modos de relacionarnos; continuaba amenazando la vida y casi nada podía darse por supuesto. Esas palabras no contribuían a que los más inconscientes actuaran con prudencia y sensatez, como tampoco servían para acuciar a nuestros dirigentes a obrar con previsión y diligencia, más bien al contrario. Ahora, con los contagios disparados y los colegios a punto de abrir, contenemos la respiración. Como Gregorio Samsa en ...

Google te da acceso gratuito a esta noticia

Y a todo el contenido de EL PAÍS durante 30 días. Gratis, sin tarjeta.

Hablar de “nueva normalidad” fue un error. La situación tras la fase 3 seguía siendo excepcional, el coronavirus había desbaratado la sanidad, la economía y los modos de relacionarnos; continuaba amenazando la vida y casi nada podía darse por supuesto. Esas palabras no contribuían a que los más inconscientes actuaran con prudencia y sensatez, como tampoco servían para acuciar a nuestros dirigentes a obrar con previsión y diligencia, más bien al contrario. Ahora, con los contagios disparados y los colegios a punto de abrir, contenemos la respiración. Como Gregorio Samsa en La metamorfosis, quienes nos gobiernan parecen no aceptar la realidad. Como él, a las 6.45 y en la cama, aún piensan en coger el tren de las 7.00 y no llegar demasiado tarde al trabajo. Pero ahora esas ensoñaciones dan miedo de verdad.

Mª del Carmen Lozano Acero. Sevilla

Archivado En