Problemas enquistados

Que a mediados del siglo XX fuésemos víctimas de infinitas colas frente a ventanillas atendidas por funcionarios desmotivados era de un costumbrismo inevitable; en aquel tiempo no había más remedio que postergar nuestras demandas hasta nueva orden. Que ahora, bien entrado el siglo XXI, sigamos enredados en los mismos vicios, salpicados por la más rancia burocracia, no tiene perdón. Que si el solicitante tiene que cubrir el formulario X, además del Y, en español y en la lengua oficial de su comunidad. Remitirlo por Internet acompañado con la firma electrónica que previamente solicitará en Hacie...

Que a mediados del siglo XX fuésemos víctimas de infinitas colas frente a ventanillas atendidas por funcionarios desmotivados era de un costumbrismo inevitable; en aquel tiempo no había más remedio que postergar nuestras demandas hasta nueva orden. Que ahora, bien entrado el siglo XXI, sigamos enredados en los mismos vicios, salpicados por la más rancia burocracia, no tiene perdón. Que si el solicitante tiene que cubrir el formulario X, además del Y, en español y en la lengua oficial de su comunidad. Remitirlo por Internet acompañado con la firma electrónica que previamente solicitará en Hacienda con el formulario H... Una vez realizados todos los trámites, entramos en modo espera hasta que la Administración tenga a bien ponerse en contacto con nosotros para requerirnos con toda probabilidad alguna modificación o formulario adicional. Menos mal que simplifican las cosas.

José Sánchez Blanco. A Veiga (Ourense)