El negocio del 902
Acudes al servicio de atención al cliente de una compañía de servicios y no reparas en que estás pulsando un 902 desde el teléfono móvil. Te atienden, en el mejor de los casos, tras una resignada espera. Probablemente no te solucionarán la consulta o te reenviarán a otro operador. El contador de euros no cesa, y al final de mes la factura telefónica se habrá abultado en unos 50 euros. Carece de sentido que esos teléfonos sean de pago y queden fuera de los servicios de la tarifa plana, y la tarificación especial es costosa si se hace desde un teléfono móvil que suele ser lo habitual. Resulta in...
Acudes al servicio de atención al cliente de una compañía de servicios y no reparas en que estás pulsando un 902 desde el teléfono móvil. Te atienden, en el mejor de los casos, tras una resignada espera. Probablemente no te solucionarán la consulta o te reenviarán a otro operador. El contador de euros no cesa, y al final de mes la factura telefónica se habrá abultado en unos 50 euros. Carece de sentido que esos teléfonos sean de pago y queden fuera de los servicios de la tarifa plana, y la tarificación especial es costosa si se hace desde un teléfono móvil que suele ser lo habitual. Resulta inadmisible que sigan funcionando esos prefijos. No deja de ser un auténtico sarcasmo que la atención al cliente pase por meterle la mano en el bolsillo para esquilmarle unos euros. Hasta cuándo se va a tolerar esa vía de negocio.
José María Torras Coll. Sabadell (Barcelona)