Votar en tiempos de covid
Pese a que el virus ha azotado con virulencia al País Vasco, el PNV podría no sufrir daños electorales
El próximo 12 de julio se celebran en Euskadi (y también, en Galicia), las primeras elecciones en tiempos de covid. Las circunstancias en las que se producen estos comicios son bien distintas a las que se hubieran dado de haber tenido lugar el 5 de abril, la fecha anunciada en febrero por el lehendakari Urkullu, unas semanas antes de que estallase en España la crisis del coronavirus. No son pocos los países y territorios que han organizado procesos electorales desde el inicio de la pandemia, pero no está claro qué efectos producen en los dos aspectos más relevantes de cualquier elección, en la...
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El próximo 12 de julio se celebran en Euskadi (y también, en Galicia), las primeras elecciones en tiempos de covid. Las circunstancias en las que se producen estos comicios son bien distintas a las que se hubieran dado de haber tenido lugar el 5 de abril, la fecha anunciada en febrero por el lehendakari Urkullu, unas semanas antes de que estallase en España la crisis del coronavirus. No son pocos los países y territorios que han organizado procesos electorales desde el inicio de la pandemia, pero no está claro qué efectos producen en los dos aspectos más relevantes de cualquier elección, en la participación ciudadana y en el apoyo al Gobierno. Hay lugares en los que el virus ni ha disuadido a los ciudadanos de ir a las urnas, ni ha perjudicado al partido responsable de capear el duro temporal, mientras que en otros casos ha sucedido lo contrario. ¿Qué cabe esperar en el País Vasco? ¿Cuáles son los posibles escenarios? ¿Más o menos abstención? ¿Más o menos apoyo al PNV?
El estudio de 40dB. aporta algunas claves. Por un lado, nuestros datos indican que en Euskadi, pese a la implantación de diversos instrumentos para fomentar la participación y garantizar la seguridad, podría haber una mayor desmovilización que en las elecciones autonómicas de 2016 como consecuencia de la covid-19. Es posible que la caída alcance los cuatro puntos. Contrariamente a lo que cabría esperar, no son las personas mayores las más propensas a abstenerse, aunque sí son las que más votarán por correo. La desmovilización se concentra en los partidos no nacionalistas, cuyos electorados tienen lealtades menos férreas que las de las fuerzas políticas nacionalistas. El virus tiene mayor efecto desmovilizador entre quienes ya tenían en principio una menor propensión a votar. Es también entre el electorado no nacionalista donde se registra una mayor presencia de indecisión y volatilidad.
Por otro lado, pese a que el virus ha azotado con virulencia al País Vasco, el PNV podría no sufrir daños electorales. En su contra está la preocupación por la economía y el paro, que se han disparado durante la pandemia, incidiendo en la valoración del Ejecutivo que, con todo, logra la aprobación de la mayoría de los ciudadanos. No son pocos los elementos a su favor: el DeustoBarómetro Social, en marcha desde 2013, muestra en muchos aspectos un territorio bien distinto al resto de España. En Euskadi, hay mucha menos desafección, más confianza social, mejor valoración de muy diversas instituciones y un aprecio extendido al sistema sanitario, mayor al de otras comunidades autónomas. La percepción allí es que, en general, las cosas se hacen bien. Con la crisis de la covid-19, que deja una ciudadanía aún más demandante de servicios públicos (tanto en Euskadi como en España), la actuación percibida del Gobierno vasco juega a favor del partido que lidia ahora con la crisis endemoniada del coronavirus. La pandemia, por tanto, más que perjudicar al partido en el poder, parece dañar a los partidos que llegan a la cita electoral en peor forma, con una mayor probabilidad de desmovilización de sus votantes.
Belén Barreiro es presidenta de 40dB.