Ir al contenido
Cartas al director

Ocupar peor las calles

Tengo la sensación de que habrá que hablar de un concepto de la felicidad de “antes de” y de “después de”. Yo creía que esa percepción que tenía de que habitábamos en una cierta abundancia nos era suficiente. Pero parece ser que el misterio o desconfianza de lo que nos espera en este “después de” aparenta llevarnos de cabeza a un desenfreno colectivo. Y todo, por el ansia de alcanzar esa idea suprema de seguridad y de felicidad. De ahí, quizá, esta exageración general de buscarlo todo fuera. En el exterior. Y de ahí también mi absoluto pesimismo ante este “después de”. Porque ante lo poco cami...

Google te da acceso gratuito a esta noticia

Y a todo el contenido de EL PAÍS durante 30 días. Gratis, sin tarjeta.

Tengo la sensación de que habrá que hablar de un concepto de la felicidad de “antes de” y de “después de”. Yo creía que esa percepción que tenía de que habitábamos en una cierta abundancia nos era suficiente. Pero parece ser que el misterio o desconfianza de lo que nos espera en este “después de” aparenta llevarnos de cabeza a un desenfreno colectivo. Y todo, por el ansia de alcanzar esa idea suprema de seguridad y de felicidad. De ahí, quizá, esta exageración general de buscarlo todo fuera. En el exterior. Y de ahí también mi absoluto pesimismo ante este “después de”. Porque ante lo poco caminado hasta lo de ahora, nada me empuja a percibir que otro respirar diferente es posible.

Manuel I. Nanín. O Carballiño (Ourense)

Archivado En