La conspiración para matar a Carlos Manzo: “Ya anda la paloma cuidando la zona. Excelente día”
Las detenciones de estas semanas y detalles divulgados en el juzgado empiezan a dibujar el plan criminal contra el alcalde de Uruapan, vigilado al milímetro por sus asesinos
Las autoridades empiezan a plasmar la cartografía criminal que condujo al asesinato de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, en Michoacán el 1 de noviembre. Las detenciones de la última semana y media definen líneas y direcciones y apuntan un rumbo muy claro, el del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), hidra criminal del presente mexicano. La autoría logística de una de las patas del grupo delictivo parece ahora mismo evidente, no así tanto sus motivaciones, envueltas todavía en la bruma. Lo que también parece claro, a juzgar por los detalles que gotean del juzgado, es que a Manzo lo tenían vigilado al milímetro. La duda ahora es si el acecho provenía de su propio equipo.
El sábado, la penúltima tanda de detenidos comparecía ante el juez, los siete escoltas de Manzo, acusados de “homicidio por comisión por omisión, en calidad de garante”, expresión rocambolesca que implica la presunta falta de pericia de los acusados en la custodia de la víctima. Es decir, que no le cuidaron bien y que por eso le mataron. Este extraño camino legal, todavía por resolver –la audiencia continúa este miércoles– parece esconder en realidad una sospecha más grave, la de que los escoltas del alcalde asesinado habrían formado parte de la conspiración. De momento es eso, una sospecha, pero el relato que dieron los investigadores ante el juez la apuntala.
Una persona presente en la audiencia, conocedora de la acusación y de las pesquisas que presentaron los investigadores, señala que los criminales encargados de la operativa, liderados por Jorge Armando N, alias El Licenciado, detenido la semana pasada, tenían un chat en que compartían información. “Ahí, por ejemplo, el día del asesinato”, dice, “El Licenciado puso, ‘Ya anda la paloma cuidando la zona, excelente día”. El criminal se refería a su contacto, el vigilante de Manzo, que horas más tarde les dijo, cosa que El Licenciado plasmó en el chat, que el alcalde aún estaba en el “Oxxo”, una tienda, antes de acudir a la plaza del centro, a un evento público, donde finalmente le asesinaron.
Una fuente cercana a las investigaciones, que ha consultado EL PAÍS, señala igualmente que una persona del entorno más próximo a Manzo “mandaba sus ubicaciones” al contubernio criminal. De momento, no se sabe si esa persona es la misma a la que se refirieron en la audiencia, igual que se desconoce su adscripción, si era escolta o cómo disfrazaba su presencia junto a la víctima.
El actuar de los escoltas tras el ataque alimenta las sospechas sobre este grupo. Según datos divulgados en el juzgado, los policías arrebataron la pistola al tirador, Víctor Ubaldo N, un joven de 17, adicto a la metanfetamina. Ya sometido, dispararon contra él. Además, impidieron que los médicos se acercaran al muchacho. “Un paramédico lo intentó y le dijeron, ‘déjalo, déjalo’. Y como estaban muy enojados y muy armados, pues no insistió”, señala la primera fuente.
Otro asunto develado en la audiencia del fin de semana son las circunstancias de la detención de Jorge Armando N, presentado como autor intelectual del atentado, calificación que rebajó más tarde el Gabinete de Seguridad federal, que dirige el secretario del ramo, Omar García Harfuch. El alto funcionario matizó la semana pasada que El Licenciado era uno de los autores intelectuales, una obviedad, en realidad, ya que todavía hoy se ignora por qué mataron al alcalde de Uruapan y quién usó una pata regional del CJNG para hacerlo, si es que el grupo criminal no actuó por iniciativa propia.
Según la primera fuente, presente en la audiencia, El Licenciado cayó gracias a un informante que llamó de manera anónima a las líneas de denuncia. De manera algo sorprendente, el informante dio a los investigadores “el nombre del licenciado, su dirección en Morelia”, la capital de Michoacán, donde fue detenido, además de “la camioneta y el número del celular“. También dijo que él y “una persona de nombre Margarita estaban implicados en la muerte del presidente y que se la pasan secuestrando en Uruapan”. Esta persona de nombre Margarita de momento no ha aparecido en ningún relato oficial.
El mapa criminal de la conspiración para matar a Manzo crece cada día. Este lunes, las autoridades han anunciado la detención de Jaciel N, presunto reclutador de dos de los tres criminales, encargados de llevar a cabo el ataque, los dos más jóvenes, según ha podido saber este diario, el tirador, y Fernando Josué N, de 16 años. Este último apareció muerto en una carretera de Michoacán días después del ataque, junto al tercer integrante del grupo de ejecutores, Ramiro N, un hombre de 34 años que además ayudaba a Jaciel N en las tareas de reclutamiento.
La historia de Ramiro también ha sido noticia estos días. En la audiencia, se aireó el contenido de una carta que le habría dejado a su pareja, antes de embarcarse en la empresa criminal para atentar contra Manzo. En la carta, el hombre le dice a ella, Paulina, que no era verdad que se hubiera ido a trabajar en las plantaciones de aguacate, gran industria regional. En realidad, se había ido con el CJNG, a gestionar el reclutamiento de los muchachos y organizar parte del ataque.