Detenido un nuevo implicado en el asesinato del padre Marcelo Pérez en Chiapas
La Fiscalía estatal señala a Héctor N como presunto líder del grupo criminal de Los Motonetos y presunto actor en el atentado contra el religioso de octubre de 2024
Las autoridades de Chiapas han dado un nuevo paso para disipar las dudas del atentado contra el padre Marcelo Pérez, asesinado en octubre de 2024 en San Cristóbal de las Casas. La Fiscalía estatal ha informado este miércoles de la detención de Héctor N, El Chesman, señalado como implicado en el caso y presunto líder criminal del grupo Los Motonetos, que opera en la misma ciudad. El arresto del muchacho –del que no se ha revelado la edad– se une ahora a la condena de 20 años de cárcel contra Edgar M, autor material del atentado, que aceptó su culpabilidad en un proceso breve. La incógnita de cómo surgió el atentado todavía continúa presente en la diócesis de San Cristóbal.
“Existe una estrecha coordinación con la Fiscalía General de la República para ejecutar la orden de aprehensión de índole federal por el delito de homicidio calificado”, ha expuesto el Ministerio Público en el escrito. El grupo de Los Motonetos está relacionado con la carpeta de investigación abierta el año pasado tras la muerte del párroco; aunque el arresto del Chesman se ha realizado cerca de la terminal de corto recorrido de la ciudad, cuando él y “otras personas” amenazaban a los comerciantes y vecinos para que les permitieran el paso de los productos –no han especificado cuáles– que transportaban para vender. “Cuando las víctimas se negaban eran objeto de agresiones físicas o daños a sus vehículos”, ha añadido la autoridad en la nota.
El padre Marcelo Pérez era uno de los sacerdotes populares del sur del país, un altavoz de las inquietudes de las comunidades indígenas frente a la violencia de los caciques y los poderosos del territorio. La aceptación de culpabilidad por parte de Edgar M cortó de manera parcial el impacto mediático del caso, al acabar con las investigaciones acerca del autor del atentado. Fuentes cercanas a la investigación consultadas por EL PAÍS la semana pasada confirmaron que el atentado provenía de una familia de caciques del municipio de Pantelhó, en la región de Los Altos, conocida en la zona como el clan de los Herrera. Las autoridades federales ponían el foco todavía en tres personas, un responsable de la financiación, el autor intelectual del atentado y un preparador y ejecutor del mismo. La Fiscalía estatal no ha concretado el papel del presunto líder criminal en estas tres relaciones.
El asesinato del religioso se realizó entremedias de un proceso complicado en Pantelhó, a unos 50 kilómetros al noreste de San Cristobal. Pérez había tratado de mediar las tensiones en los conflictos del Estado. La manutención del poder por parte de los Herrera en las últimas décadas logró esquivar las denuncias de impunidad mantenidas por una parte de la población, que señalaba los asesinatos y desapariciones en el lugar y que desató una escalada de violencia hace cuatro años.