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Delta y Aeroméxico impugnan la decisión de Estados Unidos de disolver su alianza

Las aerolíneas han acudido ante la justicia estadounidense para defenderse, casi un mes después de que el Departamento de Transporte ordenara el fin de su unión

Delta Air Lines y Aeroméxico han impugnado la decisión del Gobierno de Donald Trump de poner fin a la alianza entre las dos aerolíneas a partir del próximo 1 de enero, tras considerar que esta unión produce efectos anticompetitivos en su sector aeronáutico. Las firmas aludidas han contestado casi un mes después de la decisión del Departamento de Transporte de Estados Unidos con una apelación ante la justicia, haciendo énfasis en que este recurso legal es su única opción para proteger los intereses de negocio, sus redes globales y clientes. “Aeroméxico y Delta son indisolublemente una sola empresa en el mercado transfronterizo que opera en beneficio de los consumidores. Deshacer el acuerdo de colaboración en la fecha límite del 1 de enero establecida por el DOT sería complejo, tanto operativamente como comercialmente”, defienden por escrito.

La cancelación de la inmunidad antimonopolio para Delta y Aeroméxico, vigente desde 2016, obligará a las firmas a suspender la fijación de precios comunes, la gestión de la capacidad y el reparto de ingresos. Delta y Aeroméxico podrán continuar su colaboración a través de códigos compartidos y cooperación para viajeros frecuentes. Delta también podrá conservar su participación accionaria en Aeroméxico y ambas aerolíneas podrán mantener sus vuelos actuales en el mercado estadounidense-mexicano. Previamente, la aerolínea estadounidense había cifrado los estragos del fin de la alianza en una pérdida de más de 140.000 turistas su país y casi 90.000 viajeros mexicanos.

El fin de la alianza entre Delta y Aeroméxico forma parte de una serie de amenazas difundidas por el Gobierno estadounidense contra México en julio pasado. En ese entonces, el Departamento de Transporte anunció varias restricciones contra las aerolíneas mexicanas, en represalia por la reducción de operaciones en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM), una medida impuesta en 2022, durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. En respuesta, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, defendió la política aeronáutica del país y declaró que no existían razones para restringir los vuelos desde México a Estados Unidos.

En plena escalada proteccionista desde Washington, la Administración de Sheinbaum deberá lidiar con este nuevo frente en los cielos. El Gobierno de Trump acusa que la alianza Aeroméxico-Delta, lejos de promover la competencia, perjudica los intereses de otras aerolíneas estadounidenses y por ello ha puesto una fecha de vencimiento en el calendario. Ahora las aerolíneas pelearán en tribunales. El desenlace de esta nueva batalla binacional aún tiene un pronóstico reservado.

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