Eugenio Caballero, director de arte: “Las políticas migratorias de Trump crearon huérfanos de Estado”
El premiado director estrena un documental sobre la decisión de Trump de separar a los niños migrantes de sus padres. Conversa sobre las críticas a la versión cinematográfica de ‘Cien años de soledad’ y la salud del cine mexicano
El director de arte Eugenio Caballero (Ciudad de México, 52 años) dice sentirse triste estos días por la decisión de la cadena estadounidense NBC de sacar a las plataformas de streaming el documental Separated, una crítica ...
El director de arte Eugenio Caballero (Ciudad de México, 52 años) dice sentirse triste estos días por la decisión de la cadena estadounidense NBC de sacar a las plataformas de streaming el documental Separated, una crítica a las políticas migratorias de la primera administración de Donald Trump, después de las elecciones en EE UU, realizadas en noviembre. El ganador del Óscar por su trabajo en El laberinto del fauno, la película de Guillermo del Toro, critica a la cadena y cree que de haber estrenado la obra antes de que los estadounidenses votaran, el filme podría haber generado algún tipo de reacción entre los votantes. “Todo suma”, afirma Caballero. “Tampoco soy inocente. Sé que las cosas se mueven de otras maneras, pero lo que tenemos nosotros, como artistas, es poder manifestar en nuestro trabajo lo que uno cree acerca de estas cosas”, agrega.
Caballero ha trabajado el diseño de producción de Separated de la mano del célebre director de cine estadounidense Errol Morris. Es la primera vez que colabora con un documentalista y lo ha hecho para recrear la historia de una familia, madre e hijo, que son separados al cruzar la frontera norte de México en medio de las duras y criticadas políticas migratorias de Trump. La obra fue estrenada en el Festival de Cine de Venecia y pronto se lanzará en plataformas en EE UU, pero Caballero lamenta que se haya perdido una oportunidad para abrir los ojos de algún estadounidense que aún pudiera corregir su voto. “El tema es parte de la agenda de Trump, esta aproximación draconiana a la migración y a la frontera sur. Es tan evidente el horror de lo que pasó, cuyo fin último no era contener la migración, sino hacer daño a los niños como método de persuasión”, explica el artista en una entrevista en su casa de Ciudad de México, en medio de un patio fresco lleno de plantas y de un árbol gigante que los vecinos de este barrio capitalino llaman “truenos”. Recuerda al árbol de los Buendía, en la versión para televisión de la afamada novela Cien años de soledad, del escritor colombiano Gabriel García Márquez, en cuya realización trabajó Caballero.
Separated —que aún no tiene fecha de estreno en México— sigue a la madre y su hijo desde que salen de Guatemala, atraviesan México con todos los peligros que implica para los migrantes este territorio, cruzan la frontera norte y son detenidos y separados por las autoridades estadounidenses. “Es un tema brutal, muy duro de ver. Morris, que es uno de los más respetados directores de documentales en el mundo, tiene un estilo muy único en el que recrea parte del periplo de esta familia y no solo centrándose en entrevistas, que es su especialidad, con funcionarios involucrados directamente en el programa de separación y después de reunificación de los migrantes”, narra Caballero. El director de arte afirma que la historia le impactó desde el largo proceso de investigación. “Hay muy pocas imágenes de estos centros donde se separaron a los niños. Son centros de detención en unas condiciones horrorosas. Para mí era muy impactante ver cómo el camino para llegar a Estados Unidos es un absoluto despojo, poco a poco les van quitando todas las cosas. Y con esta política de Trump el despojo llega hasta las últimas consecuencias, que es quitarle a un niño a su madre o su padre”, relata. “Están detenidos, no hablan el idioma, no tienen nada a lo que agarrarse. Esa política lo que hizo fue crear huérfanos de Estado”, afirma.
Caballero, que ha colaborado con los tres grandes directores de cine mexicanos (Alejandro González Iñárritu, Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro), está seguro de que Trump continuará con duras políticas contra los migrantes, tal y como lo ha prometido. “Si a pesar de lo monstruoso que fue, es reelegido y tiene un discurso beligerante hacia la migración, no hay leyes en Estados Unidos que prevengan que esto vuelva a suceder”, advierte. Trump ganó las elecciones con una mayoría impactante, con muchos votos, incluso en estados considerados moderados, ¿pueden entonces los artistas generar un cambio en las personas con sus trabajos? “El arte no debe ser nada”, responde Caballero. “No se puede dotar de una cuestión utilitaria al arte. A mí me interesa la posición de ciertos artistas sobre estos temas. Siento que todos hacemos nuestros trabajos desde distintas trincheras. Hay gente que se moja mucho más y son luchadores sociales, otras lo hacen desde el periodismo, hay personas que protestan. A nosotros los artistas nos toca de alguna manera evocarlo y tratar que, a través de nuestro trabajo, plantear una postura”, alega el artista.
La filmografía de Caballero reúne una treintena de películas en las que ha trabajado con otros directores reconocidos a nivel internacional como el español Juan Antonio Bayona, con quien colaboró en el largometraje Lo Imposible, la impactante recreación del tsunami que arrasó el sudeste de Asia en 2004 y dejó decenas de miles de muertes. La película, que logró la nominación al Óscar de Naomi Watts a mejor actriz, le dio a Caballero una nominación a los premios Goya del cine español. El mexicano también creó el evocador diseño de arte de la premiada cinta Roma, de Cuarón, que obtuvo tres premios de la Academia de cine estadounidense para el director: el de mejor dirección, mejor película extranjera y mejor fotografía. Caballero logró su propia estatuilla en 2005 a mejor diseño de producción por El laberinto del fauno. ¿Qué se siente ganar un Óscar? “Nervios”, dice sin falsas modistas. “Yo me gané el Óscar cuando estaba muy joven, tenía 33 años. No fue el culmen de una carrera, sino un momento que al principio no lo entendía. Siento que me costó años entender el peso real y el añadido que uno quiere darle. Es verdad que el Óscar ha traído mayor posibilidad de trabajo, pero no creo que haya que acumular premios. Entiendo los premios como consecuencia de un trabajo bien hecho o que conecta con la gente. Para mí es ahí donde está lo más chingón”, razona.
El también diseñador de producción colabora ahora con dos películas de factura argentina y española y ha estrenado dos éxitos de Netflix, las versiones cinematográficas de Pedro Páramo, la celebrada novela del mexicano Juan Rulfo, y de Cien años de soledad. Las obras, que han implicado un inmenso trabajo de producción, han recibido duras críticas de voces especializadas del cine y medios de comunicación, lo que a Caballero, afirma, no le preocupa. “Cuando nos metemos en un material así siempre sabemos que va a ser difícil. Cuando me invitaron cinco años atrás planteé un camino riguroso para hacerlo. La serie podrá gustarle o no a la gente, pero hay una investigación detrás, hay una construcción, sets creados desde cero, con muchísimo rigor. Te paralizarías si te centraras en las opiniones, porque no es exclusivo de estas adaptaciones las críticas. Con Roma hubo un grupo de personas que nos destrozaron, y es una película que a mí me gusta mucho. Con El laberinto del fauno las críticas fueron, en un principio, terribles”, comenta.
El creador es optimista sobre la salud del cine mexicano, que, dice, es una industria potente a pesar del golpe que implicó la pandemia de covid-19 y los recortes a los presupuestos bajo las administraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador y la actual mandataria Claudia Sheinbaum. “Nunca habíamos tenido una época de producción tan grande”, dice. “Se están haciendo más de 200 películas al año. Cuando empecé a hacer cine parecía una utopía, porque se hacían seis películas al año en todo México. Era imposible dedicarse a esto”, apuntala. “Hay un montón de voces importantes y diversas que cuentan las historias que nos están pasando y nos están moviendo, desde el cine más comercial hasta documentales durísimos de ver, que reflejan lo que pasa en México. Hay un desarrollo técnico y artístico muy grande. Hay una profesionalización en México que es radicalmente distinta. Cada año veo veinte películas que me gustan. El promedio de bateo es mayor que en muchos lugares”, certifica el aclamado artista mexicano.