Enardecidos discursos y un campo de batalla en San Lázaro: la reforma judicial marca el primer día del nuevo Congreso mexicano

El bloque oficialista ha mostrado el poder que le da la supermayoría frente a una debilitada y dividida oposición que intenta frenar la discusión de la polémica reforma judicial

Una protesta dirigida por estudiantes contra la reforma judicial propuesta por el gobierno mexicano, en Ciudad de México, México.Toya Sarno Jordan (REUTERS)

La avasalladora supermayoría del bloque oficialista en el Congreso formada por Morena y sus partidos satélite ––PT y PVEM–– se ha activado este domingo con la primera sesión de la 66 legislatura. La mayoría parlamentaria y la Administración federal han mostrado su músculo a una disminuida oposición visiblemente disgregada. El Congreso mexicano ha dado algunas pinceladas de lo que será el primer trienio de la próxima presidencia. Primero, con la entrega del último informe de Gobierno del presidente, Andrés Manuel López Obrador, que estuvo marcada por un enardecedor discurso de la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, que ante los legisladores de todos los partidos elogió la Administración del presidente Andrés Manuel López Obrador. El pleno del Legislativo se ha convertido en un campo de batalla, en un coliseo. De un lado, la oposición, bastante golpeada después de las elecciones del 2 de junio, y del otro una aplastante mayoría empoderada con el 73% de los diputados, y el control de los dos órganos de dirección de la Cámara baja.

“¡Presidenta!, ¡Presidenta!, ¡Presidenta!”, fue la proclama que ha resonado en el salón de sesiones en incontables ocasiones mientras la funcionaria emitía su mensaje desde la máxima tribuna sin el consenso de todas las fuerzas parlamentarias. “Si en algún momento -más adelante- regresan por sus privilegios los que se creían dueños de México, las nuevas generaciones tendrán la receta [...] Que solo el pueblo puede salvar al pueblo y que solo el pueblo organizado puede salvar a la nación”, lanzó Alcalde. Desde las curules de la bancada del PAN, senadores y diputados no repararon en pedir la salida de la funcionaria del salón de sesiones. “¡Fuera!, ¡Fuera!”, se escuchaba el grito frenético de los panistas que apuntaban con el dedo en sincronía. Simultáneamente, del lado de la empoderada supermayoría el grito de “¡Presidenta!, ¡Presidenta!”, no cesaba. La presidenta de la Cámara baja, Ifigenia Martínez, no logró establecer el orden.

El PAN ha recriminado que las palabras de Alcalde han rayado en el proselitismo propio de una dirigente de partido y no en las de una funcionaria de la Administración federal. En medio de la batalla entre el oficialismo y el PAN, las desangeladas bancadas del PRI y de Movimiento Ciudadano, observaron impávidas el intercambio de proclamas que ocuparon buena parte del discurso de la secretaria de Gobernación. Ninguna se unió a las consignas de la bancada panista. “¡Resistencia!”, ¡Resistencia!”, ha sido la respuesta de los panistas a los gritos del oficialismo. El PAN, ahora como segunda fuerza política en el Congreso, mantiene su distancia del PRI, mientras que Movimiento Ciudadano evade las alianzas con otras fuerzas políticas.

Por otro lado, la reforma judicial propuesta por López Obrador ha elevado la tensión entre las curules y el encono entre ambos bandos. Aunque la discusión de la polémica enmienda constitucional al Poder Judicial se ha postergado por acuerdo de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), órgano de gobierno en el Legislativo, será el martes 3 de septiembre cuando arranque la discusión y no este lunes como se acordó inicialmente. La oposición ha buscado, sin mucho éxito, frenar el debate. Este domingo, panistas, priistas y emecistas se han pronunciado en contra de la discusión de la reforma. La oposición ha puesto sobre la mesa la suspensión que dos jueces federales han otorgado para frenar el debate y la inevitable aprobación de la polémica enmienda a la Constitución.

Este domingo ha sido para muchos el primer día de colegio en el Legislativo. En la alfombra roja de la sesión de Congreso General han desfilado rostros ya conocidos que han sido desenterrados, algunos transfigurados, con cambio de piel y de bandera, otros tantos han regresado de la banca a las ligas mayores. Entre ellos están Hugo Eric Flores, exdirigente del extinto Partido Encuentro Social; Victor Hugo Lobo, hasta hace poco perredista; el actor Sergio Mayer; el exfutbolista y exgobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco; entre otros polémicos fichajes han llegado con la camiseta del partido oficialista al Congreso. El excandidato a la presidencia Ricardo Anaya ha regresado de su autoexilio de casi seis años gozando del fuero constitucional. El panista ha recordado que el freno a la polémica reforma al Poder Judicial que busca que jueces, ministros y magistrados sean elegidos en las urnas, por voto popular, está en el Senado y un senador puede hacer la diferencia. “Yo espero que no haya ese Judas que se venda por unas cuantas monedas, que nos mantengamos firmes”, dijo.

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