‘Sundown’, una postal paradisiaca, violenta e introspectiva de Acapulco
El director mexicano Michel Franco vuelve a juntarse con el actor británico Tim Roth en su más reciente película, sobre un hombre que parece indiferente a todo lo que acontece a su alrededor, pero que lleva consigo un enigma
La muerte, de una forma u otra, es una de las temáticas que siempre está presente en la filmografía del director Michel Franco. Ya sea la historia de un hombre deprimido después de haber perdido a su esposa y que debe aprender a relacionarse con su hija de 17 años, como en Después de Lucía (2012); o la relación de un enfermero con sus pacientes en estado terminal, al igual que en Chronic (2015). Para Sundown, su más reciente película —disponible en la cartelera de México d...
La muerte, de una forma u otra, es una de las temáticas que siempre está presente en la filmografía del director Michel Franco. Ya sea la historia de un hombre deprimido después de haber perdido a su esposa y que debe aprender a relacionarse con su hija de 17 años, como en Después de Lucía (2012); o la relación de un enfermero con sus pacientes en estado terminal, al igual que en Chronic (2015). Para Sundown, su más reciente película —disponible en la cartelera de México desde el 4 de mayo—, el realizador oriundo de la capital se vio al cumplir 40, hace tres años, en una “crisis de mediana edad”, en la que vislumbró su propia muerte.
“Chronic la escribí inspirado en la enfermera que acompañó a mi abuela en su última etapa de vida. Me impactó mucho. Sabemos desde niños que la vida termina, pero por más que sentí o vi muy lejos la idea, la fragilidad que sentí y lo desconcertante que es pensarlo nada más, me llevó a crear Sundown”, afirma el realizador de 43 años a EL PAÍS.
En esta nueva película, que vuelve a reunir al director chilango con el actor británico Tim Roth, este último interpreta a Neil, miembro de una adinerada familia, que se encuentra con sus seres queridos de vacaciones en un resort en Acapulco. Sin embargo, reciben una inesperada llamada de teléfono que trae malas noticias: su madre acaba de fallecer. Pero Neil, decide fingir que ha perdido el pasaporte y se queda en México, indiferente a una noticia tan trágica. Roth, que llegó al país para promocionar la película que tuvo su estreno hace dos años en la Mostra de Venecia, le dice a EL PAÍS que se encontró con un personaje “absolutamente desafiante e intrigante” y que representó un desafío “profundo” para encarnar.
Desde el inicio, Roth interpreta a un personaje que parece indiferente a todo lo que sucede alrededor de él, como en una especie de discordia entre la importancia sobre la vida y la muerte, sus obligaciones y el precio de la libertad personal, así como lo que debe o no sentir en ciertas circunstancias. A Franco le interesaba este extranjero en la playa de Caleta y plantearlo como un enigma, que al espectador le tome toda la película tratar de entender qué es lo que le está pasando en la vida y por dentro.
“Parece ser un personaje que decide abandonar todo para buscar hacer nada o buscar el placer de alguna especie de fantasía masculina trillada. Ese fue el punto de partida para el espectador o cómo, en la vida, juzgamos lo que vemos sin tener los suficientes elementos y pues, poco a poco, nos vamos dando cuenta de qué es lo que realmente tenemos enfrente”, precisa Franco y Roth complementa: “el público se vuelve cómplice en la construcción del personaje. ¿Qué es lo que piensan sobre Neil? ¿Cuáles son sus motivaciones? ¿Es cruel, es gracioso? ¿Es un psicópata? En ese sentido se puede ver la película de diferentes formas y maneras”.
En el elenco acompañan a Roth la actriz franco-británica Charlotte Gainsbourg y la intérprete mexicana Iazua Larios. El también actor recurrente en la filmografía de Quentin Tarantino, Reservoir Dogs (1992) y Los 8 más odiados (2015) —entre otros títulos—, así como su director, ven en Acapulco no solo un escenario, sino también un ente del cual, enfatiza el actor londinense de 61 años, se puede “explorar su jerarquía, el sistema de clases, las luchas, la violencia, pero también la belleza y poder”.
Franco dice que Acapulco es el lugar al que más veces ha ido del país. Recuerda una relación de “toda la vida” con este sitio, desde muy niño de viaje en carro tomando la carretera vieja. Sin embargo, dejó de ir por la compleja situación que atraviesa la locación debido a hechos violentos que han sido la constante en los últimos años y una última experiencia en la que viajó junto a una novia extranjera y pasaron por un momento incómodo con la entonces y ahora desaparecida Policía Federal. No quiso entrar en mayores detalles, pero fue parte de la motivación que tuvo para filmar en este balneario en la costa del Pacífico de México.
“Tuve mucha libertad para explorar una parte tal vez más existencial a la par de la más vivencial. De retratar Caleta de verdad y tratar de entender qué está pasando en el interior de Neil. Son los momentos que me interesaban más. Mostrar todas las caras que pude de Acapulco y jugar con el espectador. Siempre parece que estás viendo una cosa y, sin haber escondido información o mentido, eso se va transformando. Esas dos cosas son las que me interesaba equilibrar”, afirma Franco.
La violencia es parte del trasfondo de la película, que en su abordaje no es invisible a dónde y cómo transcurre; o a algunos sucesos que afectan al personaje, narrativa y cinematográficamente hablando. Con los antecedentes de su anterior película Nuevo Orden, que generó opiniones encontradas al ser tildada de “racista” o “clasista” por algunos sectores del público o como la respuesta mexicana a Parasitos, la ganadora del Oscar en 2020, por otros, ¿Le preocupa la lectura que el público pueda hacer sobre Sundown?
“Me preocuparía que no se le prestara la atención que merece. Como director no busco la violencia, pero tampoco puedo cerrar los ojos y pretender que no existe. Vivimos rodeados de eventos violentos. Lo que me interesó no es la violencia por sí sola. Aunque lo que filmé es una recreación exacta de lo que sale en el noticiero una escena después. Lo que me interesa es la reacción del personaje de Tim. ¿Por qué no reacciona ante ese hecho violento? ¿Por qué los turistas deciden seguir adelante con su día de playa? Y eso solo se descubre a través de ver la película y ese juego me pareció rico en lo cinematográfico”, agrega el director.
Tras Sundown, el tándem Franco-Roth, que comenzó su idilio cuando el británico era presidente del jurado de la sección Certain Regard en el Festival de Cannes —premio que ganó el mexicano por Después de Lucía—, tiene la intención de continuar filmando juntos. Tras Chronic, Sundown y 600 millas, del también mexicano Gabriel Ripstein —producida por Franco—, el intérprete nominado al Oscar y el Globo de Oro ha sido considerado como uno de los actores “favoritos de México”. Roth no lo esconde, el cariño y afecto es recíproco, pero, ¿qué es lo que más le gusta de filmar en el país? ¿Los directores, los proyectos? “Todo lo anterior”, se apresura en responder sonriente.
“Cuando veníamos a la entrevista le dije [a Franco] que realmente quería hacer otra película aquí. De verdad. Hay mucho talento y lo que parece ser un redescubrimiento del cine que me parece muy importante. En un momento en el que el streaming está dominando y consumimos contenido desde dispositivos, es fantástico ver una comunidad cinematográfica sólida, aventurera, muy singular y que todavía se está fortaleciendo. Y es que sí, si aquí es donde está, ¿por qué no querrías venir?”, finaliza Roth con una sonrisa satisfactoria.
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