La estatua de Colón tiene ya destino definitivo: el Museo del Virreinato en Tepotzotlán

La jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, confirma que en la antigua glorieta del almirante genovés van a convivir la réplica de la Joven de Amajac y la Antimonumenta

Imagen de archivo de la estatua de Colón en su antigua ubicación en Paseo de la Reforma.GUSTAVO GRAF MALDONADO (Reuters)

Más de dos años despúes de que fuera retirada, la estatua de Cristóbal Colón tiene por fin destino definitivo: la escultura del almirante genovés va a colocarse en el Museo Nacional del Virreinato, en Tepotzotlán, en el Estado de México. Así lo ha afirmado la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, que ha asegurado también que en la glorieta de la capital se va a mantener la Antimonumenta, colocada por colectivos feministas, y también se va a situar la réplica de la Joven de Amajac, en homenaje a las mujeres indígenas mexicanas.

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Más de dos años despúes de que fuera retirada, la estatua de Cristóbal Colón tiene por fin destino definitivo: la escultura del almirante genovés va a colocarse en el Museo Nacional del Virreinato, en Tepotzotlán, en el Estado de México. Así lo ha afirmado la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, que ha asegurado también que en la glorieta de la capital se va a mantener la Antimonumenta, colocada por colectivos feministas, y también se va a situar la réplica de la Joven de Amajac, en homenaje a las mujeres indígenas mexicanas.

Desde la salida de Colón en octubre de 2020 del Paseo de la Reforma se han acumulado las idas y venidas sobre qué hacer, por un lado, con su escultura, y, por otro, qué poner en su lugar. Su retirada tuvo lugar justo dos días antes de la conmemoración de su arribo a América y aunque el Gobierno capitalino dijo en un primer momento que la bajaban para ser restaurada, muy pronto se anunció que el genovés no iba a volver a la avenida más emblemática de Ciudad de México. Colón representaba toda la carga simbólica de las consecuencias históricas de su llegada al Caribe en 1492. Sheinbaum ha señalado que aunque se trata de una figura internacional, los habitantes del continente “no necesitaban que nadie los descubriera”: “Al contrario vino la invasión”.

Así el almirante dejó Reforma y unos meses después terminó en la avenida Buenavista, frente al edificio de la alcaldía Cuauhtémoc, donde tuvo que ser resguardada con vallas en varias ocasiones por el riesgo a ser vandalizada. Ante esta situación, el Gobierno de la ciudad ha decidido colocar al almirante bajo el techo de un museo. El del Virreinato, que está abierto desde 1964, forma parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y se dedica a “investigar, preservar y difundir la cultura de la época virreinal, uno de los periodos más significativos de la historia de México”.

El vacío que dejó Colón en la glorieta de Reforma duró poco. Los colectivos feministas reivindicaron el espacio, al que renombraron como Glorieta de las Mujeres que Luchan, y en su lugar colocaron la figura morada de una mujer conocida como Antimonumenta. A su alrededor pintaron decenas de nombres de mujeres asesinadas, de luchadoras y activistas. Además, hicieron del lugar el punto de reunión de marchas feministas, de ruedas de prensa para familiares de víctimas de feminicidio y desaparición, de talleres y hasta de proyección de documentales. Su implantación iba paralela a los planes del Gobierno.

Claudia Sheinbaum se comprometió a utilizar el espacio de Colón para homenajear a las mujeres indígenas. Con ese propósito, su Gobierno contrató al escultor Pedro Reyes y a su equipo para construir a Tlali. Una representación con bloques de piedra de una cabeza de mujer con rasgos indígenas, en la visión del autor. Sin embargo, el proyecto fue muy criticado y más de 350 personas del mundo de la cultura firmaron una carta en contra de la escultura. “Es inadmisible la elección de Pedro Reyes, un artista hombre que no se autoidentifica como indígena, para representar a ‘la mujer indígena’: así, generalizada, negando con ello la particularidad y diversidad de las mujeres que se autoidentifican como miembros de pueblos y naciones originarias, y poniendo su imagen en manos de la mirada de un hombre blanco-mestizo”, decía el texto firmado por figuras como la escritora Gabriela Jáuregui, las historiadoras del arte Graciela de la Torre y Sol Henaro o las artistas Lorena Wolffer y Julieta Arand.

Tras esta polémica, el Gobierno dio un volantazo. Abandonó el proyecto ya avanzado de Reyes y encontró la solución en la Joven de Amajac, una figura de granito que representa a una mujer gobernante de la cultura huasteca. El bloque, que fue encontrado por unos agricultores a principios de 2021 en Veracruz, mide dos metros y fue tallado entre el 1450 y el 1521.

Su réplica iba a ser la elegida para sustituir a Colón, pero tras el tira y afloja con las organizaciones feministas, que no están dispuestas a desprenderse de su Antimonumenta, Sheinbaum ha decidido mantenerlas a las dos. “En un reconocimiento, quizá, de que nuestras ancestras están cuidando a las niñas y a las mujeres de hoy, y también al reconocimiento de la lucha de las mujeres, pero también el reconocimiento de las mujeres de ayer y de hoy que han guardado la gran resistencia de México”, dijo el martes la jefa de Gobierno en un acto conmemorativo de las Lenguas Maternas.

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