Michelle Klein Solomon: “Nos gustaría ver una apertura de la frontera” entre EE UU y México
La responsable regional de la Organización Internacional de Migraciones destacó en entrevista con EL PAÍS el liderazgo de México en asuntos migratorios
La estadounidense Michelle Klein Solomon lleva más de un año al frente de la oficina regional de la Organización Internacional de Migraciones para...
La estadounidense Michelle Klein Solomon lleva más de un año al frente de la oficina regional de la Organización Internacional de Migraciones para América Central y México, con sede en Costa Rica, pero la pandemia le ha impedido hacer viajes sobre el terreno hasta ahora. Esta semana, la funcionaria de Naciones Unidas llegó a Ciudad de México en su primera visita oficial internacional que también le llevará a Tapachula, en la frontera sur, donde este miércoles participa en la presentación del informe ‘Diagnóstico para la integración de mujeres migrantes extranjeras en Chiapas’, y a Ciudad Juárez, limítrofe con Estados Unidos, donde el jueves visitará un albergue de migrantes.
Klein Solomon llegará la frontera norte en un momento en que la zona está viendo números récord de llegada de migrantes que tratan de ingresar a territorio estadounidense: según datos de la Patrulla Fronteriza, en mayo se registraron más de 180.000 intentos de cruces ilegales, la mayor cifra en casi dos décadas. La funcionaria de la OIM lo achaca a un momento de cambio en las tendencias migratorias en el que, a los motivos tradicionales que han expulsado a los centroamericanos en las últimas décadas, se han sumado en los últimos años factores políticos, socioeconómicos o medioambientales, como los efectos del cambio climático. “Tienes en algunos lados mucha pobreza, hay una diferencia enorme en los niveles de desarrollo entre los países del norte de Centroamérica y EEUU y la falta de empleo en algunos países es aún más significativa por el efecto de la pandemia y este impacto se va a quedar con nosotros mucho tiempo”, advierte en entrevista con EL PAÍS. “Es evidente que todavía no hemos visto la profundidad del impacto en el empleo”.
La directora regional de la OIM cree que el cambio en las políticas estadounidenses con la llegada de Joe Biden, que ha prometido dejar atrás las medidas más duras tomadas por la administración de Donald Trump, “va a tener un impacto enorme” en los migrantes. En ese sentido, destacó el final de los Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés), el programa por el que EE UU enviaba a los solicitantes de asilo a esperar la resolución de sus casos a México. Con la medida tomada por el nuevo Gobierno, ya han admitido a más de esas 12.300 personas a territorio estadounidense y, según adelantó Klein Solomon, se expandirá próximamente a casos que ya habían sido cerrados, lo que podría beneficiar a otros 10.000 migrantes más. “También estamos viendo una apertura a la migración regular laboral y esto es muy importante”, apuntó.
La funcionaria reconoce que la pandemia ha implicado también el cierre de fronteras en muchos países, algo que afecta especialmente a las comunidades en tránsito, pero espera que con el paso de los meses reabran para garantizar una migración “más segura y ordenada”. La frontera entre Estados Unidos y México está cerrada desde marzo de 2020 a actividades no esenciales y a nuevas solicitudes de asilo por el Título 42, una medida implementada por Trump al comienzo de la crisis del coronavirus y por la que cada día miles de migrantes y solicitantes de asilo son expulsados de manera exprés a peligrosas ciudades como Reynosa, donde ya se han comenzado a formar algunos campamentos, en los que esa población queda expuesta al crimen organizado y los coyotes.
–¿Es una prioridad para ustedes que se levante el Título 42?
–Sí, por supuesto. En cada país. No es solamente EEUU ha cerrado sus fronteras. Todos los países se preocupan mucho con el tema de salud por la pandemia. Por fin hay una pequeña luz con las vacunas de que podamos normalizar todo un poco. Y, por supuesto, nos gustaría ver una apertura de la frontera, pero entendemos que quizás necesitan hacerlo progresivamente para no tener flujos masivos y porque eso no es en el interés de los migrantes, porque no es muy seguro a nivel de salud ni de seguridad humana y de sus derechos. Es mejor poco a poco por su seguridad. Por supuesto hay muchas expectativas de una parte de la gente de la región de que van a tener oportunidades nuevas con esta nueva Administración, pero al mismo tiempo el Título 42 sigue en vigor. Como organización nos gustaría ver una apertura, pero entendemos que no va a suceder de un día para otro.
Para la representante de Naciones Unidas, empezar el contacto con la región en México es importante por su papel tradicional de “liderazgo sobre temas de migración a nivel regional y global”. Entre los mensajes que ha transmitido en este país a los funcionarios de las secretarías de Exteriores, Trabajo y Gobernación y de las embajadas extranjeras con los que se ha reunido hasta ahora está la necesidad de trabajar en conjunto entre los diferentes niveles de Gobierno y actores involucrados en atender a los migrantes y generar espacios de diálogo “para la formación de políticas basadas en evidencia”. “Y por supuesto voy a decir que, como organización y como parte del sistema de Naciones Unidas, estamos listos para asistir al Gobierno y a los otros acreedores en todos los lugares y a todos los niveles, para capacitar, dar apoyo y fortalecerlos en sus esfuerzos”, añade.
Klein Solomon ve en la situación migratoria actual enormes desafíos, pero también grandes oportunidades, como demuestran, a su juicio, las aportaciones de las diásporas en el crecimiento de sus países de origen a través de las remesas, con las que ayudan a cubrir las necesidades básicas de sus familias y que además repercuten en inversiones más a largo plazo para sus comunidades. “Nuestra perspectiva es que la migración puede dar oportunidades a la gente, a los países de origen y destino si se realiza de manera segura y ordenada para empleo, estudios, reunirse con sus familias y para los que necesitan protección”, señala.
La funcionaria celebra la inversión de 4.000 millones de dólares que ha anunciado el Gobierno de Biden para combatir las causas de la migración en los principales países emisores (Guatemala, Honduras y El Salvador). Y aunque reconoce que es un programa a largo plazo que no va a dar frutos de un día a otro aplaude que sea una idea alineada con el Plan de Desarrollo Integral para el desarrollo del sur de México y América Central promovido por Naciones Unidas.
La apuesta por frenar la migración desde el origen del Gobierno de Biden, sin embargo, se está encontrando con algunos obstáculos. Mientras que EE UU aboga por supeditar las ayudas a la lucha contra la corrupción y la impunidad de los países del norte de Centroamérica, su gran aliado en esa misión —México— apuesta por entregas de ayuda directas y por programas como Sembrando Vida, un proyecto para la plantación de árboles frutales y maderables que ha sido criticado por grupos ecologistas. Además, en su intento de búsqueda de alianzas con los países del llamado ‘Triángulo Norte’, el enfoque de Washington le está dificultando conseguir interlocutores en los Gobiernos de la región.
–¿Son compatibles estas visiones?
–Lo que les interesa está muy alineado, especialmente con el desarrollo y los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas para dar oportunidades a las personas en sus propias comunidades para tener una vida segura y productiva. A la vez creo que hay interés en la facilitación de una migración regular. Por supuesto hay diferencias de énfasis, pero la visión no es tan diferente. Las diferencias son menos que en lo que están de acuerdo.
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