“La compra de dólares en efectivo por parte del Banco de México puede generar inestabilidad financiera”
Los miembros del banco central han advertido de que la reforma abrirá la puerta del sistema financiero al crimen organizado
Para Gerardo Esquivel (Ciudad de México, 1965) la reforma para que el Banco de México reciba dólares en efectivo posee “riesgos incalculables” que podrían dañar a la economía mexicana. El subgobernador de la entidad, designado por el presidente López Obrador en enero de 2019, ha levantado la voz contra la iniciativa que el Senado aprobó la semana pasada. La propuesta, todavía pendiente de la rectificación por parte de ...
Para Gerardo Esquivel (Ciudad de México, 1965) la reforma para que el Banco de México reciba dólares en efectivo posee “riesgos incalculables” que podrían dañar a la economía mexicana. El subgobernador de la entidad, designado por el presidente López Obrador en enero de 2019, ha levantado la voz contra la iniciativa que el Senado aprobó la semana pasada. La propuesta, todavía pendiente de la rectificación por parte de la Cámara de Diputados, permite a los bancos en México recibir dólares en efectivo y obliga al banco central a comprar los remanentes de las instituciones que hacen transacciones en esa moneda, para luego añadirlos a las reservas internacionales del país.
La primera luz roja ante un escenario en el que el Banco de México se haga con estos dólares es las manos de las que provienen: el narcotráfico o las tramas fraudulentas. “Abre la posibilidad de entrada de recursos de procedencia ilícita no solo al circuito financiero mexicano, sino directamente a las reservas internacionales del Banco de México”, explica en entrevista con EL PAÍS el economista. La propuesta llegó al Legislativo de la mano del senador de Morena Ricardo Monreal, quien argumentó que la medida amplía los canales por los que los mexicanos que aportan dólares a la economía puedan seguir abonando estos recursos. “El beneficio es muy pequeño, muy dudoso y los riesgos son muy ciertos y muy elevados para una institución como el Banco de México y los recursos que resguarda”, argumenta Esquivel.
La lista de beneficiarios estaría compuesta por migrantes mexicanos que visitan el país, sus familiares que reciben remesas, los turistas extranjeros y los trabajadores del sector turístico, según la propuesta de Monreal. Al subgobernador del Banco de México, le resulta un argumento engañoso dado que estos usuarios del sistema bancario ya pueden ingresar dólares al sistema financiero: 300 dólares al día con un límite de 4.000 dólares al mes. “Es una mentira que todos los migrantes tengan que ir al mercado negro, porque en realidad lo que se está intercambiando en el mercado negro son los dólares cuya procedencia es potencialmente ilícita”, añade. Y aporta un dato: en lo que va del año un 99,3% de las remesas en dólares han llegado a México por medio de la vía electrónica.
Luego está la escena internacional donde México se convertiría en un agente riesgoso para el resto de economías. “Podría tener implicaciones más adelante en los términos de nuestra relación con autoridades financieras internacionales”, señala el economista. Pero desde esta misma perspectiva, el Banco de México podría ver sus cuentas sometidas a procesos judiciales e investigaciones en casos de blanqueo de capitales. “Harían susceptible [al banco] de ser sujeto de decisiones de autoridades internacionales que estén combatiendo el lavado de dinero y que identifiquen transacciones cuyo origen es sospechoso de ser ilícito, ni siquiera tienen que demostrarlo para proceder a congelar o a hacer indisponibles los recursos en dichas cuentas. Esto implicaría que existe la posibilidad de que las reservas fuesen sujetas a indisponibilidad para llevar a cabo los trabajos que corresponden al Banco de México”, apunta.
Otro frente que se abre es el de los bancos. Hasta ahora, solo las instituciones que tienen contrapartes en el extranjero para comprar sus excedentes de dólares pueden participar en operaciones en esa moneda. La reforma permitiría a casi todos los bancos en México recibir los dólares, ya que tendrían como receptor obligado de sus excedentes al banco central. “Con una iniciativa como esta, en la que los bancos están seguros de que podrán venderle, tarde o temprano, sus excedentes de efectivo al Banco de México, el riesgo de que esto se traduzca en el relajamiento de los controles es muy alto, por instituciones que hoy en día no están participando en este sistema porque no cuentan con los controles necesarios”, explica.
Esquivel elude nombrar a instituciones bancarias, pero reconoce que “es posible que haya beneficiarios de esta medida”. La semana pasada, el senador independiente Emilio Álvarez Icaza señalaba directamente a Banco Azteca —propiedad del tercer hombre más rico de México, Ricardo Salinas Pliego— de hacer cabildeo entre los legisladores para que la reforma fuese aprobada y aseguraba que la reforma permitía hacer del banco central una ”lavadora de dinero”. El subgobernador del Banco de México señala que el problema va más allá de la política local: “Hay que entender que este es un problema serio que puede dar lugar a un conflicto internacional, que puede generar inestabilidad financiera en el país, y que puede poner en riesgo acuerdos que se tienen con instituciones internacionales”.
El Banco de México posee, desde 1994 y dictada desde la Constitución, autonomía para decidir la política monetaria. Esquivel apunta que la reforma impone al banco la decisión de cuándo adquirir activos y cómo deshacerse de ellos con la compra de estos dólares. Lo que, desde su punto de vista, viola la independencia de la institución. “Esta obligación implica que el Banco de México modifique su balance para adquirir todos estos dólares sin límite y eso evidentemente es una ruptura de la autonomía”.