Vargas Llosa, sobre Borges: “Su mundo es muy alejado del mío, pero es un escritor extraordinario”
El Nobel de Literatura peruano habla en el Hay Festival mexicano de su más reciente libro, un homenaje a la obra del escritor argentino que lo deslumbró
Mario Vargas Llosa ha dedicado los 36 minutos de su participación en el Hay Festival de Querétaro a lanzar loas a Jorge Luis Borges, el escritor que lo deslumbró desde que lo leyó por primera vez. Un encandilado Vargas Llosa ha narrado su relación literaria con el argentino, de la que da cuent...
Mario Vargas Llosa ha dedicado los 36 minutos de su participación en el Hay Festival de Querétaro a lanzar loas a Jorge Luis Borges, el escritor que lo deslumbró desde que lo leyó por primera vez. Un encandilado Vargas Llosa ha narrado su relación literaria con el argentino, de la que da cuenta en su más reciente libro, Medio siglo con Borges (Alfaguara). Se trata, dice sin escatimar adjetivos, de un autor “extraordinario, original y fascinante” que causó una revolución sin precedentes en el español al crear una obra refinada gracias a su conocimiento de la literatura universal. “Fue un shock para mí encontrarlo”, admite el Nobel de Literatura.
Sentado frente a un computador portátil, con los audífonos puestos y detrás de un estante abarrotado de libros, el escritor de origen peruano ha relatado la tarde de este jueves con humor y admiración ese lazo literario que lo ha unido a su par argentino. Explica que conoció la obra de Borges gracias a su amigo Luis Loayza, quien se encargó de llevar a Perú los libros del autor de El Aleph. “Quedé enormemente impresionado por sus cuentos”, afirma. Aunque de entrada tuvo cierta reticencia con él, porque, explica, en su juventud estaba muy influenciado por la visión que Jean-Paul Sartre y los existencialistas tenían de la literatura, ya que creían que esta debía ser comprometida, una herramienta para transformar a la sociedad. “Y a Borges no le interesaba la política, no tenía ningún interés en cambiar la sociedad. El hacía literatura fantástica, con esas preocupaciones que tenían que ver con el tiempo, que entraban en contradicción con el mundo de Sartre”, explica. Fue por eso, admite con una sonrisa juguetona, que al principio comenzó a leer a Borges a escondidas. “Luego lo hice sin vergüenza, asumiendo la admiración que le he tenido”, afirma.
Entrevistado a la distancia por el periodista peruano Raúl Tola, Vargas Llosa explica cómo conoció al escritor argentino. Fue en el año de 1963 durante una gira que Borges hizo a Francia, en una Europa de posguerra a la que América Latina le sonaba como una tierra salvaje, de pistoleros y matonismos. Allá, en la tierra de Sartre, el bonaerense deslumbró a los franceses, a tal punto que sus tres presentaciones estuvieron abarrotadas —”incluyendo a escritores muy conocidos, que fueron atraídos por ese deslumbramiento”, acota—, la prensa y revistas francesas le dedicaron muchos reportajes y aparecieron nuevas ediciones de sus libros. “Este reconocimiento extraordinario saltó hacia América Latina, prendió aquí y mucha gente comenzó a leerlo y reconocerlo. Su gran prestigio viene de ese viaje. Fue emocionante para un latino estar en Francia y ver el deslumbramiento que causó a los franceses este señor casi ciego, que hablaba un francés impecable, muy literario, que sorprendió a los franceses”, cuenta Vargas Llosa.
Veinte años después, en 1983, Vargas Llosa pudo entrevistar a Borges en su departamento de dos habitaciones de la Calle Maipú 994, de Buenos Aires. “Lo que más me impresionó era la modestia con la que él vivía. Se había asociado a Borges a una sociedad mas bien privilegiada, pero esta era una casa sencilla, con una chica que se ocupaba del departamento”, recuerda. También lo sorprendió que en esa casa no hubiera libros de ni sobre Borges. “Quién soy yo para compararme con Shakespeare, con Cervantes”, respondió cuando se lo preguntó. Al final de aquella charla el argentino le pidió al peruano que le leyera un poema de un autor inglés que formaba parte de su biblioteca, pero lo que más recuerda el Nobel de Literatura es el incidente con una gotera que vio aquel día en aquella casa, escena que usó en el texto que escribió tras la entrevista. “Nunca me perdonó que citara esa gotera, a pesar de que había escrito el texto con mucho cariño y admiración. Dijo: ’está bien, es un muchacho que me vino a ver, es un periodista, mi impresión es que era un publicista que venía a venderme una casa”, narra, entre risas, Vargas Llosa.
El escritor también ha mencionado el lado más oscuro de Borges, su admiración por regímenes golpistas: “Él fue víctima del peronismo, como lo ha sido la Argentina, celebró muchísimo el golpe militar contra Perón y sentía simpatía con los militares, tuvo héroes militares, y ese mundo militar aparece en sus cuentos. Él aceptó ser condecorado por Pinochet en un momento donde asesinaba, torturaba, un coronalote que había dado un golpe contra un gobierno civil. Eso cuesta aceptarlo en un escritor que parecía más allá del bien y el mal”.
El autor de Conversación en la catedral admite que a pesar de la admiración que siente por Jorge Luis Borges, su literatura es muy diferente a la que él escribe. “El mundo de Borges es muy alejado del mío, que soy mas bien realista, las ideas de Sartre sobre literatura han estado siempre presentes en mí a la hora de escribir novelas. El tipo de escritor que trato de ser es muy distinto del de Borges, lo que no me impide admirarlo y reconocer en él a un escritor extraordinario, que hizo una revolución sin precedentes en la lengua, en el español, de extraordinaria prosa, esa manera tan sutil en la que presentaba sus cuentos, transparentándose poco a poco la razón de ser del relato. Es un escritor extraordinario, original”. Y si al público que siguió la charla por zoom le quedaban dudas de esta fascinación, Vargas Llosa acotó: “Es muy difícil no ceder a esa fascinación, a su encanto”.