El barrio de El Cañaveral refleja el sueño frustrado de las familias jóvenes
La falta de servicios públicos como colegios o centros de salud es lo que más preocupa a los nuevos vecinos
Las dificultades de emancipación y el alto coste de la vivienda obligan a los jóvenes a buscar alternativas en urbanizaciones nuevas, alejadas del núcleo central, con amplias zonas verdes y a precios que, aunque elevados, están por debajo de la media del casco urbano. Huir del centro de la ciudad ya no es solo una opción, sino que para algunas parejas es una necesidad si quieren formar una familia. El sueño del primer nido, sin embargo, esconde una dolorosa pesadilla: los barrios periféricos carecen de servicios públicos como colegios, centros de salud o suficiente transporte público. El Cañaveral es exactamente eso: un barrio situado a 12 kilómetros al este de Madrid, en el que viven casi 19.000 personas, de las que más del 25,5% tienen menos de 20 años, según los datos del Ayuntamiento.
El barrio limita al norte con el municipio de Coslada, al este con la Cañada Real —un asentamiento ilegal en el que alrededor de 6.000 personas viven sin luz—, al sur está prevista la construcción de otro proyecto de actuación urbanística (PAU), Los Ahijones, y al oeste se encuentra el casco histórico del distrito de Vicálvaro, al que pertenece. Amanda López (Vallecas, 33 años) se mudó a El Cañaveral con el objetivo de formar una familia. “Estamos muy contentos con el barrio, es nuevo, joven y con avenidas bastante amplias”, asegura. La media de edad en esta zona en 2023 fue de 32,60 años, 12 menos que la media en Madrid. Otro indicador que señala la preeminencia de la población joven en este PAU es la reducida cantidad de personas mayores de 65 años que viven allí. De los más de 5.000 habitantes de esa edad en Vicálvaro, solo 247 están empadronados en El Cañaveral.
Para hacerse una idea del crecimiento de este barrio, de las 20 promociones de viviendas de protección oficial (VPO) que se están construyendo en Madrid, 13 son en El Cañaveral. Incluyen 1.200 viviendas, de acuerdo con la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo de Madrid (EMVS), de las cuales 1.000 se destinarán a jóvenes menores de 35 años que quieran alquilar y cuyo sueldo se sitúe entre 1.200 y 2.500 euros mensuales.
No solo está muy alto el precio del alquiler, adquirir un inmueble en propiedad también tiene costes desorbitados. El importe mínimo de una casa en 2020 en El Cañaveral era de 150.000 euros, mientras que en 2024, según datos del portal Idealista, la mejor oferta de un piso de 90 metros cuadrados no baja de los 240.000. El valor más alto en la zona, en este caso de un chalet, asciende a 720.000 euros.
Sin servicios públicos
La subida de precios se debe a la gran demanda que tiene el barrio desde su construcción en 2017. Pero la evolución de los servicios básicos ha ido más lenta. Apenas hay un par de autobuses que conecten con el centro de la ciudad y con escuelas infantiles, farmacias y clínicas privadas. No hay colegios, ni centros de salud y esto está provocando un colapso en los más servicios cercanos. “El ambulatorio de Villablanca está saturado, yo he tenido que mantener mi médico en Vallecas”, dice López.
El gran número de niños en edad escolar que vive en la zona complica el acceso a los servicios de educación. El barrio duplica el porcentaje de Madrid en población menor de 14 años (22% respecto al 12,39 de la capital). “Somos demasiada gente joven para la disponibilidad de las escuelas infantiles”, comenta López, que está embarazada. “En las públicas es imposible y en las privadas hay lista de espera, a pesar de haber siete”, asegura. Irene Vallejo (Madrid, 33) tiene tres hijas, entre ellas, dos mellizas de dos años. Como no podía matricularlas en la escuela infantil por falta de plazas, buscó una alternativa. “Las tuve que meter en un colegio concertado [GSD Las Artes] cerca de mi trabajo, en Vallecas”, dice.
A la ausencia de centros públicos educativos y de sanidad se suma la falta de comercios. Siete años después de la llegada de los primeros vecinos, solo hay dos supermercados. La Junta de Compensación, órgano que reúne a los propietarios del suelo de la zona, acordó en noviembre de 2023 construir un centro comercial al aire libre al lado de la M-45, el tercer anillo de circunvalación de Madrid. Las obras no finalizarán hasta 2026, por lo que los vecinos se tienen que contentar con ir al complejo de La Gavia, en Vallecas.
El problema “más grave” en el barrio ahora, según Esther Casamayor (Madrid, 58), es la movilidad. Cuando un coche entra en El Cañaveral por la avenida principal se encuentra un semáforo ―que no funciona― y no hay más. “Conducir aquí es jugarte la vida”, se lamenta. En el año 2022, la tasa de accidentes por cada 100.000 habitantes fue de 230 en Valdebebas y 581, en El Cañaveral. La tasa en Madrid fue de 611.
El Ayuntamiento de Madrid propone solventar este problema con un bus de uso prioritario (BuP), que servirá de lanzadera a la capital y cuya frecuencia de paso está previsto que oscile entre los 3 y 10 minutos. Tendrá prioridad en los semáforos, por lo que su servicio se asemeja al del metro ligero.
El barrio tendrá cerca de 52.000 habitantes en 2028, según indica la Junta de Compensación. Al igual que otros PAU de la periferia de Madrid, El Cañaveral se ha erigido como una alternativa para que jóvenes como Amanda López o Irene Vallejo puedan emanciparse, comprar una primera vivienda o formar una familia en Madrid, sin verse envueltos en el bullicio de la almendra central. Pero la falta de servicios hace que todavía no puedan romper ese hilo.