Seis revistas infantiles para alimentar la curiosidad de los niños

Ilustraciones muy cuidadas, papel grueso, contenidos divertidos y de calidad que interesan a los más pequeños de la casa

Un niño lee con interés 'Kiwi', revista infantil.

Ilustraciones muy cuidadas, papel grueso, contenidos divertidos y de calidad que interesen a niños y niñas. Aunque lo dicho podría servir para definir el concepto de álbum ilustrado, en realidad se refiere a revistas dirigidas a un público menudo. Revistas que cuidan sus ilustraciones de forma exquisita y que miran a los ojos de la infancia para marcar los contenidos que las atraviesan. Algunas siguen una temática (ciencia, historia, creatividad), otras aprovechan para sacar temas controvertidos o que cuesta más tratar, pero todas están dispuestas a sorprender y a convertirse en un recurso más...

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Ilustraciones muy cuidadas, papel grueso, contenidos divertidos y de calidad que interesen a niños y niñas. Aunque lo dicho podría servir para definir el concepto de álbum ilustrado, en realidad se refiere a revistas dirigidas a un público menudo. Revistas que cuidan sus ilustraciones de forma exquisita y que miran a los ojos de la infancia para marcar los contenidos que las atraviesan. Algunas siguen una temática (ciencia, historia, creatividad), otras aprovechan para sacar temas controvertidos o que cuesta más tratar, pero todas están dispuestas a sorprender y a convertirse en un recurso más para arrimar a los más pequeños a la lectura. También a la creatividad, al conocimiento y a la diversión y, por qué no, al espíritu crítico. Porque si hay algo que fomentan es que sus lectores y lectoras puedan hacerse más preguntas y cuestionar lo que les rodea. Les une algo más: la mayoría de este tipo de revistas son proyectos independientes, pequeños, que se sostienen gracias a sus suscriptores, a la venta de ejemplares y a campañas de crowdfunding. Funcionan por el boca a oreja, por los colegios en los que se cuelan y por los eventos o talleres en los que participan. Pero, sin duda, son muy interesantes para acercar la cultura a los niños y niñas. Os hablamos de seis de estos proyectos.

1. Cocotero: aprovechar la curiosidad infantil. En 2019 nacía de mano de la editora María Beltrán Cocotero, una revista de divulgación destinada a niños y jóvenes de 7 a 10 años. Primero se lanzó en catalán y ahora, tres años después y con el proyecto más asentado, ha dado el paso de crear la versión de la revista en castellano. “Cocotero es principalmente una publicación de divulgación infantil. Hablamos de ciencia, pero también de cultura, historia, naturaleza, deportes… Cada número está enteramente dedicado a un único tema, y todos los artículos, cuentos, cómics y pasatiempos giran en torno a él. La idea es que puedas coleccionar monográficos y puedas volver a ellos cuando lo necesites”, cuenta María. A la hora de preparar un número exploran la temática desde los ojos de los lectores: “Al principio jugaba con mis hijos a preguntarnos cosas sobre distintos temas. Si hablábamos del cuerpo humano, por ejemplo, salían preguntas como por qué la sangre es roja o por qué tenemos que dormir. Intentamos responder a estas preguntas con información de calidad, curiosidades, y artículos al alcance de nuestros lectores y lectoras, sin infantilismos ni paternalismos”.

El formato de Cocotero es similar al de un libro: papel grueso, un gran protagonismo de la ilustración y una edición muy cuidada, que sea útil e informativa, aparte de bonita. La pregunta del millón es cómo sobrevive una revista independiente en un mundo cada vez más tecnológico, rápido y caótico. Responde María que la edición en castellano ha podido salir adelante gracias a una campaña de Verkami. “Cocotero es un proyecto pequeño, casi artesano. Procuramos ir labrando nuestro espacio usando la redes y haciendo difusión para poder dar a conocer la revista. A veces puede ser abrumador, pero ahí estamos, batallando para dar a conocer la revista y a animar a familias, escuelas y bibliotecas a suscribirse para poder consolidar la revista y que tenga una larga vida”.

2. Principia Kids: divulgación científica para todas las edades. “Los tres fundadores de la publicación venimos del mundo de la investigación y buscábamos hacer otro tipo de divulgación. El contenido sobre ciencia dirigida a peques era demasiado condescendiente en el lenguaje y siempre tirando hacia lo extravagante, ahondando en los clichés del mundo de la ciencia. Quisimos cambiar la estética con la que se presentaba la ciencia y decidimos que íbamos a “pintar y contar” la ciencia”, que las ilustraciones iban a cobrar importancia y no iban a ser una simple decoración”. Así define Enrique Royuela el germen de Principia Kids, una revista nacida en 2015 como versión de la ya existente Principia, para un público más adulto. Aunque lo de Kids es un poco trampa porque, como dice Enrique, Principia Kids está dirigida a niños y niñas de 0 a 99 años que quieran dejarse llevar por la curiosidad y la capacidad de sorprendernos que todos tenemos dentro.

En Principia Kids se aborda con sencillez temas como la inteligencia artificial, las matemáticas, la física cuántica o la geología. La publicación impresa, elaborada a seis manos, tiene más de mil suscriptores, pero su web puede llegar a recibir más de 100.000 visitas mensuales. “Quizás no parezca mucho si tenemos en cuenta lo grande que es el mundo, pero siempre nos gusta decir que Principia Kids quizás no sea un proyecto para todo el mundo, sino solamente para muchos elegidos”, dice Enrique. Al ser un proyecto independiente, que sobrevive sin publicidad y sin grandes patrocinadores (solo de las ventas y suscripciones), su forma más habitual de llegar al gran público es a través del boca a oreja y las redes sociales. “Es un proyecto que quien lo prueba, repite, y lo recomienda”.

3. Kiwi: la revista para niñas y niños intrépidos. El equipo de la revista Kiwi está formado por cuatro editores e ilustradores: Jorge García, Martha Rivas, Marina Hernández y Raquel Navarro. Cuentan a través de correo electrónico que querían acercar la lectura, el cómic y la ilustración a los más pequeños y el mejor camino que encontraron fue crear una revista infantil. En 2017 lanzaron el primer número gracias a un crowdfunding en la plataforma Verkami y al año siguiente, y gracias a otro Verkami, consiguieron lanzar la suscripción Kiwi, que incluye cuatro números al año. Y ya van por el número 15. “Kiwi busca fomentar la imaginación y la creatividad y poder ofrecer un espacio en el que los niños y niñas disfruten recortando, pintando, haciendo manualidades, pasatiempos…”. La revista, que está dirigida a niños y niñas de 5 a 10 años, da mucha importancia a las ilustraciones, que son de una calidad extraordinaria y divertidísimas. Tiene secciones para que los pequeños se diviertan con el papel y la lectura: manualidades, recortables, coloreables, recetas de cocina, cuentos y reseñas de libros. “Es un espacio para que experimenten y jueguen, algo que consideramos vital en esta etapa. Cada número es temático pensando en cosas que les gustan: la jungla, la magia, los dinosaurios, los robots, los viajes, las fiestas… ¡Incluso las gallinas y los cerdos!”, cuentan. También se incluye una sección de Pequeños Colaboradores en la que pueden enviar sus dibujos y verlos publicados.

El ecologismo, la igualdad y la diversidad son algunos de los valores que tratan de hacer visibles en sus páginas. Dicen que un ejemplo de su compromiso con la infancia es que la revista no contiene ninguna publicidad dirigida a los niños, pero también la apuesta que hacen por los contenidos, contando con ilustradores como María Ramos o Jürg Lindenberger, la fotógrafa Laura San Segundo o la escritora Elisa Victoria, entre otros. ¿Cómo se da a conocer un proyecto así? Al igual que el resto de proyectos, ha funcionado sobre todo la difusión entre las familias, los amigos y conocidos, y, sin duda, las redes sociales. “A los niños les hace mucha ilusión recibir en su casa el ejemplar a su nombre, poder disfrutar de una revista, así nos parece fundamental en la infancia para que se desarrolle el espíritu crítico y la cultura visual de los niños y niñas”, concluyen.

4. Namaka: una revista sin tabúes. La revista Namaka nacía en el verano de 2017 fruto de la pasión por las revistas de Sara Molina, una de sus fundadoras. “En aquel momento había muy poca oferta de revistas dirigidas al público infantil, así que empezamos a darle mil vueltas al proyecto”, cuenta. Cada revista gira alrededor de un tema que se desarrolla a través de las secciones. “Tratamos temas potentes como la sexualidad, el amor a nuestro propio cuerpo, el consentimiento, el cambio climático, la diversidad familiar, la muerte... Son temas que, a día de hoy, todavía son controvertidos o tabú. Nosotros acercamos a familias y escuelas estas temáticas para que puedan tratar estos tema de manera natural y establecer conversaciones alrededor de ellos con las personitas que nos leen. La revista es un recurso poderoso para hablar de absolutamente todo”, explica Sara.

Namaka se edita exclusivamente en catalán, pero reconoce Sara que el proyecto de la revista en castellano siempre está encima de la mesa. “Nos gustaría, aunque por ahora centramos nuestros esfuerzos, tiempo y recursos en continuar creciendo con la revista en catalán”. Esa es otra. ¿Cómo sobrevive Namaka? “Trabajando muy duro a favor de un contenido realmente interesante que conecte con los intereses y las emociones de niños y niñas. De nada sirve que familias y escuelas pongan la revista a su alcance, si luego no les proporcionamos contenidos que les guste. Hay muchas familias que buscan alternativas a la tecnología y el papel es un soporte que facilita un juego muy activo. La revista en papel se puede pintar, escribir, oler y coleccionar”.

5. Pantera: una revista para salvar el planeta. La revista Pantera nacía en 2019 para acercar a los niños y niñas a la naturaleza. El objetivo, según su fundadora, Cristina Camarena, es que a través del conocimiento de la naturaleza lleguen a amarla y protegerla. “Nos definimos como la revista para los niños y las niñas que sí salvarán el planeta. Pero la revista no únicamente está destinada a los peques, también tiene el propósito de que las familias y el mundo educativo los acompañen en el camino”. Cristina señala el analfabetismo natural que rodea a los niños y niñas hoy: “Si les preguntamos por un dibujo animado o por un videojuego, no solo lo van a nombrar, seguro que nos van a contar muchísimas más cosas sobre ese personaje o ese juego. Pero, ¿qué pasa si le preguntamos por ese árbol que ve a diario, sobre las aves que conviven con nosotros en los pueblos y ciudades o sobre nuestro entorno natural más próximo? Nuestra sociedad vive muy alejada de la naturaleza”.

La calidad de la revista es irrenunciable para Cristina: “Queremos una revista que pueda atesorarse en el tiempo, no un producto de usar y tirar. Solamente editamos tres números al año, que son temáticos (bosques, océanos, protección animal, Ártico y Antártida…) y que están muy cuidados”. Cuentan con profesionales referentes, a nivel nacional e internacional, del mundo de la ilustración y la fotografía, y con contenidos rigurosos en torno a la ciencia, la literatura, la filosofía o el periodismo, adaptados a la edad de sus lectores y lectoras. Cada año lanzan una tirada de 4.000 ejemplares por número, y desde el principio la revista ha estado disponible tanto en castellano como en catalán. En marzo lanzarán un crowdfunding para que la revista se convierta en un proyecto educativo y colaborativo: “Queremos que nos acompañen agentes de cambio como asociaciones medioambientales, escuelas, familias, fundaciones y todas aquellas entidades que quieren sumarse a este proyecto con una misión muy clara: resilvestrar la infancia”.

6. Petit sapiens: divulgación histórica. La revista Petit sàpiens nace como revista mensual en octubre de 2017, como la hermana pequeña de la revista Sàpiens, que lleva dos décadas haciendo divulgación histórica. En este caso cuentan con un historiador especialista en cada tema (que actúa como asesor) y un periodista (que sabe escribir de forma amena y atractiva para el gran público). Álex Novials, director de la revista, cree que la historia bien explicada también resulta apasionante para niños y niñas. “¿A quién no les gustaría tener una máquina del tiempo? Hicimos una prueba con cuatro números semestrales, y ante la buena acogida, empezamos a hacerla mensual. ¡Y ya vamos por el número 53!”, cuenta. En Petit sàpiens tratan la historia, pero también han añadido contenidos relacionados con el arte, la ciencia, la tecnología y la naturaleza. “Apostamos por una documentación muy rigurosa, para que el contenido sea de una gran calidad, pero también ponemos muchísima atención a la parte gráfica porque entendemos que la información también tiene que entrar por los ojos”.

El público de Petit sàpiens tienen entre 7 y 12 años, un momento en el que, según Álex, todo les resulta fascinante, por lo que se hacen muchas preguntas, pero también en un momento crítico para desarrollar el gusto por la lectura. “Tener acceso a una revista pensada especialmente para ellos y ellas les puede resultar un trampolín ideal para desarrollar mes a mes su gusto por la lectura y su pensamiento crítico. Sabemos que tenemos auténticos fanáticos que esperan la visita del cartero con impaciencia e ilusión”. Petit Sàpiens, a diferencia del resto de proyectos, pertenece a un grupo editorial y se vende en quioscos, algunos supermercados y librerías de todos los territorios de habla catalana (Catalunya, Baleares y Valencia), con una difusión de unos 2.000 ejemplares mensuales, y la envían por correo a más de 9.000 suscriptores. De momento únicamente está disponible en catalán.

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