Rubén Barbera: “Mi objetivo es que mis alumnos vengan felices a clase. A partir de ahí, ya puedo empezar a enseñar”

Este profesor de Infantil, nominado al Mejor Docente de España, trabaja por proyectos y son los estudiantes los que deciden qué quieren aprender. Este martes 5 de octubre se celebra el Día Mundial de los Profesores

Rubén Barbera es profesor en un colegio de Coslada.

Un barco pirata como los que aparecen en un montón de historias que hablan de intrépidos marineros que se adentran en las profundidades de océanos desconocidos en busca de aventuras y tesoros. Esta es la imagen que usa Rubén Barbera, un madrileño de 35 años, para ambientar su clase y mandar a sus alumnos del colegio Félix Rodríguez de la Fuente, en el municipio madrileño de Coslada, uno de esos mensajes...

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Un barco pirata como los que aparecen en un montón de historias que hablan de intrépidos marineros que se adentran en las profundidades de océanos desconocidos en busca de aventuras y tesoros. Esta es la imagen que usa Rubén Barbera, un madrileño de 35 años, para ambientar su clase y mandar a sus alumnos del colegio Félix Rodríguez de la Fuente, en el municipio madrileño de Coslada, uno de esos mensajes que uno recibe casi sin darse cuenta: “aprender, andar en busca de ese tesoro que es el conocimiento, puede ser una viaje emocionante”. Lo puede ser para ellos y lo puede ser para él, que por segundo año consecutivo ha sido postulado como candidato para recibir el galardón al Mejor Docente de España. Barbera es un buen ejemplo para reconocer el trabajo de los profesores. Este martes 5 de octubre es el Día Mundial de los Docentes 2021.

Barbera explica que descubrió su vocación jugando con sus primos y, desde entonces, consagró su vida a una sola cosa: convertirse en profesor. Como tantos otros, empezó haciendo breves sustituciones de menos de un año que le obligaban a abandonar a los tripulantes de su barco antes incluso de llegar a puerto. Finalmente, tras obtener su plaza en un colegio público, puede al fin acompañar a sus alumnos año tras año en sus cambios de ciclo, algo que para él resulta fundamental. En su clase, las sillas, que en otras aulas sirven para que los niños estén quietos y callados, están apartadas a un lado, y todo el centro del salón está decorado con manualidades de los propios alumnos. Trabajan por proyectos en los que Barbera aprovecha su relato de la clase barco pirata para hablar, por ejemplo, de las criaturas que viven en el mar.

PREGUNTA. ¿Qué cualidades debe tener el Mejor Docente de España?

RESPUESTA. Vocación. Que te guste tu trabajo. Me parece increíble que me paguen por esto. A veces pienso que tendría que pagar yo por todos los grandes momentos que paso con mis alumnos. Todos los días aprendo algo.

P. ¿Qué aprende usted de sus estudiantes?

R. Ellos son los verdaderos maestros. Nos enseñan todos los días lo solidarios que son. Siempre son los primeros en ayudar cuando hay un problema y a ti como profesor eso te enseña mucho. Durante toda la pandemia, no se han quejado nunca de todas las líneas rojas que les hemos impuesto. La mayor enseñanza es que siempre están dispuestos a aprender y ayudar.

P. ¿Cómo es un día en su clase?

R. Trabajamos por proyectos y son los alumnos los que deciden qué quieren aprender. Por ejemplo, el último trimestre fueron piratas. Lo más importante es que cada niño se sienta especial. A la entrada, saludo a cada uno de ellos, les hago una caricia, algo que a ellos les haga venir con otra mentalidad. Una vez dentro, antes de entrar al aula, me gusta hacer un circuito con ruedas, toboganes o zigzag. Una vez empezamos a jugar, los niños ya están felices y se divierten. Entonces, pasamos a cumplir los protocolos, dejan sus cosas en el aula y hacemos una asamblea para hablar de qué es lo que queremos aprender. Finalmente, unos cuantos juegos de lógica matemática, lectoescritura, bailamos, nos movemos... La educación emocional, en esta época, es más importante que nunca.

Aula del colegio Félix Rodríguez de la Fuente, en el municipio madrileño de Coslada.

P. Se habla mucho de ella, pero ¿en qué consiste exactamente esa educación emocional?

R. Trabajamos mucho los valores a través de juegos. Por ejemplo, teníamos una silla de besos y abrazos, que ahora tenían que ser virtuales, claro. Si un compañero se sentía mal en algún momento, pues se sentaba en esa silla y solo tenía que decir el nombre de un amigo y él se acercaba a darle un abrazo. Cada niño tiene en clase un espacio en la pared con fotos de sus familias, de momentos felices con las que hicimos un mural, y cuando quieren recordar algo, se acercan a la pared y pueden ver cuando quieran lo bien que se lo pasaron.

P. ¿Los juegos son el mejor método de aprendizaje?

R. Para mí, el juego es esencial. A través de él, el niño es capaz de todo porque le motiva a superarse. Además, con el juego se pueden obtener todos los aprendizajes que se necesitan, desde capacidades motrices hasta leer, algo que aprenden a hacer casi sin darse cuenta y sin darle importancia. Y lo puede hacer cada uno a su ritmo.

P. ¿Y ahora, con la covid?

R. A mí, la covid me ha servido para aprender mucho porque los profes tuvimos que reinventarnos. Tuvimos que buscar otras formas de llegar a nuestros alumnos, a través de videos, directos y diferentes herramientas tecnológicas para poder seguir enseñándoles de una forma divertida. Eso sí, tengo claro que la educación en Infantil debe ser presencial, porque es muy difícil que sigan los juegos. A esa edad, la cercanía es muy importante. A la vuelta, he notado que necesitaban mucho más cariño por parte del centro.

P. ¿Cómo hiciste para sustituir esa cercanía?

R. Creé un canal de YouTube y un blog para llegar a todos los niños. Leíamos cuentos y les proponía juegos. La idea era sobre todo ayudar a que pasaran un rato agradable en mitad de una situación en la que les habían cortado su libertad. Todo tuve que hacerlo con el móvil. Fue un poco a la aventura.

P. ¿Qué significa para usted estar nominado a los Premios Educa Abanca como mejor docente de España 2021?

R. Me considero muy afortunado de tener familias que confían en mi trabajo y que me han vuelto a proponer para el premio. Además, animo a todas las de España a que propongan a sus docentes para este galardón porque es una gran satisfacción que te reconozcan tu trabajo. Ahora, puedo repetir, es un sueño. Mi mayor premio son mis alumnos todos los días. Estoy muy orgulloso de ellos. Mi objetivo es que cada día sean felices al venir a clase. A partir de ahí, ya podemos empezar a enseñar.

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