‘Palabras mágicas para tiempos difíciles’: el libro que pone voz al sentir de los niños
El relato propone 19 parejas de palabras sobre emociones y situaciones que se pueden dar en esta pandemia y sus soluciones
Decía Wittgenstein que pronunciar una palabra es como tocar una tecla en el piano de la imaginación. Cuantas más palabras, más melodías en ese piano, más posibilidades de imaginar y fantasear, de pensar con precisión y complejidad, más claridad y conciencia sobre nosotros mismos y sobre el mundo. Tener vocabulario nos permite expresarnos con más exactitud y también a conocernos mejor. Palabras aladas es el sueño de dos personas comprometidas con la infancia feliz: Cristina Núñez y R...
Decía Wittgenstein que pronunciar una palabra es como tocar una tecla en el piano de la imaginación. Cuantas más palabras, más melodías en ese piano, más posibilidades de imaginar y fantasear, de pensar con precisión y complejidad, más claridad y conciencia sobre nosotros mismos y sobre el mundo. Tener vocabulario nos permite expresarnos con más exactitud y también a conocernos mejor. Palabras aladas es el sueño de dos personas comprometidas con la infancia feliz: Cristina Núñez y Rafael R. Valcárcel. Ellos armaron las ideas básicas que sustentan esta editorial: hacer libros con cuidado, a fuego lento, con esmero y primor. Desde el inicio de la andadura, han publicado relatos preciosos como Cómo alcanzar tus sueños o Amar, el diccionario para disfrutar de la convivencia.
Ahora, recién salido de imprenta, nos presentan Palabras mágicas para tiempos difíciles (Palabras Aladas, 2021). Ellos son editores y autores: “El libro propone 19 parejas de palabras. En cada una, la primera plantea una situación difícil, un problema o un estado de ánimo no deseado. Así, podemos leer sobre la incertidumbre, la ansiedad, sobre el aislamiento o la desidia. La segunda plantea una posible manera de afrontar esa situación o emoción”, cuenta Cristina Núñez. “Puede ser una actitud (como tomarse las cosas con sentido del humor o con estoicismo), puede ser un curso de acción (como hacer frente al caos poniendo orden) o puede ser potenciando una manera de pensar, por ejemplo, usar el sentido común”, asegura R. Valcárcel. Además, cada palabra está acompañada de una bella ilustración, e igual que las palabras van en parejas (desconfianza-cautela; espera-estoicismo), las ilustraciones también están relacionadas y son una forma visual y artística de impregnarse de ideas.
Cuando los tiempos se ponen espesos y repletos de incertidumbre, hay que aprender a salvar obstáculos como cuando saltábamos el potro en la escuela. La psicóloga y psicoterapeuta Rosa Collado firma el prólogo del libro que trata sobre las herramientas para combatir este primer grupo de conceptos/palabras y ansiedades negativas. Nos cuenta: “Con frecuencia, la facultad de acción puede verse mermada por la intensidad de las emociones con las que experimentamos lo que nos acontece. Sentimientos de miedo o ansiedad generan respuestas de huida, de parálisis o de defensa agresiva, que pueden anular nuestra capacidad de reacción en lugar de encauzarnos a soluciones alternativas que nos ayuden a estar mejor”. Es por eso que encontrar herramientas que aumenten nuestra autoestima y seguridad es imprescindible. Para ello, Collado recomienda enseñarle a nuestros hijos a describir emociones, “sin negarlas ni resistirnos a sentirlas, para aceptarlas y poder gestionarlas, eso sería un buen paso para fortalecer la habilidad en resolución de problemas”. También asegura que reconocer los pensamientos que hacen que esas emociones negativas aparezcan y se intensifiquen, es el paso siguiente a determinar qué es real y qué es construido por nuestra mente y en la de nuestros niños.
Palabras mágicas para tiempos difíciles es una ayuda inequívoca para poner voz al sentir de las criaturas. Dicen los autores que nunca es fácil explicar cómo nos sentimos; “muchas veces sentimos algo y no sabemos muy bien qué es. Si leemos con nuestra hija el texto sobre la incertidumbre y ella la ha sentido, solo con ver reflejado su sentir en el libro ya empezará a sentirse reconfortada”. Ese juego de palabras también funciona como acompañamiento, como una invitación a transitar estos tiempos difíciles de forma consciente, sabiendo lo que nos ocurre o lo que se nota en los ambientes y entornos en que nos movemos; es una manera de arrojar luz sobre las sombras, de poner nombre a los fantasmas y hacer que su poder de atemorizar se evapore. Los libros (y este en concreto) son un lugar donde adquirir perspectivas nuevas para afrontar los conflictos y contrariedades que puedan ir surgiendo durante el vivir. “Las 19 palabras mágicas que aquí se proponen como formas de afrontar las dificultades de la vida son un pequeño tesoro que será útil hoy y siempre”, afirma Cristina Núñez.
Collado añade que es importante explicar a los niños los significados de palabras que expresan emociones porque es la base de la educación que alimentará su propio autocuidado: “Cuando los padres explican emociones como la ansiedad o la desidia, ayudan a sus hijos a conectar con su esencia humana y unirla a su entendimiento y madurez cognitiva”. La experta considera que los progenitores que se aproximan a las emociones, actúan como modelos sanos para sus hijos porque les enseñan que, “al manifestarse esa parte emocional y hablar de los sentimientos, sin ocultarlos, es más sencillo aprender a gestionarlos. Así que, aclarar qué significa la preocupación, el miedo o la ansiedad, ayuda al niño a entender lo que le pasa y saber qué hacer cuando ocurre”.
Hablar con nuestros hijos de las emociones les ayuda a decidir activamente cómo afrontarlas y de qué modo, la psicóloga nos marca ejemplos: “Elegir si van a respirar profundamente y relajarse, si van a buscar el apoyo de los adultos, si van a darse mensajes de auto valía y motivarse al cambio, para superar los temores o enfrentarse al aburrimiento si la emoción que se identifica es la desidia”. Lo más importante es hablarles en positivo. “Ayuda a establecer una relación de seguridad con ellos. Va a facilitar desarrollar una postura positiva hacia sí mismos. Esa misma autoconfianza les ayudará a verse más seguros para afrontar los retos que supone crecer y mejorará su actitud y su autoestima en las relaciones que se establecen con los demás en los diferentes contextos sociales”, termina Collado.
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