Trump publica el primer parte médico desde el atentado: “Es un absoluto milagro que no lo mataran”
El informe lo firma Ronny Jackson, que fue doctor del candidato republicano durante sus años en la Casa Blanca y ahora es congresista por Texas
Una semana después del atentado contra Donald Trump del sábado pasado en un mitin en Bultler (Pensilvania), el candidato presidencial compartió este sábado el primer parte médico. Lo firma Ronny Jackson, que fue doctor de Trump durante sus años en la Casa Blanca y ahora es congresista por Texas.
Es un “memorando” dirigido a los “ciudadanos preocupados de Estados Unidos”, en el que Jackson, que se hizo famoso por alabar “los genes extraordinarios” de Trump, cuenta que lo ha tratado durante toda la semana y concluye que “es un absoluto milagro que no lo mataran”.
En el parte médico, escribe: “La bala pasó a menos de un cuarto de pulgada [0,6 centímetros] de su cabeza, e impactó la parte superior de la oreja derecha. El rastro de la bala produjo una herida de dos centímetros de ancho, que se extendía hasta la superficie cartilaginosa de la oreja. Inicialmente hubo un sangrado significativo, seguido de una marcada hinchazón. (...) Debido a la naturaleza altamente vascular del oído, todavía hay sangrado intermitente que requiere la colocación de un vendaje. Dada la naturaleza amplia y contundente de la herida en sí, no se requirieron suturas”.
Ese vendaje, una gasa blanca cuadrada, fue uno de los protagonistas de la Convención Nacional Republicana, que cerró sus puertas el jueves en Milwaukee (Wisconsin) y sirvió para certificar que Trump tiene el control total del partido. Algunos de los delegados presentes en la convención se pusieron apósitos que emulaban el del expresidente. Este sábado en un mitin en Grand Rapids (Michigan) el candidato republicano apareció con una discreta tirita de color carne.
El memorando, que lleva el membrete de Jackson en el Congreso, también proporciona nuevos detalles sobre la atención médica que su equipo dice que recibió en el Butler Memorial Hospital de la localidad de Pensilvania en la que sufrió el atentado. Allí, cuenta Jackson, los médicos “hicieron una evaluación exhaustiva en busca de lesiones adicionales que incluyó un [scanner] por tomografía de su cabeza”.
Este sábado, el hospital que trató al expresidente se negó a dar más información de la proporcionada por Jackson. “Las leyes y políticas de privacidad nos impiden comentar nada sobre la atención brindada”, explicó a The Washington Post Tom Chakurda, director de comunicaciones y marketing de Independence Health Systems, que gestiona el Butler Memorial.
Unas cuatro horas después del atentado, Trump dio su versión a través de Truth, su red social: “Recibí un disparo de bala que me atravesó la parte superior de la oreja derecha. Supe inmediatamente que algo iba mal porque oí un zumbido, disparos, e inmediatamente sentí la bala rasgando la piel. Sangraba mucho y entonces me di cuenta de lo que estaba pasando”, escribió.
El candidato volvió sobre lo sucedido aquel día en su discurso de aceptación del jueves, en la Convención Nacional Republicana. “Como ya saben, la bala del asesino estuvo a un cuarto de pulgada de quitarme la vida. Mucha gente me ha preguntado qué pasó, y, por lo tanto, les contaré lo que pasó, y nunca lo oirán de mí una segunda vez, porque es demasiado doloroso contarlo”, dijo.
Explicó que girarse para mirar un gráfico sobre la inmigración ilegal le salvó la vida. “Algo me golpeó muy, muy duro, en mi oreja derecha”, afirmó. “Había sangre por todas partes y, sin embargo, en cierto modo me sentía muy seguro porque tenía a Dios de mi lado”, continuó. “Las balas volaban sobre nosotros, pero yo me mantuve sereno. Estoy ante ustedes en este estadio solo por la gracia de Dios todopoderoso”, añadió.
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