La era Trump concluye con todo el poder para los demócratas

Raphael Warnock y Jon Ossoff ganan los escaños en la segunda vuelta electoral en Georgia y los republicanos pierden el Senado, tras ser derrotados en el Congreso y la presidencia

El presidente electo de EE UU, Joe Biden (derecha) con los senadores Raphael Warnock (en el centro) y Jon Ossoff, el 4 de enero.Carolyn Kaster (AP)

La era Trump termina con los demócratas controlando todo el poder. En medio del caos generado por el asalto al Capitolio que emprendieron los partidarios de Trump en Washington, el Partido Demócrata arrebató a los republicanos el control del Senado de Estados Unidos, al confirmarse la victoria de los dos candidatos progresistas en la elección de este martes en Georgia, que disputaba en segunda vuelta los escaños de ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La era Trump termina con los demócratas controlando todo el poder. En medio del caos generado por el asalto al Capitolio que emprendieron los partidarios de Trump en Washington, el Partido Demócrata arrebató a los republicanos el control del Senado de Estados Unidos, al confirmarse la victoria de los dos candidatos progresistas en la elección de este martes en Georgia, que disputaba en segunda vuelta los escaños de este Estado. El resultado allana el mandato del presidente electo, Joe Biden, quien, al menos durante los dos próximos años, gobernará con las dos Cámaras legislativas a su favor. No obstante, la mayoría demócrata en el Senado será mínima: con el triunfo del reverendo Raphael Warnock y del treintañero Jon Ossoff, la Cámara alta quedará formada por 50 republicanos y 50 demócratas (dos de ellos, independientes). Será la próxima vicepresidenta, Kamala Harris, quien ejercerá el voto decisivo en los casos de empate.

El resultado se ha conocido justo cuando el mundo contemplaba cómo los manifestantes trumpistas asaltaban el Capitolio mientras se celebraba una sesión para ratificar la victoria de Joe Biden. La batalla en el Estado de Georgia era clave y Trump se había volcado en ella, pero otorgándose muchas veces un protagonismo mayor que el de los candidatos que se jugaban el puesto. En un mitin el pasado lunes, el presidente saliente se dedicó durante una hora y media a difundir acusaciones infundadas de fraude electoral y a lanzar dardos contra los demócratas y las autoridades estatales de su propio partido. Apenas tuvo palabras para los aspirantes al Senado, hoy derrotados. “Jamás nos rendiremos. Nunca jamás concederemos [la derrota]”, sostuvo este miércoles por la mañana el magnate ante una multitud de seguidores en Washington.

Georgia se encontraba en el ojo del huracán tras haber elegido, en las elecciones de noviembre, al primer presidente demócrata en 28 años, convirtiéndose así en el único oasis azul en el llamado “cinturón bíblico” del sur, en un escrutinio ajustado que Trump ha tratado de desacreditar sin éxito. Este martes, el Estado sureño ha vuelto a hacer historia por varios motivos: ha elegido al primer senador demócrata desde 1996 en una segunda cita electoral, tras un primer empate el 3 de noviembre; ha dado el triunfo por primera vez a un senador negro, Warnock, quien rompe un simbólico techo de cristal para la comunidad en el Estado sureño, el segundo con mayor población negra del país.

Gabe Sterling, un alto funcionario electoral republicano de Georgia, informó este martes de que más de 100.000 residentes que votaron en la segunda vuelta senatorial no participaron en las presidenciales. “Mientras los republicanos estaban ocupados atacando [por no desacreditar los resultados] al gobernador y a mi jefe, los demócratas estaban tocando puertas”. Con la recuperación del Senado, después de seis años de mayoría republicana, los demócratas dan otro portazo a la era Trump, si bien lo ajustado del resultado refleja la necesidad de consensos. La victoria demócrata en Georgia también supone el fin del reinado del líder de los republicanos en la Cámara alta, Mitch McConnell, que pasará a ser jefe de la minoría. McConnell ha sido durante años la pared contra la que chocó la Administración de Obama en su última época, un veterano político orgulloso del apodo La Parca por su capacidad de enterrar proyectos de la oposición.

La masiva participación de la comunidad negra y la movilización de los jóvenes de las grandes ciudades fueron claves en el triunfo de Warnock, de 51 años, que se enfrentaba a la senadora republicana Kelly Loeffler, de 50, y Ossoff, realizador de documentales, de 33, que competía por un escaño contra David Perdue, hasta el pasado domingo senador republicano, de 70 años.

El reverendo Warnock, el primer negro en llegar al Senado por Georgia, era un rival fuerte. El pastor desde hace más de 15 años de la Iglesia Bautista Ebenezer, la misma del líder por los derechos civiles Martin Luther King Jr., fue inmediatamente bien recibido por la comunidad, que lo sentía cercano a sus problemas diarios. “Las manos de 82 años que antes recogían el algodón de otra persona fueron a las urnas y eligieron a su hijo menor para que fuese senador de Estados Unidos”, dijo el senador electo Warnock esta mañana. Por su parte, Loeffler, quien fue puesta a dedo en el cargo por el secretario de Estado de Georgia después de que un legislador se retirara por problemas de salud, era una incógnita.

Aunque las encuestas proyectaban una leve ventaja de Ossoff frente a Perdue, su triunfo fue una sorpresa mayor. El ahora exsenador se hizo con su escaño en 2014 cuando ganó de manera holgada con el 52,9% de los votos. Durante la última semana, el fiel seguidor de Trump no pudo hacer campaña sobre el terreno porque había estado en contacto directo con un contagiado de coronavirus. Con 33 años, Ossoff será el senador más joven de la Cámara alta y también el demócrata más joven en llegar al Senado desde Joe Biden hace casi medio siglo.


Suscríbase aquí a la newsletter sobre las elecciones en Estados Unidos

Sobre la firma

Más información

Archivado En