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Arthur Dénouveux, presidente de la asociación de víctimas Life for Paris: “Francia está más polarizada desde los atentados”

El responsable de la entidad lamenta la polarización del debate político en Francia diez años después de la matanza del Bataclan

La idea es completamente contracultural en este tipo de asociaciones. Pero su presidente, Arthur Dénouveaux, no tiene ninguna duda. “No queremos ser víctimas profesionales. Y para eso, tenemos que disolvernos”. Diez años después de los atentados del 13 de noviembre en la capital francesa, el presidente de Life for Paris, una de las dos asociaciones que abrazaron y ayudaron a las víctimas, ha decid...

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La idea es completamente contracultural en este tipo de asociaciones. Pero su presidente, Arthur Dénouveaux, no tiene ninguna duda. “No queremos ser víctimas profesionales. Y para eso, tenemos que disolvernos”. Diez años después de los atentados del 13 de noviembre en la capital francesa, el presidente de Life for Paris, una de las dos asociaciones que abrazaron y ayudaron a las víctimas, ha decidido que se ha terminado su camino. Hay que cerrar la herida, mirar hacia delante, dejar de ser víctimas. El martes por la tarde, Dénouveaux, superviviente del ataque del Bataclan, se cita con EL PAÍS en un café junto al Ayuntamiento de París, donde este próximo jueves se conmemorará el décimo aniversario de los ataques en una ceremonia ideada por Thierry Reboul, la misma persona que diseñó la celebrada ceremonia de los Juegos Olímpicos.

Pregunta. ¿Diez años después, Francia es un país mejor?

Respuesta. No. Hemos vivido la covid, la guerra de Ucrania… pero lo único que nos ha unido fue la ceremonia de los Juegos Olímpicos. Por eso le encargamos [a Thierry Reboul] que hiciera algo parecido con los actos del 13-N. Habrá música, danza, discursos, pensaremos en los muertos, los vivos…, pero también en la cultura francesa. Y recordaremos que no han matado todo eso.

P. ¿Francia está más polarizada desde entonces?

R. Sí, en todo: desde la religión, a la política, al tema de la laicidad. Nos cuesta mucho no estar en contra de algo. Pero nosotros tenemos un acercamiento distinto: en la asociación hay gente de derechas, de izquierdas…, hemos vivido algo demasiado importante como para confrontar. Nos hablamos. Y Francia ha perdido eso.

P. ¿Ha habido instrumentación política de las víctimas?

R. Lo han intentado, pero les hemos frenado. Como cuando Éric Zemmour fue al Bataclan durante la campaña presidencial, el 13 de noviembre de 2021. Le traté en Twitter de profanador y eso disuadió a otros. El problema es que intentando evitar la instrumentalización, hemos impedido también el debate. No se ha hablado de manera reposada. Y eso también es responsabilidad nuestra.

P. Muchas asociaciones de víctimas de terrorismo terminan muy politizadas. ¿Temió que ocurriese?

R. Somos apolíticos. Y por ese mismo motivo nos disolveremos. Primero porque hemos cumplido nuestros objetivos. Y, sobre todo, porque no queremos seguir siendo víctimas. ¿Cómo podríamos hacerlo si seguimos en una asociación? Hemos librado muchas batallas, pero si no queremos ser víctimas profesionales, hay que parar. El último objetivo era tener un lugar de memoria en París, y lo hemos conseguido. Tomamos una decisión que no era fácil, estamos en un buen momento de influencia. Pero si seguimos, se convertirá en política. ¡Las mejores bandas son los que saben parar!

P. Usted tiene un trabajo exigente. Cómo lo ha compaginado.

R. Precisamente, es importante para no ser una víctima profesional. Si tuviera toda la semana libre, quizá haría tonterías. Así solo hago cosas útiles.

P. ¿Se puede llegar a algo parecido al perdón para vivir en paz?

R. No tengo problema con el perdón, pero no necesito perdonar porque no tengo relación con ellos. Viven en un mundo que no es el mío. Fui al proceso para no tener sed de venganza, sino de justicia.

P. ¿Por qué cree que hay jóvenes que siguen queriendo matar a franceses, como usted dice?

R. Francia separó al Estado de la Iglesia con la ley de 1905. Entonces el Estado era fuerte, poderoso. Podía decirle a un niño que si era bueno en el colegio, podría ser presidente de la República sin importar de dónde procediese. Pero hoy no tenemos religión, y el Estado es nulo, podría ser una empresa dirigida por un CEO. Los yihadistas llegan con un discurso en el que les proponen un destino a jóvenes convencidos de que Francia no se lo ofrecerá. Y es horriblemente cínico.

P. ¿Se puede prevenir en los colegios?

R. Nosotros lo intentamos. Pero no llegamos a todos los alumnos y no hemos conseguido llegar a un acuerdo con la educación nacional para que se difunda más. La idea de la ceremonia del jueves es que las imágenes puedan utilizarse en las escuelas.

P. ¿La laicidad se aplica correctamente?

R. La laicidad debería permitir a todos practicar su religión sin molestar a los otros. Pero la extrema derecha lo ha pervertido diciendo que son los musulmanes los que lo impiden. Nosotros hemos pedido que no se utilicen los atentados para reivindicar la laicidad. Pero a los políticos solo les interesa la economía y ser reelegidos.

P. ¿Cree que el Bataclan debería haber cerrado?

R. Es un gran tema sobre el que no hemos debatido. Es un lugar privado con propietarios que tenían que pagar facturas. Simbólicamente, está bien que reabra para mandar una señal a los terroristas. ¿Se podía haber hecho un museo? Por qué no. Pero estoy contento de que siga siendo una sala de conciertos. Lo que no hubiera querido nunca es que desapareciese.

P. ¿Usted ha vuelto?

R. Lo visité al principio. Y luego volví a otros conciertos. Pero nunca en el mismo sitio, temo tener una crisis de estrés postraumático.

P. ¿Se ha sentido alguna vez culpable por sobrevivir?

R. No me siento culpable porque no podía hacer nada. Pero me siento responsable de hacer más cosas: vivir más fuerte, trabajar desde la asociación…

P. ¿Qué hace normalmente los 13 de noviembre?

R. Siempre me aíslo una hora para poder pensar. Y luego, la verdad, nos vamos juntos a beber un montón. Otros años hemos alquilado un barco en el río con barra libre. Y honestamente, reímos. Y sabe, también hacemos humor negro. Los 13 de noviembre son los días más tristes y también los más alegres que tenemos.

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