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Un dron ataca el barco de la flotilla con ayuda para Gaza en el que viaja Greta Thunberg y provoca un incendio en la cubierta

Ninguno de los seis tripulantes a bordo del ‘Family’, atracado en el puerto de Túnez en el momento del ataque, está herido

Vídeo donde se muestra el momento del ataque al principal barco de la Global Sumud Flotilla, provocando un incendio en la cubierta. Foto: @globalsumudflotilla | Vídeo: EPV

Un dron ha atacado en la madrugada de este martes al principal barco de la Global Sumud Flotilla, también conocida como Flotilla de la Libertad, provocando un incendio en la cubierta. El alcance de los daños no es grave, indican fuentes de la organización. La investigación apunta a que el aparato ha lanzado un proyectil que ha desencadenado las llamas, que han sido sofocadas minutos después. La embarcación se encontraba en el puerto de Túnez, donde llegó el domingo en medio de un gran recibimiento con centenares de personas. A bordo, en el momento del ataque, se encontraban seis personas de la tripulación que hacían guardia para evitar posibles sabotajes, pero ninguno se encuentra herido. Se trata del Family, un barco con bandera de Portugal en el que viaja el comité de dirección de la organización y a la vez las caras visibles de la misión, entre ellos Greta Thunberg o Thiago Ávila.

“Un dron ha atacado el barco Family esta noche. El dron ha sobrevolado la embarcación, ha soltado una bomba y poco después ha explotado, provocando un incendio”, ha señalado en sus redes sociales Yasmine Acar, activista y miembro del comité de dirección de la flotilla. “Este es el barco en el que viajábamos los mismos que íbamos a bordo del Madleen”, ha añadido, en referencia al barco con medicamentos esenciales que se dirigía a Gaza en junio y fue interceptado por militares israelíes en aguas internacionales. Todos los tripulantes, entre ellos Thunberg, fueron detenidos y deportados desde Tel Aviv.

La Global Sumud Flotilla ha dado orden de evacuar a todos los barcos de la misión, que también estaban siendo custodiados por miembros de la tripulación y voluntarios de diversos países, mayormente tunecinos, ante el temor a nuevos ataques. Sin embargo, varios grupos de personas han decidido organizarse para tratar de proteger las embarcaciones. En el puerto se encuentran actualmente decenas de activistas con este propósito.

Las autoridades locales también han acudido para supervisar el puerto. Sin embargo, la policía tunecina ha asegurado luego en un comunicado que no ha habido ningún ataque con un dron a la Flotilla y ha atribuido el fuego a “la explosión de un encendedor o una colilla” que, aseguran, prendió en los chalecos salvavidas.

Fuentes de la organización apuntan a que esa versión oficial, que niega el ataque, es una justificación para evitar dar explicaciones de cómo el dron pudo invadir el espacio aéreo del país en la zona portuaria, donde a poca distancia se encuentra la residencia del primer ministro tunecino.

“Los actos de agresión destinados a intimidar y descarrilar nuestra misión no disuadirán”, señalan desde el comité de dirección. Acto seguido, añaden que la misión pacífica de romper el bloqueo en Gaza, llevar ayuda humanitaria para su población y con el fin de crear un corredor operativo “continúa con determinación”.

Alrededor de 15 embarcaciones llegaron este domingo por la tarde al puerto de Túnez. Salieron de Barcelona y, tras una semana navegando por el Mediterráneo con diversas dificultades, fueron recibidos por centenares de personas que gritaban “Free Palestine” (Palestina libre) mientras ondeaban las banderas del país.

La previsión antes de este ataque era reagrupar a la flotilla en el puerto tunecino, ya que hay al menos siete embarcaciones que tienen previsto llegar este martes debido a varias averías, para zarpar el miércoles junto a la Flotilla africana. En total, se estima que alrededor de 40 barcos podrían salir rumbo a Gaza. Además, tanto en Italia como en Grecia hay alrededor de una decena de barcos preparados para unirse en alta mar a la Flotilla, por lo que casi 60 embarcaciones intentarán llegar a Palestina para romper el bloqueo israelí.

Francesa Albanese, relatora de la ONU para los territorios palestinos, ha denunciado lo sucedido en sus redes sociales y ha pedido “protección” de las autoridades locales a los dos barcos de la flotilla que tienen previsto llegar a lo largo de la madrugada. Albanese se encuentra en Túnez y ha acudido este lunes a varios actos en apoyo a la Flotilla, en los que también estaba presente la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, a bordo de uno de los barcos.

La activista Greta Thunberg, a su llegada al puerto de Túnez, pidió a todos los que le escuchaban que “mantuvieran sus ojos en Gaza”: “Se está cometiendo un genocidio que está siendo permitido y apoyado por gobiernos e instituciones que nosotros hemos votado y que supuestamente nos representan. Que termine ya esta complicidad”, añadió.

Dificultades de todo tipo

Las dificultades de las diversas embarcaciones de la flotilla para cumplir su objetivo de llegar a Gaza están siendo grandes. Las condiciones meteorológicas impidieron la salida de los barcos desde Barcelona, retrasándola al lunes. Una tormenta azotó el litoral catalán y provocó una división de la flotilla, que decidió parar en las costas baleares para reagruparse.

En paralelo, los problemas mecánicos y eléctricos se fueron sucediendo. La mala mar precipitó los fallos en los motores, como sucedió en el Marinette, el velero en el que viaja EL PAÍS. Tras perder el motor, sufrió las consecuencias de un notable descenso del viento, dejando el barco a la deriva por momentos y poniendo a prueba los ánimos de las seis personas a bordo. Finalmente, con muchas dificultades, pudo llegar a un puerto cercano a Túnez para ser revisado por un mecánico y evaluar el estado de la embarcación.

Los barcos en los que viajan más de 250 personas de 44 países diferentes son de tamaños muy diversos, ya que algunos son veleros de alrededor de 12 metros de eslora con seis o siete personas a bordo, mientras que otros son barcos pesqueros y recreativos superan los 20 metros y pueden albergar a más de 25 personas. Todos cuentan con características muy diferentes, lo que, en ocasiones, complica el ritmo de navegación como flotilla unida. Sin embargo, cuando varios de los diversos participantes en la misión son preguntados por cómo afrontan estas complejidades, la respuesta es la misma: “No podía quedarme en casa y mirar para otro lado ante el genocidio en Gaza. Estamos en el lado correcto de la historia”.

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