Sébastien Lecornu, un fiel macronista con perfil conservador para dirigir el nuevo Gobierno de Francia
Emmanuel Macron trata de zanjar la crisis con un nombramiento relámpago de primer ministro para uno de sus más estrechos colaboradores
La historia política de Francia se acelera vertiginosamente, aunque no tenga un rumbo aparente. El actual ministro de Defensa, Sébastien Lecornu, solo cinco horas después de la dimisión de su predecesor, François Bayrou, será el nuevo jefe del Gobierno. El presidente de la República, en una decisión relámpago, zanja la crisis nombrando a uno de sus más fieles colaboradores. Lecornu deberá ahora recoser las heridas del Parlamento y buscar una nueva mayoría para aprobar los presupuestos el próximo mes de octubre. El nuevo primer ministro, el quinto de esta legislatura que comenzó en 2022, y el tercero en poco más de un año, es muy cercano a Macron y tiene un perfil más conservador que el resto de nombres que sonaron a lo largo del miércoles.
Lecornu es el único ministro que ha permanecido en el Gobierno desde que el presidente Emmanuel Macron fue elegido por primera vez en 2017, sobreviviendo a innumerables remodelaciones y a una disolución anticipada. Con apenas 39 años, se ha convertido en uno de los políticos más influyentes de la era Macron.
Lecornu, sin embargo, llega con una misión muy concreta. Y con enormes dificultades para completarla. El presidente de la República, reza el comunicado emitido por el Palacio del Elíseo, “le ha encargado consultar a las fuerzas políticas representadas en el Parlamento con vistas a adoptar un presupuesto para la Nación y construir los acuerdos indispensables para las decisiones de los próximos meses”. Tras estas discusiones, corresponderá al nuevo gobernante proponer un Gobierno a Macron. “La acción del Primer Ministro estará guiada por la defensa de nuestra independencia y de nuestra potencia, el servicio a los franceses y la estabilidad política e institucional para la unidad del país. El Presidente de la República está convencido de que, sobre estas bases, es posible un entendimiento entre las fuerzas políticas en el respeto de las convicciones de cada uno”, concluye el anuncio.
Lecornu, viejo miembro de Los Republicanos (la derecha gaullista), conoce la Administración de arriba a abajo. Y tiene un entendimiento casi perfecto con Macron. Ha sido alcalde y en apenas siete años ha ocupado cuatro carteras ministeriales: Transición Ecológica, Colectividades Territoriales, Ultramar y, desde 2022, Fuerzas Armadas. Desde ahí ha cultivado una imagen de gestor discreto y eficaz, alejado del barro político. Cada puesto le ha servido para construir una reputación de gestor discreto pero eficaz, capaz de tensiones sociales e incluso el escepticismo de sus adversarios.
A los 19 años, Lecornu comenzó su carrera política como el asistente parlamentario más joven de Francia. Originalmente miembro del partido conservador Los Republicanos (LR), ha trabajado para ganarse el respeto a ambos lados del espectro político, desde asegurarse la confianza de Emmanuel y Brigitte Macron hasta organizar cenas algo polémicas con la líder de extrema derecha Marine Le Pen. Una fluidez que le permite presentarse como una figura de consenso en el agitado tablero político francés. O más bien de consenso a la derecha, según lamentó la izquierda al conocer el anuncio. “Macron se dispone a nombrar a un primer ministro sin haber consultado a los partidos políticos de la fuerza que llegó en primer lugar en las últimas elecciones legislativas. Siempre un paso más allá… La respuesta estará en la calle. Mañana”, lanzó en la red social X Marine Tondelier, líder de Los Ecologistas.
Lecornu tiene, a priori, un perfil conciliador, alguien capaz de hablar con los dos lados del hemiciclo. Pero su llegada tampoco fue bien recibida por la extrema derecha de Marine Le Pen (Reagrupamiento Nacional). “El Presidente dispara la última bala del macronismo, atrincherado en su pequeño círculo de fieles. Después de las ineluctables elecciones legislativas, el Primer Ministro se llamará Jordan Bardella”, señaló en referencia al presidente del RN, que sería candidato en unas elecciones.
Lecornu, algo tímido -el ex primer ministro Michel Barnier le pidió que se dejara ver más por Bruselas- ha aumentado su visibilidad en los últimos tiempos debido a los grandes conflictos bélicos. Tras la invasión rusa de Ucrania, se convirtió en el rostro de la mayor inversión militar francesa desde la Guerra Fría: 413.000 millones de euros entre 2024 y 2030. Reservista de la Gendarmería Nacional, le gusta hablar de la preparación y de asuntos técnicos del ejército.
Lecornu es un fiel macronista. Pero su visión del estado y de Europa difieren notablemente de la de su mentor. Soberanista, amante de las relaciones bilaterales, el nuevo primer ministro ha expresado en ocasiones su recelo hacia las instituciones de la UE, en particular la Comisión Europea. Una dimensión política que, vistos los problemas que tendrá en Francia, podrá permitirse dejar en segundo plano.