Los socialdemócratas en Rumania se imponen a la ultraderecha en las elecciones legislativas

El partido del primer ministro logra el 22% de apoyos, por delante de la ultranacionalista Alianza para la Unión de los Rumanos, que dobla su porcentaje respecto a 2020

El primer ministro de Rumania, el socialdemócrata Marcel Ciolacu (segundo por la izquierda), el domingo en Bucarest.Vadim Ghirda (AP/LaPresse)

Rumania esquivó este lunes el primer escollo tras la victoria del candidato ultra y filorruso, Calin Georgescu, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales del pasado 24 de noviembre. Los resultados casi definitivos (el 99,97% de las papeletas escrutadas) en las legislativas celebradas el domingo muestran que el gobernante ...

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Rumania esquivó este lunes el primer escollo tras la victoria del candidato ultra y filorruso, Calin Georgescu, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales del pasado 24 de noviembre. Los resultados casi definitivos (el 99,97% de las papeletas escrutadas) en las legislativas celebradas el domingo muestran que el gobernante Partido Social Demócrata (PSD) obtuvo el 22% de los votos. La ultranacionalista Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), ha logrado el segundo puesto con un 18%, el doble que en los comicios de 2020. En tercer lugar, quedó el Partido Nacional Liberal (PNL), aliado gubernamental de la facción de centroizquierda, con el 14%, seguido del partido de centroderecha Unión Salvar Rumania (USR), con el 12%.

Por tanto, las fuerzas europeístas sumarían un 48% en el Parlamento, frente al 31% de la extrema derecha. La AUR podría lograr el respaldo de otras dos fuerzas ultranacionalistas que también han entrado en la Cámara de los Diputados y en el Senado, tras superar el umbral del 5%: los ultranacionalistas S.O.S. Rumania, de la polémica eurodiputada Diana Sosoaca, con un 7,4 % y el Partido de las Personas Jóvenes (POT, en rumano), de Anamaria Gavrila, con el 5,3 %. En total, la extrema derecha aunaría el 31% de los votos. También accede al hemiciclo la formación de la minoría húngara, Unión Democrática de los Húngaros de Rumania (UDMR), al conseguir un 6,4 %.

Estos comicios se organizaron una semana después de que Calin Georgescu, un activista de extrema derecha poco conocido y aupado por la red social TikTok, ganara la primera ronda de las presidenciales. Aunque el resultado de las legislativas ha sido un alivio para este país miembro de la OTAN y la Unión Europea, que no vería peligrar su rumbo europeo, el auge de la extrema derecha afectará el devenir político. También socavará la reputación de Rumania como socio fiable en la región del mar Negro, un punto muy caliente desde el comienzo de la guerra en Ucrania.

El peor resultado del PSD desde 1989

El primer ministro socialdemócrata, Marcel Ciolacu, declaró nada más conocer los sondeos a pie de urna: “Los rumanos salieron a votar y demostraron lo sólida que es la democracia en Rumania. El PSD es la principal fuerza política de Rumania”. El también candidato presidencial, que dimitió hace una semana como líder de la formación por no llegar a la segunda vuelta presidencial cuando partía como favorito, señaló que los ciudadanos han enviado una “señal importante” a la clase política. “Sigamos desarrollando el país con dinero europeo, pero protejamos nuestra identidad, nuestros valores nacionales y nuestra fe”, pidió el jefe socialdemócrata, cuya formación apuesta por constituir una coalición de unión nacional. La fuerza de centroizquierda registró el resultado más bajo de su historia desde que cayó la dictadura comunista en 1989.

Por su parte, George Simion, líder de AUR señaló tras conocer los sondeos: “Este es un momento que la historia recordará como decisivo, en el que, gracias a nuestra voluntad común, Rumania renace. Estamos aquí, de pie, somos el siguiente paso, cada uno de nosotros, generación tras generación, demostrando que nada puede derrotar a una nación unida”. Simion ha ofrecido su apoyo al también ultra Georgescu para la segunda vuelta de las presidenciales.

El presidente del Partido Nacional Liberal (PNL), Ilie Bolojan, aliado de los socialdemócratas, auguró: “Va a ser un Parlamento multipartidista, y creo que inevitablemente surgirá la cuestión de formar una coalición de gobierno”. Por su parte, el eurodiputado del PNL y vicepresidente del Partido Popular Europeo, Siegfried Muresan, declaró: “Tras las elecciones parlamentarias de ayer, debemos adoptar en Rumania la misma estrategia que funciona a nivel europeo: construir una mayoría política proeuropea y aislar a los extremistas y populistas”, informa Manuel V. Gómez desde Bruselas. “Como partido de centroderecha proeuropeo, entendemos la necesidad de un cambio; por eso, nosotros, el Partido Nacional Liberal, ya estamos presentando una agenda de reformas centrada en el desarrollo, la inversión, la reducción del despilfarro en el gasto público y la reforma de la administración pública”, concluyó Muresan.

Muresan asegura que el aumento del extremismo en Rumania está claramente vinculado a la propaganda rusa, que difunde desinformación y noticias falsas, por lo que la Unión Europea debe abordar de manera más eficaz la interferencia extranjera en las elecciones en los Estados miembros de la UE. “Lo que sucedió en Rumania puede suceder en cualquier lugar de Europa”, asevera el europarlamentario, que espera que la Comisión Europea complete su investigación sobre cómo las plataformas de redes sociales, especialmente TikTok, han influido de forma ilegal en los resultados electorales en Rumania.

La segunda vuelta pende de un hilo

Georgescu, un candidato de extrema derecha poco ortodoxo que obtuvo el 23% en el primer envite de las presidenciales, probablemente se enfrente a la líder de Unión Salvar Rumania y alcaldesa de Campulung (27.000 habitantes), Elena Lasconi, en la segunda vuelta, que está prevista para este domingo. Pero su celebración pende de un hilo. El Tribunal Constitucional mantiene en vilo a todo el país tras ordenar el jueves el recuento de los votos por sospechas de fraude, una decisión controvertida que debería conocerse este lunes. El alto tribunal debe decidir si se contaron mal las papeletas. Esta solicitud podría dar un vuelco al resultado, ya que Lasconi solo consiguió una diferencia de 2.700 respecto a Ciolacu, el candidato socialdemócrata, y esa revisión puede suponer un cambio sobre quién es el segundo que pasa a la segunda vuelta. Además, los jueces están analizando si hubo financiación ilegal durante la campaña por parte del ultraderechista, que aboga por suspender la ayuda militar a Ucrania.

El analista Dan Tapalaga considera que el “desastre” se ha evitado solo parcialmente. “La fragmentación del futuro Parlamento no es necesariamente una mala noticia; con la victoria de Georgescu en la primera vuelta, con todos los errores del Tribunal Constitucional, que irritaron a todos, los partidos extremistas reúnen alrededor del 31% de los votos. Habría sido grave si los extremistas hubieran alcanzado un 40%”. Ahora, asegura, “depende de quién llegue a ser presidente, puesto que designará al candidato para primer ministro, quien deberá conformar una mayoría parlamentaria”.

Por su parte, el decano de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Bucarest, Cristian Pirvulescu, habla de “una victoria categórica de la extrema derecha, un triunfo de TikTok”. En su opinión, el efecto de contagio de la primera vuelta sobre las parlamentarias se manifestó a favor de la extrema derecha y no en la facción que lidera la centroderechista Lasconi. “USR [Unión Salvar Rumania] no aprovechó el tirón de la primera vuelta, probablemente debido a la decisión del Tribunal Constitucional de volver a contar los votos, lo que hizo dudar a muchos de que Lasconi estaría en la segunda vuelta”, esgrimió Pirvulescu. El politólogo recalca que, si Georgescu llega a la presidencia, este intentará constituir una coalición en torno a una extrema derecha que no logrará colaborar de manera fluida. “AUR [Alianza para la Unión de los Rumanos] no puede cooperar con S.O.S. Rumania, de Diana Sosoaca, y con el Partido de las Personas Jóvenes, de Anamaria Gavrila, porque ambas son disidentes dentro de su propio partido”, señala Pirvulescu.

Las esperanzas de que Lasconi alcance la Jefatura de Estado pasan por el apoyo de los socialdemócratas, un respaldo que todavía no han hecho público. El analista Pirvulescu subraya que Rumania ha perdido la guerra híbrida de la propagación de noticias falsas de las redes sociales: “Estamos en una situación peor que la de Ucrania; aquí ganaron la guerra sin disparar una bala, porque lo han hecho en la mente de la gente”.

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