Muere uno de los inmigrantes alojados en la prisión flotante del Reino Unido
El Gobierno de Sunak retiene a tres centenares de personas en el ‘Bibby Stockholm’, una gigantesca embarcación amarrada en Portland. Ingresaron en octubre, dos meses después de que se detectara un brote de legionela en el barco
Uno de los inmigrantes retenidos en el Bibby Stockholm, la gigantesca embarcación alquilada por el Gobierno de Rishi Sunak y amarrada en la isla de Portland, ha fallecido, según ha confirmado el Ministerio del Interior británico. Unos tres centenares estaban alojados en la instalación —que las organizaciones de derechos humanitarios describen como una prisión flotante— desde octubre, dos meses ...
Uno de los inmigrantes retenidos en el Bibby Stockholm, la gigantesca embarcación alquilada por el Gobierno de Rishi Sunak y amarrada en la isla de Portland, ha fallecido, según ha confirmado el Ministerio del Interior británico. Unos tres centenares estaban alojados en la instalación —que las organizaciones de derechos humanitarios describen como una prisión flotante— desde octubre, dos meses después de que se detectara un brote de legionela en los conductos de agua y hubiera que desalojar a las primeras 39 personas ingresadas.
El Gobierno británico calculó que podía llegar a alojar en el barco hasta medio millar de inmigrantes varones.
“Nuestros pensamientos están con la persona que ha perdido la vida, con sus familiares y con sus amigos. También con todos aquellos retenidos en el Bibby Stockolm que sufren hoy un profundo sentimiento de tristeza y preocupación”, ha dicho Steve Smith, director ejecutivo de la organización Care4Calais, que dedica sus esfuerzos a la protección y ayuda de los inmigrantes irregulares que llegan a la costa inglesa después de atravesar el canal de la Mancha.
“El Gobierno del Reino Unido debe asumir la responsabilidad por esta tragedia humana. Han ignorado deliberadamente el dolor y trauma que infligían a las personas que enviaban al Bibby Stockholm, así como a los cientos que tienen alojados en barracones militares”, ha asegurado Smith. “Han sido separados del resto de la sociedad, y hemos constatado un serio deterioro en la salud mental de estas personas. Hemos informado de manera habitual de intenciones suicidas detectadas entre los residentes y no se ha hecho nada al respecto”. Sugería de este modo la organización, sin señalarlo aún claramente, que la muerte conocida este martes podría ser fruto de un suicidio.
La BBC señala que varias fuentes han confirmado a su redacción esta hipótesis.
El Ministerio del Interior ha confirmado el fallecimiento, sin proporcionar más detalles de una investigación en curso. “Resultaría inapropiado realizar a estas alturas comentario alguno”, ha dicho su departamento de Comunicación. La policía de Dorset recibió el aviso a las 06:20 de la mañana (07:20, horario de la España peninsular) de este martes. Dos ambulancias y tres vehículos de policía permanecían frente a la embarcación a primera hora. Se desconoce la edad o nacionalidad del fallecido.
“Todo aquel que llega al Bibby Stockholm es sometido a un chequeo médico, y son continuamente controlados durante su tiempo en estas instalaciones. Reciben todo el apoyo necesario que resulta apropiado”, ha dicho un portavoz del Gobierno después de confirmar el fallecimiento.
La noticia se ha conocido en el mismo día en que Sunak lucha desesperadamente por salvar su ‘ley de Ruanda’ en el Parlamento, y de paso, su propia carrera política. El nuevo intento del Gobierno de blindar, frente a posibles recursos ante los tribunales, su estrategia de deportación de inmigrantes irregulares a ese país africano se enfrenta a la doble oposición del ala más dura del Partido Conservador, que considera que el texto no cierra de manera firme toda vía legal de escape de la deportación; y del ala moderada de la formación, que no se encuentra a gusto con unas medidas que ponen en riesgo la credibilidad del Reino Unido y su compromiso con el cumplimiento de la legalidad internacional.
Sunak lleva reunido desde primera hora de este martes con varios de los diputados más reaccionarios de su formación para intentar convencerlos de que presten su apoyo a la ley, que será votada en primera lectura a última hora de la sesión. Una derrota del texto en esta fase de su tramitación ―algo que no ocurre desde 1986— pondría en el disparadero la carrera política del primer ministro y sus posibilidades de seguir en Downing Street.
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