Un cara a cara entre Noboa y González en Ecuador para convencer al gran número de indecisos
Los candidatos, que no hacen campaña en la calle por la violencia, tratan de atraer a los jóvenes, que representan el mayor porcentaje de dubitativos
Los dos finalistas a la presidencia de Eucador, Daniel Noboa y Luisa González, se ven este domingo las caras en un debate para tratar de convencer al 37% del electorado que todavía no ha decidido su voto, según la encuestadora Cedatos. La violencia ha sido el principal tema de este atípica campaña, que comenzó con el asesinato de uno de los candidatos, Fernando Villavicencio. ...
Los dos finalistas a la presidencia de Eucador, Daniel Noboa y Luisa González, se ven este domingo las caras en un debate para tratar de convencer al 37% del electorado que todavía no ha decidido su voto, según la encuestadora Cedatos. La violencia ha sido el principal tema de este atípica campaña, que comenzó con el asesinato de uno de los candidatos, Fernando Villavicencio. Estados Unidos ofrece una recompensa de cinco millones de dólares por información que ayude a capturar a los responsables intelectuales.
La intención del voto está liderada por el aspirante de la alianza ADN, Noboa, con el 44% frente a la candidata de la Revolución Ciudadana, Luisa González con el 32%, según la encuesta de Perfiles de Opinión. El mayor grupo de indecisos son los jóvenes de entre 16 y 25 años, el 39,6% de ellos aún no define por quién votará el domingo 15 de octubre. Y es el grupo etéreo que los candidatos apuntan a captar, y para eso han cambiado su imagen, intentando verse más frescos, usando un lenguaje juvenil y cercano típico de las redes sociales. Comparten la música que les gusta y cuentan los cinco secretos que se deberían conocer sobre ellos, aunque el peso de las elecciones no está en los jóvenes ante las duras realidades actuales de Ecuador.
Y es porque la inseguridad en el país sudamericano ha encapsulado la campaña electoral en las redes sociales y ha desplazado el ritual de recorrer las calles con bombos, tambores, banderas que solían terminar en un espectáculo sobre una tarima. “El miedo no solo exacerba la seguridad de los candidatos, también de los dirigentes, los que están en territorio y movilizan a la gente por temor a un nuevo atentado”, dice el analista político César Febres Cordero.
Ese escenario de miedo lo marcó el crimen del candidato presidencial Villavicencio que ocurrió el 9 de agosto en Quito, unos días antes del primer debate, que demostró que lo incierto, lo que no se puede ver, es lo que puede cambiar una elección en solo horas, así como puede hacerlo también la reciente decisión del Gobierno de Estados Unidos de ofrecer una recompensa que “no puede leerse por fuera del proceso electoral”, opina Pedro Donoso, analista en crisis. “Ese ofrecimiento y su resultado puede incidir en el proceso eleccionario que podría afectar a la campaña del movimiento de la Revolución Ciudadana”, añade. La carrera política de Villavicencio se centró en denunciar hechos de corrupción del Gobierno del expresidente Rafael Correa. Hasta horas antes de su muerte, denunció irregularidades en contratos de obras en sectores estratégicos que están en Fiscalía.
Pero la violencia en la campaña trasciende del magnicidio de Villavicencio, o del asesinato del alcalde de Manta, Agustín Intriago, o de los más de 5.300 homicidios registrados en el 2023. Para Donoso la violencia puede resignificar algo diferente dependiendo de la región y de quién lo mire: “En Quito tiene cuerpo de suicidio porque hay más suicidios que asesinatos, en Durán tiene cuerpo de sicariato, y en la Amazonia de pobreza”. Eso es usado en la campaña por los candidatos, que hablan mucho del problema y poco sobre las soluciones y del equipo que tendrán para hacer frente a la principal preocupación de los ecuatorianos.
Ambos candidatos intentan ser lo “nuevo” de la política, tener identidad propia y alejarse de las comparaciones con otros políticos o gobiernos. “González por ejemplo, aunque no ha abandonado completamente el discurso del pasado ya no usa la muletilla de ya lo hicimos que mantuvo en la primera vuelta”, dice Febres Cordero, “pero tampoco ha logrado posicionar una estrategia clara de hablar del futuro, de lo que ofrecen las circunstancias presentes para cambiarlas en el año y medio de gobierno que tendría”, añade.
Mientras que el joven empresario lucha con la sombra de que su gobierno sea igual al de Guillermo Lasso, un 38% de los encuestados por Perfiles de Opinión cree que hará un gobierno similar al actual, y eso significa que “cualquier incapacidad de ejecución o falta de presencia del Estado es fácilmente atribuible a Lasso y ese puede ser un agravante para el candidato Noboa”, describe Donoso, por la advertencia de un estiaje que atraviesa el sector eléctrico del país y la intensidad con el que se puede desarrollar el fenómeno de El Niño.
Ante la poca libertad de hacer campaña en las calles, el debate presidencial es la oportunidad de los candidatos de desmitificar lo que se dice sobre ellos, pero la importancia está en el postdebate, coinciden los analistas. “En la estrategia que usarán para mantener viva esa desmitificación hasta el día de las elecciones”, dice Donoso.
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