Francia investiga la radicalización del agresor del último atentado con cuchillo

El terrorista mostró en Facebook su simpatía con el yihadismo y escuchó antes del asesinato cantos que glorificaban el martirio, según la Fiscalía

Una mujer entrega un ramo de flores a una policía junto a la comisaría de Rambouillet (cerca de París) donde fue asesinada una agente el pasado viernes.BERTRAND GUAY (AFP)

Las autoridades francesas investigan cómo el ciudadano tunecino, identificado por los medios como Jamel Gorchene, se radicalizó hasta matar el viernes pasado en nombre de Alá a una funcionaria de la policía en Rambouillet, a 50 kilómetros de París. El fiscal antiterrorista, Jean-François Ricard, explicó este domingo que sus publicaciones en Facebook revelaban su simpatía con el yihadismo, y que, en los minutos previos al ataque escuchó cantos religiosos que glorificaban el martirio. Un total de cinco personas de su entorno, entre ellas su padre y dos primos, han sido detenidas para ser interro...

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Las autoridades francesas investigan cómo el ciudadano tunecino, identificado por los medios como Jamel Gorchene, se radicalizó hasta matar el viernes pasado en nombre de Alá a una funcionaria de la policía en Rambouillet, a 50 kilómetros de París. El fiscal antiterrorista, Jean-François Ricard, explicó este domingo que sus publicaciones en Facebook revelaban su simpatía con el yihadismo, y que, en los minutos previos al ataque escuchó cantos religiosos que glorificaban el martirio. Un total de cinco personas de su entorno, entre ellas su padre y dos primos, han sido detenidas para ser interrogadas.

Los investigadores intentan reconstruir los últimos meses de vida de Gorchene, de 36 años, que murió por los disparos de un agente tras matar con un cuchillo a Stéphanie M., una funcionaria administrativa en la comisaría de Rambouillet, de 49 años y madre de dos hijos.

El terrorista emigró a Francia desde su Túnez natal en 2009. Trabajaba como repartidor. El pasado diciembre consiguió un permiso de residencia temporal para un año. Por entonces, el proceso de radicalización ya estaba en marcha Este proceso coincidió con el juicio, entre septiembre y diciembre, de los cómplices del atentado de 2015 contra el semanario satírico Charlie Hebdo, que había publicado caricaturas de Mahoma, y con la decapitación, por un islamista de 18 años, del profesor de instituto Samuel Paty el 16 de octubre pasado.

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“Sus publicaciones revelaban, desde el otoño de 2020, una adhesión a una ideología que legitimaba la violencia contra quienes hubieran ofendido al profeta”, dijo el fiscal Ricard en una comparecencia sin preguntas. “El 24 de octubre de 2020, unos días después del asesinato de Samuel Paty, el autor se asoció a una campaña de apoyo al profeta frente a las ofensas que se le habrían hecho”.

El padre del terrorista mencionó en los interrogatorios que había observado “trastornos en el comportamiento” de su hijo a principios de año, y otra persona que lo trató en el mismo periodo lo encontró “depresivo”, según el fiscal. Ricard añadió que el 19 de febrero Gorchene acudió a la consulta psiquiátrica del hospital de Rambouillet, pero “a estas alturas de la investigación, no parece que su estado requiriese ni hospitalización ni tratamiento”. Entre el 25 de febrero y el 13 de marzo, viajó a Túnez.

El viernes, antes del atentado, Gorchene se dirigió a una sala de plegaria en Rambouillet. Frente a la entrada de la comisaría, consultó en su teléfono móvil vídeos de cantos que glorificaban el martirio y la yihad, según Ricard. Aprovechó que Stéphanie M. entraba en la comisaría para atacarla y, mientras gritaba “Allahu Akbar”, clavarle el cuchillo de 32 centímetros en el abdomen y en el cuello. Junto al ciclomotor con el que se desplazaba, se encontró un ejemplar del Corán, y en su bolsa, una alfombrilla para rezar.

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