Golpe al proyecto de imanes “republicanos” de Macron
Uno de los principales actores, el rector de la Gran Mezquita de París, se retira tras denunciar “componentes islamistas” en el proyecto
El ambicioso plan de Emmanuel Macron de contar con una instancia que certifique que los imanes que prediquen en Francia aceptan los valores y leyes de la República y abjuran del extremismo religioso que ha vuelto a causar varios atentados en el país ha sufrido un golpe del que quizás no se recupere. Uno de sus principales interlocutores, el rector de la gran mezquita de París, Chems-Eddine Hafiz, ha anunciado su renuncia “irrevocable” al proyecto tras denunciar que “com...
El ambicioso plan de Emmanuel Macron de contar con una instancia que certifique que los imanes que prediquen en Francia aceptan los valores y leyes de la República y abjuran del extremismo religioso que ha vuelto a causar varios atentados en el país ha sufrido un golpe del que quizás no se recupere. Uno de sus principales interlocutores, el rector de la gran mezquita de París, Chems-Eddine Hafiz, ha anunciado su renuncia “irrevocable” al proyecto tras denunciar que “componentes islamistas” buscan “sabotearlo”, extremo que niega el organismo que coordina los trabajos, el Consejo Francés de Culto Musulmán (CFCM).
“He decidido no seguir participando en las reuniones que buscan implementar el proyecto de un Consejo Nacional de Imanes”, ha asegurado Hafiz en un comunicado. Según ha denunciado, “el componente islamista que existe en el seno del CFCM actúa (…) para sabotear todas las iniciativas que buscan crear acercamientos beneficiosos entre los musulmanes de Francia y la comunidad nacional”.
La idea de crear un Consejo Nacional de Imanes (CNI) recibió un fuerte impulso del Elíseo tras el brutal asesinato de Samuel Paty, el profesor decapitado en las afueras de París a mediados de octubre por mostrar en clase unas caricaturas de Mahoma.
Según lo acordado, el CNI deberá encargarse de certificar la formación de los imanes en Francia y entregar un certificado a los predicadores en función de su disposición a respetar un código deontológico en el que está trabajando el CFCM, el organismo creado durante el mandato de Nicolas Sarkozy, compuesto de nueve federaciones musulmanas y considerado el principal interlocutor del Estado en cuestiones de organización del culto musulmán en el país.
Que las cosas no iban como debían empezó a barruntarse en los pasados días, en los que en algunos medios de prensa, y en las redes sociales, surgieron denuncias de algunos de los componentes del CFCM —en el que hay asociaciones cercanas a los Hermanos Musulmanes o al movimiento integrista Tabligh—de que el Ministerio del Interior estaba “dictando” los estatutos, como tituló el diario Mediapart.
Según el Journal du Dimanche y la revista satírica Charlie Hebdo, que dicen haber visto el borrador del texto, lo que provocó el rechazo de estas asociaciones fue que se especificara que “los signatarios se comprometen a negarse a inscribirse en una deriva que haga la promoción de lo conocido como islam político: el wahabismo, salafismo, la doctrina de los Hermanos Musulmanes y, más generalmente, todo movimiento local, transnacional o internacional que busque a utilizar el islam para asentar una doctrina política, especialmente aquellas que rechazan la democracia, la laicidad, la igualdad entre mujeres y hombres o que promocionan la homofobia, la misoginia, el antisemitismo y el odio religioso”.
“Lamentablemente, el componente islamista en el seno del CFCM, especialmente aquellos ligados a regímenes extranjeros hostiles a Francia, ha bloqueado de manera insidiosa las negociaciones al cuestionar casi sistemáticamente algunos párrafos importantes”, ha corroborado Hafiz, que ha acusado a “los miembros del movimiento islamista” de “manipulaciones mediáticas (…) haciendo creer que los estatutos buscan afectar la dignidad de lo fieles musulmanes. Es una mentira vergonzosa, cuyas consecuencias pueden ser particularmente graves”, ha lamentado Hafiz. Este abogado, que asumió la dirección de la mezquita parisina a comienzos de año, ha sido ―sobre todo desde los nuevos atentados tras la republicación en septiembre de las caricaturas de Mahoma en Charlie Hebdo― una de las figuras musulmanas en Francia más comprometidas con el respeto de la laicidad y en la lucha contra el islamismo radical.
En entrevista con la emisora France Info, el presidente del Consejo Francés de Culto Musulmán, Mohammed Moussaoui, se ha manifestado este martes sorprendido por las “acusaciones muy graves” del rector. Según ha subrayado, el pasado día 15 el texto fue validado por todas las federaciones del CFCM, “incluida la Gran Mezquita de París” y, desde entonces, “no ha sido modificado”. Aunque no es la primera vez desde que se lanzó el proyecto que surgen dudas en torno a la capacidad del Consejo para gestionarlo —a comienzos de mes una decena de figuras del islam reformista ya denunciaron la “fragilidad” de esta institución, según la Agencia France Presse— Moussaoui se dijo confiado en poder llevarlo a buen término. “La creación del CNI es una prioridad para todos los musulmanes de Francia y también para el poder público”, sostuvo.
El consejo de imanes es un complemento a la ley para “reafirmar los principios republicanos” que presentó el Gobierno francés a comienzos de mes para combatir el islamismo separatista. Como el Estado no se puede inmiscuir en cuestiones de organización o financiación religiosa, Macron encargó al CFCM la redacción de los estatutos para los imanes.
Aunque no es la primera vez que Francia —y otros países e instituciones europeas— buscan una manera de que los imanes que predican en el continente tengan una mejor formación —muchos son predicadores autoproclamados—, acepten los valores democráticos y sean independientes de los países que a menudo los financian con intereses políticos o estratégicos más allá de lo religioso, el del CNI era, hasta ahora al menos, uno de los proyectos más concretos de los últimos años en esta materia.
Además de la propuesta de ley y de los “estatutos” para los futuros imanes, Macron también anunció este año el fin progresivo del denominado sistema de “imanes consulares”, la llegada cada año a predicar en las mezquitas francesas de hasta 300 imanes formados y pagados por un país extranjero (del alrededor del millar que se estima ejercen en Francia). La mayoría de estos “imanes consulares”, 151, están sufragados por Turquía, uno de los países que más ha criticado la decisión de Macron, y el resto por Argelia (120) y Marruecos (30), según un reciente informe del Senado, que identifica también a Arabia Saudí como fuente de financiación del culto musulmán en Francia.