El favorito de Erdogan y el candidato pro-reunificación pasan a la segunda vuelta de las presidenciales del norte de Chipre

El candidato de la derecha nacionalista turcochipriota obtuvo peores resultados de los esperados y deberá enfrentarse el domingo al actual presidente, crítico con Ankara

Helicópteros de las fuerzas aéreas de Chipre vuelan sobre la Nicosia dividida el pasado 1 de octubre durante un desfile que conmemora la independencia de la antigua colonia británica. Al fondo, en la montaña, se ven las banderas de Turquía y de la RTNC.Petros Karadjias (AP)

Las elecciones presidenciales del norte turco de Chipre deberán dirimirse el próximo domingo al no haber obtenido ninguno de los candidatos más del 50% de los votos. Se enfrentarán los dos políticos más votados de los 11 que participaron en la primera ronda: el actual primer ministro turcochipriota, Ersin Tatar, de la derecha nacionalista y candidato favorito de Ankara, que obtuvo el 32,3% de los votos; y el actual presidente, Mustafa Akinci, un progresista favorable a la reunificación con el sur grecoc...

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Las elecciones presidenciales del norte turco de Chipre deberán dirimirse el próximo domingo al no haber obtenido ninguno de los candidatos más del 50% de los votos. Se enfrentarán los dos políticos más votados de los 11 que participaron en la primera ronda: el actual primer ministro turcochipriota, Ersin Tatar, de la derecha nacionalista y candidato favorito de Ankara, que obtuvo el 32,3% de los votos; y el actual presidente, Mustafa Akinci, un progresista favorable a la reunificación con el sur grecochipriota, que recibió el 29,8% de los votos. Aunque la República Turca del Norte de Chipre (RTNC) carece de reconocimiento externo por estar ocupada militarmente por el Ejército de Turquía, estas elecciones tienen gran importancia ya que el presidente es considerado internacionalmente como representante oficial de la comunidad turcochipriota en las negociaciones de reunificación de esta isla, dividida desde la guerra de 1974 y miembro de la Unión Europea desde 2004.

De poco sirvieron las estratagemas del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, que unos días antes de las elecciones anunció la reapertura de Varosha, el barrio fantasma de Famagusta que fue, antes de la guerra, el principal centro turístico de la isla mediterránea, pero que languidece desde hace 46 años abandonado y protegido por soldados turcos. Esta inauguración pretendía ser un regalo electoral a Tatar, junto al que se tomó la decisión puenteando al presidente Akinci, pero en realidad se convirtió en un polémico símbolo de las interferencias del Gobierno de Ankara en la política de la isla: la mayoría de partidos turcochipriotas criticaron el anuncio y, de hecho, los socios del primer ministro rompieron el Gobierno de coalición en protesta por ello (el sistema político de la RTNC es semipresidencialista y el Ejecutivo se encarga de los asuntos internos).

En tanto que las promesas de la UE de facilitar el comercio del norte jamás se han materializado, los turcochipriotas dependen en gran medida de Turquía para su supervivencia económica. Sin embargo, la crisis cambiaria y económica que vive Turquía ha afectado también al norte de Chipre -utiliza la lira turca-, empobreciendo a una población que, con todo, sigue teniendo una renta per capita superior a la de los turcos de Anatolia. Esto, y las maniobras de Erdogan en Chipre, que le han llevado a continuos roces con el presidente Akinci y a presionar para que cayese el anterior Gobierno centroizquierdista en 2019, han provocado que no pocos turcochipriotas se sientan hartos de la influencia de Ankara, a la que antes veían como mano protectora frente al nacionalismo griego. “Siempre ha habido intentos de influencia de Ankara, más o menos obvios. Pero a veces tienen el efecto contrario al deseado, y esta vez ha ocurrido esto”, sostiene Ahmet Sözen, jefe del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad del Mediterráneo Oriental de Famagusta.

Se espera que, una vez concluidas las elecciones presidenciales del norte de Chipre, se retomen las negociaciones de reunificación patrocinadas por la ONU y congeladas desde el último intento fracasado en 2017. De quién salga elegido el próximo domingo como líder de la RTNC dependerá su curso: Tatar es partidario de una solución de dos Estados para Chipre, mientras que Akinci apoya la reunificación en base a una federación de dos entidades con cierta autonomía e igualdad legal.

“El 18 de octubre, la verdadera victoria será nuestra. Esta semana no dormiremos, tenemos mucho que hacer”, dijo Tatar la noche del domingo tras conocerse los resultados. Unos resultados que, sin embargo, son peores de lo esperado pues las encuestas le daban más del 35% y hasta siete puntos de diferencia frente a su principal rival, que finalmente se han quedado en 2,5.

“Continuaremos por el camino de la paz y no de la guerra, de la tolerancia y no de los prejuicios, del diálogo y no del conflicto, de la libertad y no de la sumisión. El 18 de octubre celebraremos la victoria de la democracia turcochipriota”, dijo por su parte Akinci frente a sus seguidores, felices por los resultados. “Vamos a tener que trabajar duro, la otra parte incrementará su presión sobre los votantes”, afirma un partidario de Akinci que prefiere mantenerse en el anonimato. En los medios turcos y en las redes sociales, se han incrementado las informaciones favorables a Tatar y las críticas hacia Akinci, a quien se tilda de “traidor” y de “vendido a los griegos”.

Apoyos

La ventaja de Akinci reside en que el tercer candidato, el socialdemócrata Tufan Erhürman, partidario también de la reunificación, obtuvo un buen resultado: 21,7%. Su partido anunciará este martes a quien da su apoyo para la segunda vuelta, si bien se espera que opte por Akinci, lo que incrementaría sus opciones de victoria. Tatar podría recibir el apoyo del partido de los “colonos” -ciudadanos turcos enviados a la RTNC para repoblarla-, cuyo candidato obtuvo un 5,4% de los votos, y quizás de otros dos partidos de centroderecha, con el 4% y 6 % de votos cada uno, aunque sus líderes han sido muy críticos con el apoyo dado por Erdogan al todavía primer ministro.

“Salga quien salga elegido deberá llegar a un acuerdo con Ankara de cara a las negociaciones de reunificación, pero el Gobierno turco también tendrá que aceptar a Akinci si esa es la voluntad de los turcochipriotas, porque estamos hablando de cuestiones de Estado que van más allá de las mejores o peores relaciones personales que pueda tener con Erdogan”, advierte Sözen. De hecho, el Gobierno de Turquía tendrá mucho que decir en unas eventuales negociaciones, puesto que, según la Constitución de Chipre, es garante de la soberanía del país junto con Grecia y el Reino Unido. Es en base a esa cláusula que invadió el tercio norte de Chipre en 1974 para proteger a la comunidad turcochipriota tras un intento de golpe de Estado promovido por la Junta Militar de Grecia que pretendía la anexión de Chipre. Sin embargo, la presencia continuada de tropas turcas en la isla (entre 30 y 40.000 soldados), así como la constitución de la RTNC violan varias resoluciones que ha aprobado el Consejo de Seguridad de la ONU sobre el conflicto de Chipre.

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