Nuevos testimonios de víctimas envían a juicio al líder de la Luz del Mundo por abuso sexual y violación

Un juez en la Corte Superior de Los Ángeles ha decidido llevar a juicio al líder de la iglesia de La Luz del Mundo, Naasón Joaquín García, por 36 cargos de abuso sexual y violación. La Fiscalía ha presentado los testimonios de cinco mujeres que relatan ataques sexuales del líder religioso en los últimos cuatro años en California, por lo que el juez Ronald S. Coen ha pedido el juicio contra él y dos de sus colaboradoras: Alondra ...

Un juez en la Corte Superior de Los Ángeles ha decidido llevar a juicio al líder de la iglesia de La Luz del Mundo, Naasón Joaquín García, por 36 cargos de abuso sexual y violación. La Fiscalía ha presentado los testimonios de cinco mujeres que relatan ataques sexuales del líder religioso en los últimos cuatro años en California, por lo que el juez Ronald S. Coen ha pedido el juicio contra él y dos de sus colaboradoras: Alondra Ocampo, de 37 años, y Susana Medina Oaxaca, de 25 años.

Naasón Joaquín García, de 51 años, fue detenido en junio de 2019 en el aeropuerto de Los Ángeles cuando llegaba a la ciudad en un vuelo privado. Durante el arresto le fueron confiscados un teléfono iPhone y un iPad personales. Allí los investigadores encontraron evidencia en foto y vídeo de que el líder de La Luz del Mundo había abusado sexualmente de menores y que almacenaba pornografía infantil. Joaquín García se hace llamar El Apóstol entre los casi un millón de seguidores que tiene esta organización religiosa con sede en la ciudad mexicana de Guadalajara (Jalisco). Tras su detención, fue enviado a prisión con una de las fianzas más cuantiosas en la historia de California, de 50 millones de dólares.

Los relatos de las víctimas señalan que las colaboradoras del líder religioso reunían a chicas, la mayoría menores de edad, para agruparlas al servicio de García. Al principio se les pedían tareas domésticas, pero pasado un tiempo algunas debían servirle personalmente sin ropa y él abusaba sexualmente de ellas. Una testigo, de 24 años, que fue asistente del líder, ha contado a los investigadores que tanto en la casa de Guadalajara como en Los Ángeles, Joaquín García abusó de ella. La joven dejó el grupo religioso y denunció al líder cuando le pidieron que llevara a su hermana para que también atendiera a Joaquín García. Según el mismo testimonio, el hombre pedía que las mujeres a su servicio fueran muy jóvenes porque así “eran puras y tenían más amor para él”.

Otro de los relatos apunta a que Ocampo, la asistente personal de García, pidió a una joven de 17 años ir a la habitación del líder y le advirtió de que “iba a cometer pecados con él pero que le iban a ser perdonados porque era el siervo de Dios”. La Fiscalía ha señalado que hasta ahora todos los testimonios permanecerán en el anonimato hasta que se celebre el juicio, dado que algunos de los testigos ya han recibido amenazas y “han sido intimidados”. En otras de las acusaciones, las víctimas describen al líder y a sus colaboradoras organizando vídeos sexuales.

Las acusaciones en contra de García han dado un giro en dirección a los tribunales después de que, en abril, una Corte de Apelaciones en California desestimó el caso por un defecto de forma en la presentación de los señalamientos. La defensa del líder religioso esperaba que fuese liberado en las siguientes semanas también a causa de la pandemia del coronavirus. Sin embargo, la Fiscalía ha hallado nuevos testimonios que desvelan un complejo entramado de abuso sexual a menores y pornografía, en los que algunos colaboradores de su iglesia estarían involucrados. La próxima audiencia será el 1 de septiembre.

En México, la organización religiosa ha mantenido vínculos estrechos con los partidos en el poder. Sus seguidores asistían a los eventos del Partido Revolucionario Institucional (PRI). En mayo de 2019, antes de la detención del líder, la congregación celebró un gran evento en el palacio de Bellas Artes para celebrar el 50º cumpleaños de Naasón Joaquín, al que acudió una veintena de legisladores. El concierto levantó una oleada de críticas al Gobierno, ya que en los edificios públicos mexicanos está prohibida la celebración de cultos religiosos.