El emir de Dubái es el líder árabe con más seguidores en Twitter

Los dirigentes de Emiratos utilizan las redes sociales para acercarse a su joven población

Cuenta de Twitter del emir de Dubái.

El jeque Mohamed Bin Rachid al Maktum de Dubái es el líder árabe con mayor número de seguidores en Twitter, según la clasificación publicada por el diario emiratí Khaleej Times. Nada sorprendente si se tiene en cuenta la atención que el soberano dedica a promocionar sus actividades en las redes sociales. Con 7,69 millones de personas interesadas, su cuenta supera a la de la mediática ...

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El jeque Mohamed Bin Rachid al Maktum de Dubái es el líder árabe con mayor número de seguidores en Twitter, según la clasificación publicada por el diario emiratí Khaleej Times. Nada sorprendente si se tiene en cuenta la atención que el soberano dedica a promocionar sus actividades en las redes sociales. Con 7,69 millones de personas interesadas, su cuenta supera a la de la mediática reina Rania de Jordania (6,19 millones de seguidores) e incluso a la del rey Salmán de Arabia Saudí, quien a pesar de su escasa actividad (apenas tres centenares de tuits desde que se unió a la red en 2013) se aproxima a los 6 millones de admiradores.

Lo que resulta más llamativo es que seis de los diez dirigentes más seguidos del mundo árabe sean miembros de las familias gobernantes en Dubái y Abu Dhabi, los principales integrantes de la federación de Emiratos Árabes Unidos (EAU). Aunque los habitantes de este país (9,5 millones, de los que el 85% son trabajadores extranjeros) apenas suponen el 2,5% de la población árabe, sus líderes han conseguido una proyección mayor que la del resto de sus homólogos. Al menos, en el mundo virtual.

El jeque Mohamed Bin Rachid al Maktum tiene 7,69 millones de seguidores

El popular ministro de Exteriores, el jeque Abdullah, el heredero de Dubái, el jeque Hamdan, el heredero de Abu Dhabi y hombre fuerte de EAU, el jeque Mohamed Bin Zayed al Nahyan, e incluso el ministro del Interior, el jeque Saif, copan desde el cuarto hasta el séptimo puesto de esa escala, sin que el orden tenga relación con su peso político. Incluso el presidente de la federación, el jeque Jalifa Bin Zayed al Nahyan, logra situarse en el décimo lugar, con 950.000 seguidores, a pesar de que no ha vuelto a ser visto en público desde que en enero de 2014 sufrió un derrame cerebral. Se asume que, como en el caso de otros dirigentes, sus periódicos tuits son fruto de un equipo de relaciones públicas.

En los puestos 8 y 9 aparecen dos políticos muy distintos. El noveno es el primer ministro libanés, Saad Hariri, cuyos 934.000 millones de seguidores resultan meritorios en un país de 6 millones de habitantes. Le precede el presidente de Egipto, el general Abdelfattah al Sisi, pero sus 1,34 millones no significan lo mismo comparados con una población de 80 millones. Ausente de la lista está el príncipe Mohamed Bin Salmán, el poderoso hijo del rey Salmán y viceheredero del trono saudí. Los jóvenes saudíes son los más activos de la región en las redes sociales, pero MBS, que tiene 31 años, no dispone de un perfil autentificado y parece dejar que alguien de su entorno dé cuenta de sus noticias.

Da la impresión de que los líderes emiratíes ven en la comunicación directa con sus ciudadanos a través de las redes sociales un sustituto de los procesos democráticos. Es a través de Twitter como el emir de Dubái, vicepresidente y primer ministro de EAU, anunció el último cambio de Gobierno, o el jeque MBZ, como se identifica el heredero de Abu Dhabi en Twitter para diferenciarse de su homónimo de Dubái, anuncia sus condolencias a las familias de los militares muertos en la campaña de Yemen, o sus encuentros con líderes extranjeros.

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La fórmula parece tener éxito entre la población local, dos tercios de la cual es menor de 30 años, y que aunque sea de forma indirecta se sienten partícipes de la gestión de su país e incluso tienen la posibilidad de interactuar con sus gobernantes. Pero el hecho de que, además de en árabe, éstos a menudo tuiteen en inglés indica que también se dirigen a los numerosos residentes extranjeros de su país y al exterior.

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Por supuesto la popularidad de los dirigentes emiratíes no es sólo fruto de su astuto manejo de las redes sociales. Su apuesta por las nuevas tecnologías, una sociedad abierta (por comparación a sus vecinos) y la estabilidad en una región turbulenta son, junto con un generoso estado de bienestar, ingredientes poderosos en su excepcionalidad en la región. Pero no hay que infravalorar la importancia de la sensación de cercanía que promueven a través de esos nuevos canales de comunicación tan queridos de los jóvenes.

Tal vez por ello el rey Abdalá de Jordania, acuciado por la multiplicidad de conflictos que rodean a su país, haya decidido unirse al club y abrir cuenta en la red social, justo a tiempo para la cumbre árabe que el miércoles 29 se celebra en Ammán. “Aquí, Abdalá Bin AlHusein, padre de familia y servidor público. En el nombre de Dios y con su bendición”, se presenta en árabe. La versión en inglés no menciona a Dios: “Este es Abdalá Bin AlHusein, padre y orgulloso jordano. Encantado de estar con vosotros en Twitter”. Su cuñado, el jeque Mohamed de Dubái, no ha tardado en darle la bienvenida. Aunque está por ver que Abdalá logre batir la popularidad de su esposa, Rania.

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