Al menos tres muertos en una reyerta en el penal mexicano de Topo Chico

En febrero murieron 49 presos en la misma cárcel durante un motín que provocó la primera crisis para el nuevo Gobernador del Nuevo León

Reos en Topo Chico, MonterreyJULIO CESAR AGUILAR FUENTES (AFP)

Al menos tres reclusos han fallecido la noche de este miércoles en una reyerta en el penal mexicano de Topo Chico, en Monterrey, la misma cárcel donde un motín entre dos grupos de presos provocó en febrero una masacre en la que perdieron la vida 49 personas.

En esta ocasión, el motivo del conflicto parece ser de nuevo un ajuste de cuentas entre diferentes facciones de grupos de la delincuencia organizada. En torno a las nueve de la noche se oyeron disparos dentro de l...

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Al menos tres reclusos han fallecido la noche de este miércoles en una reyerta en el penal mexicano de Topo Chico, en Monterrey, la misma cárcel donde un motín entre dos grupos de presos provocó en febrero una masacre en la que perdieron la vida 49 personas.

En esta ocasión, el motivo del conflicto parece ser de nuevo un ajuste de cuentas entre diferentes facciones de grupos de la delincuencia organizada. En torno a las nueve de la noche se oyeron disparos dentro de la cárcel. El secretario de Gobierno del Nuevo León, Manual González, que se desplazó hasta el centro penitenciario, confirmó que los guardias tuvieron que utilizar sus armas de fuego para sofocar la reyerta, que se habría saldado con 14 heridos. 

Se desconocen por ahora el número de reos que estuvieron implicados en la pelea. Las autoridades del penal solicitaron además la colaboración de cuerpos policiales de fuera del penal.

En febrero, dos facciones relacionadas con Los Zetas que se disputaban el control de esta prisión, según la versión oficial, se enfrentaron con palos, piedras, botellas, varillas y remedos de puñales.  La reyerta, que duró entre dos y tres horas, se saldó con la muerte de 49 internos.

Jaime Rodríguez, El Bronco, el gobernador de Nuevo León, afrontó entonces su primera crisis a los pocos meses de aterrizar en el sillón de gobernador. Aseguró haber depurado a los responsables del motín carcelario más sangriento de la historia de México y prometió profundizar en las medias de seguridad y mejora de las cárceles del Estado. Apenas cuatro meses después, le ha estallado en las manos otro conflicto en el penal de Topo Chico. 

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