Murdoch afirma su compromiso con ‘The Sun’ al anunciar una edición dominical

El magnate autoriza el reingreso de todos los periodistas arrestados por la policía

Sede de News International, editora de The Sun.Lefteris Pitarakis (AP)

Rupert Murdoch ha dado hoy un desafiante golpe de teatro en la crisis de su imperio periodístico británico y ha reafirmado su compromiso con el baqueteado tabloide The Sun al anunciar que el periódico empezará “muy pronto” a publicarse también los domingos y autorizar la reincorporación a su trabajo de los periodistas que estaban suspendidos desde que fueron arrestados por la policía para ser interrogados por supuestos sobornos a cargos oficiales. Ningún periodista será apartado mientras no sea formalmente procesado.

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Rupert Murdoch ha dado hoy un desafiante golpe de teatro en la crisis de su imperio periodístico británico y ha reafirmado su compromiso con el baqueteado tabloide The Sun al anunciar que el periódico empezará “muy pronto” a publicarse también los domingos y autorizar la reincorporación a su trabajo de los periodistas que estaban suspendidos desde que fueron arrestados por la policía para ser interrogados por supuestos sobornos a cargos oficiales. Ningún periodista será apartado mientras no sea formalmente procesado.

El anuncio se realizó mediante un correo electrónico a toda la redacción poco después de que el magnate llegara, a la una de la tarde, al cuartel general de News International en Wapping, en el Este de Londres, y ha actuado de inmediato como una inyección de optimismo en una redacción muy desmoralizada y que temía que el magnate decidiera cerrar el periódico como ya hizo en julio pasado con la edición dominical, el histórico News of The World.

Hay diferencias entre ambos casos. El dominical fue víctima del escándalo de las escuchas ilegales y en especial del hecho de haber espiado a Milly Dowler, una adolescente que había desaparecido y que en realidad ya había sido asesinada cuando el News of The World interceptó el buzón de voz de su teléfono móvil. Los anunciantes habían empezado a cancelar sus contratos en medio de una catarata de críticas al diario y Rupert Murdoch, siguiendo los consejos de su hijo James, decidió cerrar el diario.

La crisis del Sun no está relacionada con las escuchas, sino con supuestos sobornos a la policía y a miembros del ejército y del Ministerio de Defensa a cambio de información. Los anunciantes no están boicoteando al diario y el problema estaba produciendo más daño interno que externo. Ese daño se pudo palpar con especial crudeza cuando el lunes pasado el antiguo responsable de la información política y una de la figuras más carismáticas del Sun en los últimos decenios, Trevor Kavanagh, salió en defensa de los periodistas arrestados y criticó el papel de la comisión interna a la que Murdoch ha encargado una investigación interna sobre la ética de las prácticas periodísticas del grupo y ha ordenado que colabore con la policía. Las palabras de Kavanagh se interpretaron no solo como una defensa de la redacción, sino como un atrevido desafío al propio Murdoch.

El magnate ha logrado hoy cuadrar el círculo. Por un lado, ha ratificado su apoyo a la investigación. “Acataremos la ley. Las actividades ilegales simplemente no pueden ser toleradas en ninguna de nuestras publicaciones”, sostiene en su mensaje a la redacción. Y, tras ratificar su apoyo a la comisión interna, que opera desde fuera de News International y responde directamente ante la cúpula de la empresa matriz, News Corporation, en Nueva York, ha dejado claro que “no quedará pieza sin remover, no solo porque estamos obligados sino porque es lo correcto”.

Pero, por otro lado, ha recogido las quejas de Kavanagh, que consideraba injusta la suspensión de los periodistas detenidos –cinco pesos pesados el pasado sábado, otros cinco con anterioridad, no todos en activo– mientras no fueran formalmente acusados de ningún delito. Y, al anunciar la edición dominical del Sun, ha desmentido de cuajo los rumores de que podría acabar cerrando o vendiendo el diario.

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“Tengo más que nunca la determinación de seguir viendo cómo The Sun sigue luchando por sus lectores y por sus creencias”, subraya en su texto. Y para enfatizar ese compromiso, añade: “Voy a estar con todos vosotros aquí, en Londres, durante varias semanas para daros mi inquebrantable apoyo”. El mensaje, encabezado con un aséptico “Queridos colegas”, ya había arrancado con una significativa declaración de sentimental relación con el tabloide que le ayudó a cimentar su imperio periodístico británico: “He trabajado junto a vosotros durante 43 años para convertir The Sun en uno de los mejores diarios del mundo. Es parte de mí y es uno de los logros de los que me siento más orgulloso”.

Con su reacción, Rupert Murdoch deja claro que a los 80 años sigue teniendo fuerzas para plantar cara a sus críticos. Pero su desafío no está exento de riesgos. Entre ellos, el que muchos puedan pensar que cuando cerró News of The World ya tenía pensado cubrir ese hueco con una edición dominical de The Sun.

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