Socialistas y conservadores se atribuyen la victoria en las elecciones de Albania

Las comicios en el país balcánico transcurrieron con "irregularidades esporádicas"

Los albaneses han votado este domingo en unas elecciones que muchos analistas consideran que son cruciales para que este país, uno de los más pobres de Europa, pueda aspirar a ingresar en la UE. Los observadores señalaron que fueron los comicios más ordenados en los 15 años de democracia de Albania. Sin embargo, tanto los socialistas del primer ministro Fatos Nano como los conservadores del ex presidente Sali Berisha se atribuyeron anoche la victoria pese a las críticas de la Comisión Electoral, que no tiene previsto anunciar resultados definitivos hasta este lunes.

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Los albaneses han votado este domingo en unas elecciones que muchos analistas consideran que son cruciales para que este país, uno de los más pobres de Europa, pueda aspirar a ingresar en la UE. Los observadores señalaron que fueron los comicios más ordenados en los 15 años de democracia de Albania. Sin embargo, tanto los socialistas del primer ministro Fatos Nano como los conservadores del ex presidente Sali Berisha se atribuyeron anoche la victoria pese a las críticas de la Comisión Electoral, que no tiene previsto anunciar resultados definitivos hasta este lunes.

Con la esperanza de que la candidatura tanto a la OTAN como a la Unión Europea pasa por una muestra de madurez política durante las elecciones, los principales partidos no acabaron la jornada electoral con acusaciones mutuas de fraude como había ocurrido en todos los comicios precedentes celebrados en Albania. Unos 2,8 millones de habitantes estaban convocados para elegir a los 140 diputados que integrarán el nuevo Parlamento.

La jornada electoral fue calificada de "normal pese a algunas esporádicas irregularidades" por Erton Sinani, portavoz de la Comisión Electoral. La participación fue del 56%, según las estimaciones, un nivel semejante a los comicios de 2001. El peor incidente de la jornada fue el asesinato a tiros de un interventor electoral en la puerta de un colegio electoral de Tirana, aunque no estaba claro anoche si se trató de un atentado con motivaciones políticas.

No hubo informaciones sobre actos de violencia generalizados, que han acompañado otras jornadas electorales en este país caótico, cuya renta per cápita de 1.640 dólares representa menos del 10% de la española; aunque los dos contendientes se atribuyeron la victoria en los comicios.

"Los dos partidos han incumplido la ley al decir que han ganado", aseguró, sin ocultar su irritación, el presidente de la Comisión Electoral, Ilirjan Celibashi, quien señaló, por otra parte, que las votaciones habían cumplido "todas las normas establecidas".

El presidente del país, Alfred Moisiu, aseguró que este tipo de reivindicaciones "puede poner en peligro el recuento y por consiguiente el resultado electoral". "He invitado a los partidos, a los candidatos y a los simpatizantes a no organizar manifestaciones para festejar la victoria antes de los resultados oficiales", agregó el presidente. En elecciones anteriores, este tipo de celebraciones había acabado con enfrentamientos violentos.

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Sin sondeos a pie de urna

"Nuestra victoria es profunda. Hemos ganado en la mayor parte del país", manifestó el ex presidente Sali Berisha, que encabeza las listas del conservador Partido Democrático, cuando todavía no había comenzado el recuento. En un tono prácticamente idéntico se expresó el secretario general del Partido Socialista Albanés, Gramoz Ruçi, al anunciar la "victoria" del primer ministro, Fatos Nano. "Hemos ganador. Nuestra victoria es profunda", afirmó Ruçi. Los medios de comunicación albaneses no difundieron anoche ninguna encuesta a pie de urna considerada fiable por los observadores internacionales.

Fatos Nano y Sali Berisha son rivales políticos desde el principio de la transición a la democracia en Albania, que sufrió uno de los régimenes comunistas más represivos de la Europa del Este. El país abandonó el estalinismo y el aislamiento para caer en el caos y en la pobreza, que afecta, según datos recientes del Banco Mundial, a uno de cada cuatro albaneses. El año pasado, fuentes independientes calcularon que 100.000 personas abandonan el país cada año para ir a trabajar a Occidente.

La votación en 4.700 colegios electorales fue supervisada por 450 observadores internacionales, coordinados por la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), y por 3.000 albaneses. Urdur Gunnarsdottir, portavoz de la OSCE, aseguró que esta organización no se pronunciará sobre la limpieza del proceso electoral hasta el lunes por la tarde.

"Son las elecciones más perfectas en Albania en los últimos años", señaló el analista político Blendi Fevziu. El portavoz del Ministerio del Interior aseguró que la atmósfera había sido "mucho mejor que otros años". Durante la jornada, el congresista estadounidense Elliot Engel, uno de los observadores internacionales presentes en Tirana, manifestó que "todo parecía transcurrir tranquilamente". Para evitar denuncias de fraude, todas las urnas fueron escoltadas por la policía a 100 centros de recuento donde el proceso se desarrolla bajo una vigilancia estrecha.

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