Un ataque contra una prisión de la Coalición causa la muerte a 21 presos iraquíes
La Coalición había liberado a 250 prisioneros tras el acuerdo de alto el fuego en Faluya
Un total de 21 prisioneros han muerto y un centenar han resultado heridos por disparos de obuses de mortero contra la prisión de Abu Gharib, 20 kilómetros al oeste de Bagdad, según ha informado el general Mark Kimmitt, jefe adjunto de operaciones militares de la Coalición en Irak.
El general Mark Kimmitt ha explicado en rueda de prensa que durante el ataque se lanzaron contra la prisión 18 obuses de mortero, y que todavía se desconoce si las víctimas eran "presos comunes" o "detenidos de seguridad". Por el momento se desconocen más detalles del incidente, ya que los mandos de la Coalici...
Un total de 21 prisioneros han muerto y un centenar han resultado heridos por disparos de obuses de mortero contra la prisión de Abu Gharib, 20 kilómetros al oeste de Bagdad, según ha informado el general Mark Kimmitt, jefe adjunto de operaciones militares de la Coalición en Irak.
El general Mark Kimmitt ha explicado en rueda de prensa que durante el ataque se lanzaron contra la prisión 18 obuses de mortero, y que todavía se desconoce si las víctimas eran "presos comunes" o "detenidos de seguridad". Por el momento se desconocen más detalles del incidente, ya que los mandos de la Coalición no han confirmado quiénes han sido los autores del ataque.
Precisamente hoy, alrededor de 250 iraquíes han sido liberados de la prisión de Abu Gharib. La liberación de los detenidos fue ordenada por el administrador civil de la Coalición, el estadounidense Paul Bremer, tras el acuerdo de alto el fuego alcanzado el lunes entre las tropas estadounidenses y los insurgentes atrincherados en la ciudad de Faluya.
Abu Gharib, la prisión más grande durante el régimen de Sadam Husein, ha vuelto a ser utilizada como cárcel por las tropas de la coalición, que envían allí a todos los sospechosos de participar en actividades terroristas o pertenecer a grupos de insurgentes iraquíes.
Esta cárcel fue uno de los símbolos de la represión ejercida por Sadam Husein, por lo que tras la caída del dictador sus instalaciones fueron asaltadas y los escasos presos políticos que quedaban en las celdas pudieron escapar. Meses después, la Coalición rehabilitó la prisión y volvió a ponerla en funcionamiento.