EE UU reconoce que se violaron los derechos humanos de cientos de detenidos por el 11-S

Algunos no pudieron comunicarse con nadie durante tres meses, otros sufrieron "abusos físicos y verbales" y fueron golpeados contra las paredes

El Gobierno de EE UU ha reconocido que muchos detenidos por los atentados del 11 de septiembre sufrieron malos tratos y permanecieron en la cárcel un tiempo excesivo. El mea culpa lo ha entonado el departamento de Justicia en un informe de 198 de páginas que ha sido acogido con satisfacción por las asociaciones de derechos humanos que habían denunciado la situación en numerosas ocasiones.

El informe afirma que algunas personas fueron detenidas sin cargos durante más de un mes y otras permanecieron en la cárcel incluso después de que un juez de inmigración ordenase su puesta en li...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El Gobierno de EE UU ha reconocido que muchos detenidos por los atentados del 11 de septiembre sufrieron malos tratos y permanecieron en la cárcel un tiempo excesivo. El mea culpa lo ha entonado el departamento de Justicia en un informe de 198 de páginas que ha sido acogido con satisfacción por las asociaciones de derechos humanos que habían denunciado la situación en numerosas ocasiones.

Más información

El informe afirma que algunas personas fueron detenidas sin cargos durante más de un mes y otras permanecieron en la cárcel incluso después de que un juez de inmigración ordenase su puesta en libertad bajo fianza o su deportación, pendientes del visto bueno de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI). Algo que tardó 80 días en suceder.

En total, 762 personas fueron arrestadas por violar las leyes de inmigración y fueron investigadas por el FBI por su posible relación con los atentados del 11 de septiembre, según el informe. La mayoría de ellos eran hombres de Oriente Próximo o el sur de Asia y eventualmente fueron deportados, según las asociaciones de derechos humanos. Su detención fue realizada en secreto y hasta hoy se desconoce su identidad. Además, la mayoría de sus audiencias de inmigración fueron realizadas a puerta cerrada, según documentos que el Departamento de Justicia proporcionó al Congreso el año pasado.

Encadenados y sin dormir

El inspector general del Departamento de Justicia encargado de realizar auditorías internas y responsable del texto, Glenn Fine, afirma por ejemplo que las 84 personas encarceladas en el Centro Metropolitano de Detención de Nueva York sufrieron "abusos físicos y verbales reiterados por parte de algunos guardas".Según el testimonio de varios detenidos y de un guarda, era una "práctica común" de los agentes carcelarios golpear a estos presos contra las paredes. Otro preso alega que los guardas le torcieron el brazo varias veces a pesar de tenerlo enyesado, y un dedo que le acababan de operar.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Asimismo, los presos permanecían 23 horas del día en sus celdas, donde se mantenía la luz encendida permanentemente, y sólo salían con los pies, la cintura y los brazos encadenados. Además, sólo podían llamar a un abogado una vez por semana y, de hecho, algunos detenidos no pudieron comunicarse con nadie durante tres meses. El informe denuncia también que el FBI no hizo distinción entre quienes eran sospechosos de terrorismo y quienes no tenían los papeles en regla. Sólo un puñado de ellos fue imputado formalmente en relación con actividades terroristas.

"Aunque nuestra investigación reconoce los enormes desafíos y las difíciles circunstancias a las que se enfrentó el Departamento para responder a los ataques terroristas, encontramos problemas significativos en la forma como se trató a los detenidos", reconoce Fine. "El FBI debió tener más cuidado al distinguir a los extranjeros que sospechó que podían tener vinculación terrorista de los que, aun siendo posiblemente culpables de violar las leyes federales de inmigración, no estaban conectados con el terrorismo", concluye el informe.

Archivado En