Filipinas cierra una sangrienta campaña electoral con un balance de 64 muertos
Policía y Ejército se mantienen en estado de alerta para prevenir nuevos focos de violencia durante las elecciones del lunes
Más de 36 millones de ciudadanos están convocados este lunes a las urnas para elegir 13 senadores, de un total de 24, así como 209 diputados, dirigentes provinciales y alcaldes a través de un sistema político muy parecido al norteamericano.
Con el saldo de muertos, la policía y el Ejército han sido colocados en estado de alerta para prevenir todo brote de violencia durante los comicios.
Elecciones tradicionalmente complicadas y sangrientas
Las elecciones en Filipinas siempre son complicadas debido a que el territorio está formado por más de 7.000 islas y el acceso a...
Más de 36 millones de ciudadanos están convocados este lunes a las urnas para elegir 13 senadores, de un total de 24, así como 209 diputados, dirigentes provinciales y alcaldes a través de un sistema político muy parecido al norteamericano.
Con el saldo de muertos, la policía y el Ejército han sido colocados en estado de alerta para prevenir todo brote de violencia durante los comicios.
Elecciones tradicionalmente complicadas y sangrientas
Las elecciones en Filipinas siempre son complicadas debido a que el territorio está formado por más de 7.000 islas y el acceso a determinados lugares es muy difícil.
Esta vez, la cifra de muertos supera los 38 muertos de las elecciones legislativas y presidenciales de 1998 y los 42 de los comicios de 1995, y ha llevado al establecimiento de 76 "áreas de peligro" en el archipiélago y el despliegue de 45.000 soldados.
Uno de los principales protagonistas de la violencia electoral ha sido la guerrilla comunista del Nuevo Ejército del Pueblo (NPA), el brazo armado del Partido Comunista de Filipinas, a pesar de que el pasado abril inició la primera ronda de conversaciones de paz con el Gobierno.
El NPA anunció al comienzo de la campaña el cobro del impuesto revolucionario a los candidatos que celebraran mítines en sus áreas de influencia, y la aplicación de la justicia revolucionaria a los funcionarios corruptos.
Otro factor que ha contribuido a la creciente violencia electoral ha sido la existencia de un centenar de ejércitos privados al servicio de familias y clanes que los utilizan para saldar sus diferencias políticas.
En Filipinas, los cargos locales son ocupados por los miembros de las mismas familias con el nombramiento de gobernadores y alcaldes entre la clase indígena dominante.